Tenemos que tener en cuenta que son épocas en que un hombre no puede parecer nada femenino si no quiere ser tildado de nada por la sociedad, teniendo en cuenta que ciertos comportamientos eran ademas perseguidos por la justicia. Por eso hasta el siglo XX, donde todo cambio con las grandes guerras, todo lo que supusiese salirse de la norma impuesta seria impensable. El reloj de pulsera, asociado desde tiempo atrás al uso exclusivo de las mujeres, paso en esos momentos a ser usados por los hombres, que durante la guerra verían su utilidad a la hora de consultar la hora. Y es que tras un siglo de grandes avances, de fe ciega en una ciencia que se creía nunca cesaría en su avance imparable, épocas de prosperidad absoluta, la gran guerra del 14 dio al traste con toda esa fe en el progreso y la férrea sociedad anterior, encorsetada y hermética, comenzó a desmoronarse. Por eso hablamos de los felices años 20, donde la felicidad americana dio lugar a un nuevo concepto social, donde las mujeres empezaron a tener otro papel cada vez mas predominante, desdibujándose poco a poco los limites entre sexos. En definitiva, cambio la perspectiva de ver las cosas.
Por eso la ropa cambio con las nuevas modas, y no era raro ver ya que los relojes empezaban a lucirse en las muñecas de los hombres que habían estado en el frente, moda que otros adoptarían paulatinamente.
Respecto a lo de los ferroviarios, es normal que tuviesen el silbato prendido con una cadenilla en un ojal superior, puesto que exigía una cadena mas pequeña para hacer el recorrido hasta la boca. En cambio, para un ferroviario que tiene que mirar su reloj para controlar horarios constantemente seria lógico que lo llevase en su chaleco o pantalón, dado que sacarlo del bolsillo superior de su chaqueta seria mas engorroso para cosultarlo.