Casiná
De la casa
Sin verificar
Hará unos 8 meses, o más, que, en el mercadillo de los domingos en la Plaza del Cabildo, vi en un tenderete un Certina con aspecto formidable, dorado con esfera dorada, que me obsesionó. Y eso que a mi las esferas doradas son de las que menos me gustan. Ni siquiera me atreví a preguntar el precio aunque unos domingos después, mientras lo volvía a mirar de reojo, le oí decir al dueño a preguntas de otro "vintagero" seguramente: ese es el mejor que tengo aquí (como todo buen vendedor mercadillero, je,je) y se lo dejo en 190.
Con el paso de los domingos ya fui hablando con él y llegué a comentarle lo que me gustaba el dichoso reloj. En un determinado día llegó a decirme que me lo dejaba en 170 y algunos más después me lo dejaba en 160 más dos o tres de mis Seikos. Pero siempre quedábamos como amigos: el con su Certina y yo con mis euros.
Este domingo pasado, paseando con un compañero de trabajo y de afición y al pasar por delante, le dije: mira que Certina más guapo tiene este hombre aquí . Y mi compañero: pues cómpraselo si te gusta. Y yo: el día que se ponga a tono, porque lo tiene muy caro. Y seguimos paseando sin más.
Cuando yo ya me iva por el centro de la plaza oí que me llamaba: ¡¡Oye!! Llévate el Certina hombre, si estás que se te van los ojos. Hoy no he vendido nada y te lo dejo en 150. Tiene una máquina fantástica". Pensando en que en la vida lo aceptaría le dije: en 135 me lo llevo. Dudó dos o tres segundos y me dice: ¡venga! fíjate si estaré desesperado hoy para venderte este reloj en menos de 150. Lo abrí, vi la máquina, una KF 324, muy bien conservada y, como no me pude volver atrás, ya está en casa. Ni siquiera lo analicé. No ha sido un regalo, lo sé, pero tampoco una locura demasiado grande ¿no os parece así?.
Al llegar a casa y sentarme a mirarlo detenidamente veo que está algo atrasado y que el segundero a veces hace como intentos de parada y luego recupera; así que pensé que el resorte que lo mantiene firme (algunos de estos movimientos llevan el segundero sin rueda, un vástago con un piñón en la punta y el resorte) no estaba haciendo bien su función porque ya otras veces había visto este mismo efecto de que el segundero anda como a saltitos por mor de ese resorte.
Sin pensarlo, a la mesa y a abrirlo. Veo que en este caso el resorte es un simple talco pequeñito que está prácticamente plano por lo que no ejerce presión casi ninguna y veo también que el reloj no está limpio. Lo desmonto, limpio, aceito y monto y ya compruebo que el efecto ha desaparecido. O casi, porque después de un buen rato mirándolo me parece apreciar que hay un pequeñísimo extraño en su movimiento aunque muy de tarde en tarde.
Abro otra vez y mirándolo ya todo como un halcón veo que el volante hace un pequeño alabeo. Saco su puente y compruebo que la espiga inferior (la superior en la muñeca) está casi gastada o rota pero queda un pedacito. ¡Y así ha estado y está funcionando!. Cuando lo ha visto mi relojero dice que le parece increible que funcione en ese estado y con buena marcha. Tan buena que, al montarlo, ni lo vi porque fue dejarlo caer en su alojamiento y empezar a oscilar como un loco.
Todo este ladrillo viene a cuento para alavar las bondades de Certina: con razón tiene el nombre que tiene. Y para contar la historia del regateo, je,je,je.
En este caso se comparte eje de volante con el 320, el 321 y el 324; así que ya está localizado para ser cambiado un día de estos, sólo falta tener el hueco.
Os anticipo algo de su aspecto.
Un saludo desde Sevilla. ¡Casi ná!
PS. Como ya se ha comentado por aquí, las letras en cursiva de la marca indican que es, como mucho, de 1954. Y ya tengo localizado también el tornillo de caja que falta. Cuando se abra se hace todo de una vez.
Con el paso de los domingos ya fui hablando con él y llegué a comentarle lo que me gustaba el dichoso reloj. En un determinado día llegó a decirme que me lo dejaba en 170 y algunos más después me lo dejaba en 160 más dos o tres de mis Seikos. Pero siempre quedábamos como amigos: el con su Certina y yo con mis euros.
Este domingo pasado, paseando con un compañero de trabajo y de afición y al pasar por delante, le dije: mira que Certina más guapo tiene este hombre aquí . Y mi compañero: pues cómpraselo si te gusta. Y yo: el día que se ponga a tono, porque lo tiene muy caro. Y seguimos paseando sin más.
Cuando yo ya me iva por el centro de la plaza oí que me llamaba: ¡¡Oye!! Llévate el Certina hombre, si estás que se te van los ojos. Hoy no he vendido nada y te lo dejo en 150. Tiene una máquina fantástica". Pensando en que en la vida lo aceptaría le dije: en 135 me lo llevo. Dudó dos o tres segundos y me dice: ¡venga! fíjate si estaré desesperado hoy para venderte este reloj en menos de 150. Lo abrí, vi la máquina, una KF 324, muy bien conservada y, como no me pude volver atrás, ya está en casa. Ni siquiera lo analicé. No ha sido un regalo, lo sé, pero tampoco una locura demasiado grande ¿no os parece así?.
Al llegar a casa y sentarme a mirarlo detenidamente veo que está algo atrasado y que el segundero a veces hace como intentos de parada y luego recupera; así que pensé que el resorte que lo mantiene firme (algunos de estos movimientos llevan el segundero sin rueda, un vástago con un piñón en la punta y el resorte) no estaba haciendo bien su función porque ya otras veces había visto este mismo efecto de que el segundero anda como a saltitos por mor de ese resorte.
Sin pensarlo, a la mesa y a abrirlo. Veo que en este caso el resorte es un simple talco pequeñito que está prácticamente plano por lo que no ejerce presión casi ninguna y veo también que el reloj no está limpio. Lo desmonto, limpio, aceito y monto y ya compruebo que el efecto ha desaparecido. O casi, porque después de un buen rato mirándolo me parece apreciar que hay un pequeñísimo extraño en su movimiento aunque muy de tarde en tarde.
Abro otra vez y mirándolo ya todo como un halcón veo que el volante hace un pequeño alabeo. Saco su puente y compruebo que la espiga inferior (la superior en la muñeca) está casi gastada o rota pero queda un pedacito. ¡Y así ha estado y está funcionando!. Cuando lo ha visto mi relojero dice que le parece increible que funcione en ese estado y con buena marcha. Tan buena que, al montarlo, ni lo vi porque fue dejarlo caer en su alojamiento y empezar a oscilar como un loco.
Todo este ladrillo viene a cuento para alavar las bondades de Certina: con razón tiene el nombre que tiene. Y para contar la historia del regateo, je,je,je.
En este caso se comparte eje de volante con el 320, el 321 y el 324; así que ya está localizado para ser cambiado un día de estos, sólo falta tener el hueco.
Os anticipo algo de su aspecto.
Un saludo desde Sevilla. ¡Casi ná!
PS. Como ya se ha comentado por aquí, las letras en cursiva de la marca indican que es, como mucho, de 1954. Y ya tengo localizado también el tornillo de caja que falta. Cuando se abra se hace todo de una vez.
Última edición: