eufrasia
De la casa
Sin verificar
de tu taller, maestro relojero
me llega el tiempo justo en un momento
del viejo profesor que ya no ha sido
la muñeca tanto tiempo acariciada
el tornasol de blanco de esta esfera
habra mirado tantas veces la alborada
entre persianas verdes la mañana
del viejo profesor, se levantaba
tanto tictac, ochenta años
el ritmo de la aguja que anunciaba
el principio, el fin, de tantas clases
tanto vaiven, quietud, tanta asonada
mi viejo profesor me dejo un dia
la blanca esfera tierna del silencio
de madre perla, blanca llamarada
de ese viejo reloj que tanto amaba
su querido reloj, me dijo un dia
vendra de lejos, tanta algarabia
tanto latir que tiene esa mania
marcar la vida, dividir, romper el dia
la siesta, profesor, persianas verdes
tarde que anuncia el calor que se declina
la noche limpia, inmensa, tachonada
todo lo marca el gesto que te mira
viejo reloj, te ordena el relojero
te regula, te late, resucita
para que sigas con el tiempo de ese padre
que aca dejo en mis manos, tanto esmero
me llega el tiempo justo en un momento
del viejo profesor que ya no ha sido
la muñeca tanto tiempo acariciada
el tornasol de blanco de esta esfera
habra mirado tantas veces la alborada
entre persianas verdes la mañana
del viejo profesor, se levantaba
tanto tictac, ochenta años
el ritmo de la aguja que anunciaba
el principio, el fin, de tantas clases
tanto vaiven, quietud, tanta asonada
mi viejo profesor me dejo un dia
la blanca esfera tierna del silencio
de madre perla, blanca llamarada
de ese viejo reloj que tanto amaba
su querido reloj, me dijo un dia
vendra de lejos, tanta algarabia
tanto latir que tiene esa mania
marcar la vida, dividir, romper el dia
la siesta, profesor, persianas verdes
tarde que anuncia el calor que se declina
la noche limpia, inmensa, tachonada
todo lo marca el gesto que te mira
viejo reloj, te ordena el relojero
te regula, te late, resucita
para que sigas con el tiempo de ese padre
que aca dejo en mis manos, tanto esmero