Pues muchas gracias Carlos por ilustrar tan bien el evento (como siempre, por otra parte
.
Gracias también al resto de asistentes, a Grau-Rabat y a Fernando Zehr, director de Ulysse Nardin para España que nos presentó la marca y su historia en un ameno resumen. Es de agradecer la oportunidad de tener en las manos piezas que habitualmente vemos del otro lado de un cristal, y eso si están disponibles, porque muchos de los modelos de UN son series limitadas a cifras tan cortas como treinta unidades.
Yo no saqué fotos en esta ocasión, pero aprovecho la oportunidad para mostraros las que saqué en otra presentación de UN en Rabat hace unos meses.
UN ha investigado y registrado infinidad de técnicas y patentes (de hecho, es la Casa relojera con más patentes registradas en relojería mecánica), lo que le ha hecho ganar más de 4300 premios, entre ellos dieciocho Medallas de Oro, y ha contado con la colaboración de uno de los genios vivos de la relojería: Ludwig Oechslin, que desarrolló el Freak para la marca. Este Diavolo es la enésima evolución de aquel primer reloj con escape de silicio y tourbillon de sesenta minutos.
El Royal Blue Tourbillon tiene pletinas y puentes de zafiro, dando la impresión de que el tourbillon flota en el vacío y el sistema de remontuar queda oculto... Caja de platino con 48 diamantes y 12 zafiros, aunque también la hay sin ellos. Espectacular, en todo caso.
Ulysse Nardin se ha empeñado en recuperar o conservar no sólo el arte relojero sino las artes que lo acompañan. Así, es titular de los relojes autómatas (Jaquemarts) modernos más impresionantes por no hablar de los mecanismos repetidores de minutos... pero como no tengo imágenes de eso os mostraré otra "metier d'art" que cultiva: el esmalte.
Esta esfera corresponde al Carnavel de Venecia, un repetición de minutos donde los dos personajes (jaquemarts) levantan sus máscaras al sonar los martillos. Muy pocas manufacturas presentan estas complicaciones combinadas.
Los relojes clásicos sólo hora también se ennoblecen con el esmalte...
Detalle de otra esfera. En las velas se pueden apreciar los toques individuales de pincel.
Las temáticas son variadas...
El esmalte blanco también tiene su protagonismo en Ulysse Nardin, y valdrá la pena desarrollar un artículo dedicado a él porque es sencillamente fascinante.
Lo exhibe una de las piezas que personalmente más me gustan: el Marine Chronometer, aunque prefiero el acero.
En fin, que habrá que repetir ¿no?