Claudio
Milpostista
Sin verificar
Hola, amigos:
He encontrado un interesante artículo aparecido en mayo de 1942 en la revista La Federación Relojera Suiza que lleva por título el que he puesto a este aporte. Lo he traducido como he podido, intentando recordar el francés que estudié hace más de 40 años en el Bachillerato y ayudándome del traductor del diario El Mundo. Espero que puedan perdonar las incorrecciones que, a pesar de mis esfuerzos por evitarlas, es factible que puedan haberse colado a lo largo del texto. El resultado es el que sigue:
He encontrado un interesante artículo aparecido en mayo de 1942 en la revista La Federación Relojera Suiza que lleva por título el que he puesto a este aporte. Lo he traducido como he podido, intentando recordar el francés que estudié hace más de 40 años en el Bachillerato y ayudándome del traductor del diario El Mundo. Espero que puedan perdonar las incorrecciones que, a pesar de mis esfuerzos por evitarlas, es factible que puedan haberse colado a lo largo del texto. El resultado es el que sigue:
<>
<><><>
<>
Aquí va el texto original en francés, para quienes gusten leerlo mejor en este idioma:<><><>
<>
<>
<><><>
<>
<><><>
<>
Última edición: