Los Museos
Palacio del Tiempo y
El Misterio del Jerez forman los Museos de la Atalaya, un conjunto situado en unos jardines declarados Bien de Interés Cultural (BIC) y Patrimonio Histórico Andaluz, en los que viven árboles centenarios.
Diez salas albergan la colección única del
Palacio del Tiempo, una de las más importantes del mundo. Comenzó su colección de relojes en 1972 y en estos 34 años ha conseguido reunir concretamente 302 relojes originales y antiquísimos.
Con efectos visuales especiales y sonidos que envuelven al visitante, comienza el recorrido por un mundo mágico donde el ‘tic-tac’ constante de los variados y diferentes relojes es el verdadero protagonista. Grandes, pequeños, redondos, con formas extravagantes, decorados con figuras mitológicas, fabricados en los países con mayor tradición relojera, como son Francia, Inglaterra, Suiza, Alemania, etc., son algunos de los relojes que forman este museo. <TABLE cellSpacing=0 cellPadding=2 width=286 align=right border=0><TBODY><TR><TD align=middle>
</TD></TR><TR><TD align=middle><TABLE cellSpacing=0 cellPadding=0 width=250 border=0><TBODY><TR><TD class=lNegraPN>Maquinaria del reloj misterioso</TD></TR></TBODY></TABLE></TD></TR></TBODY></TABLE>
A pesar de que todos y cada uno de los relojes tienen detalles curiosos, “lo que más llama la atención son tres: el reloj de Sol, en el que la esfera está colocada en posición horizontal (como los relojes solares), el reloj misterioso, característico porque las manillas indican la hora sin que podamos ver la maquinaria, y el reloj marinero. Este último marca los segundos con el movimiento de un timón dirigido por un marinero”, señala Rosa Guerra, secretaria de los Museos de la Atalaya.
Sin duda, otro de los relojes más expectantes es el más antiguo de la colección: un reloj italiano fabricado en 1670, al que piedras semipreciosas como el lapislázuli, el cuarzo, y la turquesa le ponen el toque de color. Es un reloj chimenea, es decir, se necesitaba la luz de una vela para poder ver la hora que marcaba y el humo desprendido de ella salía por un conducto colocado en la parte superior.