Jorge Herrera
Forer@ Senior
Sin verificar
Saludos.
Dos trabajos antes del actual me enteré que el padre de un famoso guardameta (portero) de fútbol profesional (seleccionado nacional) llegó encanilado, molesto, echaba lumbre en cada reclamo.
Había llegado con el maestro relojero y casi arrojándole el reloj a la cara, le reclama que era falso.
Para asombro del maestro relojero -me consta que es especialista en relojes- le pide calma -en la medida que puedo defenderse- para que le explique en que elementos se basa para decir que no era genuino.
El padre del futbolista (ahora retirado) le contó que lo presumió con un especialista en esos relojes y de inmediato se dio cuent que no era real.
Procedió a reconstruir el procedimiento que pericial que demostró la falsedad: Dio vuelta a la pieza y a través del cristal que permite ver la maquinaria, y mediante un ojo de joyero, le comprobó que había dos platinas. Una, la superior, con el grabado de la supuesta marca de prestigio.
El pegado de la platina era casi perfecto, excepto por unos pequeños filos que no pulieron debidamente.
Es más, la maquinaria era la misma que se utiliza para ese modelo, una UNITAS con cuatro dígitos que a estas alturas no recuerdo.
El maestro en descargo, le confeso que lo habría adquirido en un monte de piedad o montepio, en una ciudad cercana a la capital del país.
El monto de adquisición, como el de venta nunca los mencionó.
A juicio del maestro relojero, el reloj reunía las cualidades de una verdadero: el metal, la carátula con firma tecturizada (no calcomanía), extensible pesado en acero grabado.
Es más la casa de empeño lo vendió como real, así lo decía el papel de venta. Una venta legal, con sellos legales.
El relojero, finalmente procedió al reemboso (ni idea sobre cuánta lana fue).
A la primera oportunidad el relojero fue a la casa de empeño para reclamar y pedir le regresaran su inversión.
El relojero se topo con pared.
La casa de empeño no tiene por política reitegrar el dinero sobre piezas vendidas: "Salida la mercancia no se aceptan reclamaciones".
El relojero les mostró que ahí lo había adquirido. les mostró que los datos del reloj y del papel de venta eran los mismos.
Les demostró que había una doble platina.
LOs del monte de piedad llamaron a su relojero y éste se empeñó en decir que era real y que no había nada que hacer y mucho menos nada que reintegrar.
El relojero, previó al viaje a esa ciudad cercana a la capital, contactó a la firma que distribuye esta marca de reloj y tras una revisión en la oficina de pos-venta, le habían confirmado que todos los materiales del reloj ´correspondian en peso y material con los que vende, excepto por el detalle de la platina sobre puesta. Incluso el grabado en la platina sobrepuesta era muy semejante a la que la empresa realiza sobre la platina la máquina.
El cristal era de zafiro, la carátula o dial eran igualitos (no había oportunidad de abrir la caja de acero y desmontar la carátula de la máquinaria para ver si estaba firmada).
La frustración al 1000%.
Ese reloj quedó en mustra de lo sucedido sobre el mostrador del maestro relojero, como sucede con el señor de la tiendita dela esquina que tiene pegado a la pared de la misma un billete falso, en señal de lo sucedido.
La marca de ese reloj es Panerai.
La segunda historia es sobre un rolex submariner... historia de casas de empeño en zonas relojeras de la capital del país.
Posdata: No me da tiempo de contarla. pero en una próxima la comento.
Posdata 1: Esta historia no tiene moralejas. Me acorde de ella y quise compartirla. Saludos y buen día en México, Buenas madrugadas en Europa.
Dos trabajos antes del actual me enteré que el padre de un famoso guardameta (portero) de fútbol profesional (seleccionado nacional) llegó encanilado, molesto, echaba lumbre en cada reclamo.
Había llegado con el maestro relojero y casi arrojándole el reloj a la cara, le reclama que era falso.
Para asombro del maestro relojero -me consta que es especialista en relojes- le pide calma -en la medida que puedo defenderse- para que le explique en que elementos se basa para decir que no era genuino.
El padre del futbolista (ahora retirado) le contó que lo presumió con un especialista en esos relojes y de inmediato se dio cuent que no era real.
Procedió a reconstruir el procedimiento que pericial que demostró la falsedad: Dio vuelta a la pieza y a través del cristal que permite ver la maquinaria, y mediante un ojo de joyero, le comprobó que había dos platinas. Una, la superior, con el grabado de la supuesta marca de prestigio.
El pegado de la platina era casi perfecto, excepto por unos pequeños filos que no pulieron debidamente.
Es más, la maquinaria era la misma que se utiliza para ese modelo, una UNITAS con cuatro dígitos que a estas alturas no recuerdo.
El maestro en descargo, le confeso que lo habría adquirido en un monte de piedad o montepio, en una ciudad cercana a la capital del país.
El monto de adquisición, como el de venta nunca los mencionó.
A juicio del maestro relojero, el reloj reunía las cualidades de una verdadero: el metal, la carátula con firma tecturizada (no calcomanía), extensible pesado en acero grabado.
Es más la casa de empeño lo vendió como real, así lo decía el papel de venta. Una venta legal, con sellos legales.
El relojero, finalmente procedió al reemboso (ni idea sobre cuánta lana fue).
A la primera oportunidad el relojero fue a la casa de empeño para reclamar y pedir le regresaran su inversión.
El relojero se topo con pared.
La casa de empeño no tiene por política reitegrar el dinero sobre piezas vendidas: "Salida la mercancia no se aceptan reclamaciones".
El relojero les mostró que ahí lo había adquirido. les mostró que los datos del reloj y del papel de venta eran los mismos.
Les demostró que había una doble platina.
LOs del monte de piedad llamaron a su relojero y éste se empeñó en decir que era real y que no había nada que hacer y mucho menos nada que reintegrar.
El relojero, previó al viaje a esa ciudad cercana a la capital, contactó a la firma que distribuye esta marca de reloj y tras una revisión en la oficina de pos-venta, le habían confirmado que todos los materiales del reloj ´correspondian en peso y material con los que vende, excepto por el detalle de la platina sobre puesta. Incluso el grabado en la platina sobrepuesta era muy semejante a la que la empresa realiza sobre la platina la máquina.
El cristal era de zafiro, la carátula o dial eran igualitos (no había oportunidad de abrir la caja de acero y desmontar la carátula de la máquinaria para ver si estaba firmada).
La frustración al 1000%.
Ese reloj quedó en mustra de lo sucedido sobre el mostrador del maestro relojero, como sucede con el señor de la tiendita dela esquina que tiene pegado a la pared de la misma un billete falso, en señal de lo sucedido.
La marca de ese reloj es Panerai.
La segunda historia es sobre un rolex submariner... historia de casas de empeño en zonas relojeras de la capital del país.
Posdata: No me da tiempo de contarla. pero en una próxima la comento.
Posdata 1: Esta historia no tiene moralejas. Me acorde de ella y quise compartirla. Saludos y buen día en México, Buenas madrugadas en Europa.