GusDiver
De la casa
Sin verificar
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Los primeros relojes de muñeca eran de cuerda, había que “cargarlos” con el movimiento de nuestros dedos a través de la corona, que es esa pequeña ruedecita que está en el lateral. Si el reloj estaba bien duraba 24 horas, si el paso del tiempo y el uso habían hecho mella en él… necesitaban “recarga” con más frecuencia.Después, en los años ´70, llegaron los relojes automáticos. Llevaban una media esfera por la parte de dentro, de tal manera que cuando se movían las manos el reloj cogía cuerda automáticamente. No son relojes de pulso, sino automáticos, es decir, que se cargan con el movimiento de la mano, no con nuestros latidos. Es curioso, pero lógico, este tipo de relojes se para antes en las personas mayores y en aquellas que llevan una vida más sedentaria porque el movimiento de sus manos es menor.
Más tarde se generalizaron el reloj de cuarzo y el digital, son más exactos que los de cuerda, estos últimos pueden tener una pequeña variación traducida en el adelanto o el atraso de la hora de unos minutos a lo largo del año. La firma Seiko dice con orgullo que fue la primera que introdujo el reloj de cuarzo, cambiando para siempre la industria. Lo hizo en 1969 con su modelo “Astron”, que hoy sigue fabricando, aunque mucho más evolucionado.
Como decíamos, el cuarzo desplazó a los automáticos, que ahora están volviendo a recuperar varias marcas como Seiko, Orient, Citicen y Tissot. Estas firmas garantizan que como mucho los relojes se retrasarían 30 segundos al mes. Las primeras marcas japonesas y las suizas son las que ofrecen más garantías en este sentido.
Los relojes automáticos, que se siguen fabricando y vendiendo, son máquinas mecánicas que necesitan ciertas prevenciones, no nos referimos a su mantenimiento, sino a actos del día a día para evitar dañar su precisión. Por ejemplo, hay que ser especialmente cuidadoso con los golpes.