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Lo que viene a continuación viene a decir una cosa muy simple: NO HAY PELIGRO PARA LOS RELOJES CON LAS COCINAS DE INDUCCIÓN.
Y ahora un capítulo del Libro Gordo de Petete:
Una cocina de inducción se basa en un efecto de creación de corrientes eléctricas en los metales próximos a una bobina -que es la que constituye la placa que calienta- que genera un campo magnético de alta frecuencia (he dicho...)
Esto quiere decir que la placa de inducción genera un campo magnético a su alrededor; este campo es alterno (de una frecuencia de varios miles de hercios). Al ser alterno es capaz de inducir corrientes eléctricas en los objetos hechos de materiales conductores. las corrientes inducidas son tanto más intensas cuanto más "receptivo" al magnetismo sea el material y, para acabar, el acero (material ferromagnético por excelencia) es el que mejor se calienta.
El campo magnético se establece SIN contacto físico entre la placa y el objeto a calentar por lo que NO requiere que el objeto que se calienta llegue a tocar la superficie del aparato calentador. Con estar cerca, vale.
Osea que si colocas un objeto de acero lo bastante cerca del chisme y esperas lo suficiente, lo puedes fundir.
Ahora, las buenas noticias:
A efectos prácticos, "cerca" quiere decir "muuuy cerca: prácticamente tocando". Es decir que queda entre el reloj y la placa, el efecto es prácticamente nulo e inapreciable. Para poner un ejemplo: a un centímetro, el efecto es ridículo.
¿Qué precauciones conviene tomar con un reloj? Pues... no darle golpes, llevarlo a revisión, no someterlo a vibraciones... todo eso. Ya sabéis.
¿Y con respecto a las cocinas de inducción? Pues ninguna: La alta frecuencia NO magnetiza el reloj (la baja sí: pero esa ya es otra historia) y en cuanto al calentamiento, tendríais que ponerlo físicamente encima de la placa y darle caña un rato. Como si lo estuviéseis haciendo "a la plancha". Habría que ser bastante bruto y el sistema sería parecido a ponerlo encima de una cocina de gas o de resistencias.
Si lo lleváis puesto normalmente (en la muñeca, vaya), el efecto de la cocina de inducción en el reloj es despreciable. Está demasiado lejos de la placa para que ésta transfiera una cantidad de energía capaz de generar ningún efecto real por medio de un campo magnético que -recordemos- disminuye en intensidad con el cuadrado de la distancia (tranquilos: cosas de ingenieros y frikis).
Lo del aluminio y el espesor y todo eso es cierto: cada material tiene unas propiedades magnéticas diferentes y, por ejemplo, el aluminio "calienta peor" que el acero porque no es ferromagnético. Prueba: si le acercas un imán y no se pega, calentará poco por inducción. Si el espesor es muy pequeño, malo también.
Por cierto: NO uséis un imán permanente para comprobar si vuestro reloj es magnético porque es probable que lo echéis a perder.
Lo que viene a continuación viene a decir una cosa muy simple: NO HAY PELIGRO PARA LOS RELOJES CON LAS COCINAS DE INDUCCIÓN.
Y ahora un capítulo del Libro Gordo de Petete:
Una cocina de inducción se basa en un efecto de creación de corrientes eléctricas en los metales próximos a una bobina -que es la que constituye la placa que calienta- que genera un campo magnético de alta frecuencia (he dicho...)
Esto quiere decir que la placa de inducción genera un campo magnético a su alrededor; este campo es alterno (de una frecuencia de varios miles de hercios). Al ser alterno es capaz de inducir corrientes eléctricas en los objetos hechos de materiales conductores. las corrientes inducidas son tanto más intensas cuanto más "receptivo" al magnetismo sea el material y, para acabar, el acero (material ferromagnético por excelencia) es el que mejor se calienta.
El campo magnético se establece SIN contacto físico entre la placa y el objeto a calentar por lo que NO requiere que el objeto que se calienta llegue a tocar la superficie del aparato calentador. Con estar cerca, vale.
Osea que si colocas un objeto de acero lo bastante cerca del chisme y esperas lo suficiente, lo puedes fundir.
Ahora, las buenas noticias:
A efectos prácticos, "cerca" quiere decir "muuuy cerca: prácticamente tocando". Es decir que queda entre el reloj y la placa, el efecto es prácticamente nulo e inapreciable. Para poner un ejemplo: a un centímetro, el efecto es ridículo.
¿Qué precauciones conviene tomar con un reloj? Pues... no darle golpes, llevarlo a revisión, no someterlo a vibraciones... todo eso. Ya sabéis.
¿Y con respecto a las cocinas de inducción? Pues ninguna: La alta frecuencia NO magnetiza el reloj (la baja sí: pero esa ya es otra historia) y en cuanto al calentamiento, tendríais que ponerlo físicamente encima de la placa y darle caña un rato. Como si lo estuviéseis haciendo "a la plancha". Habría que ser bastante bruto y el sistema sería parecido a ponerlo encima de una cocina de gas o de resistencias.
Si lo lleváis puesto normalmente (en la muñeca, vaya), el efecto de la cocina de inducción en el reloj es despreciable. Está demasiado lejos de la placa para que ésta transfiera una cantidad de energía capaz de generar ningún efecto real por medio de un campo magnético que -recordemos- disminuye en intensidad con el cuadrado de la distancia (tranquilos: cosas de ingenieros y frikis).
Lo del aluminio y el espesor y todo eso es cierto: cada material tiene unas propiedades magnéticas diferentes y, por ejemplo, el aluminio "calienta peor" que el acero porque no es ferromagnético. Prueba: si le acercas un imán y no se pega, calentará poco por inducción. Si el espesor es muy pequeño, malo también.
Por cierto: NO uséis un imán permanente para comprobar si vuestro reloj es magnético porque es probable que lo echéis a perder.
Lo que viene a continuación viene a decir una cosa muy simple: NO HAY PELIGRO PARA LOS RELOJES CON LAS COCINAS DE INDUCCIÓN.
Y ahora un capítulo del Libro Gordo de Petete:
Una cocina de inducción se basa en un efecto de creación de corrientes eléctricas en los metales próximos a una bobina -que es la que constituye la placa que calienta- que genera un campo magnético de alta frecuencia (he dicho...)
Esto quiere decir que la placa de inducción genera un campo magnético a su alrededor; este campo es alterno (de una frecuencia de varios miles de hercios). Al ser alterno es capaz de inducir corrientes eléctricas en los objetos hechos de materiales conductores. las corrientes inducidas son tanto más intensas cuanto más "receptivo" al magnetismo sea el material y, para acabar, el acero (material ferromagnético por excelencia) es el que mejor se calienta.
El campo magnético se establece SIN contacto físico entre la placa y el objeto a calentar por lo que NO requiere que el objeto que se calienta llegue a tocar la superficie del aparato calentador. Con estar cerca, vale.
Osea que si colocas un objeto de acero lo bastante cerca del chisme y esperas lo suficiente, lo puedes fundir.
Ahora, las buenas noticias:
A efectos prácticos, "cerca" quiere decir "muuuy cerca: prácticamente tocando". Es decir que queda entre el reloj y la placa, el efecto es prácticamente nulo e inapreciable. Para poner un ejemplo: a un centímetro, el efecto es ridículo.
¿Qué precauciones conviene tomar con un reloj? Pues... no darle golpes, llevarlo a revisión, no someterlo a vibraciones... todo eso. Ya sabéis.
¿Y con respecto a las cocinas de inducción? Pues ninguna: La alta frecuencia NO magnetiza el reloj (la baja sí: pero esa ya es otra historia) y en cuanto al calentamiento, tendríais que ponerlo físicamente encima de la placa y darle caña un rato. Como si lo estuviéseis haciendo "a la plancha". Habría que ser bastante bruto y el sistema sería parecido a ponerlo encima de una cocina de gas o de resistencias.
Si lo lleváis puesto normalmente (en la muñeca, vaya), el efecto de la cocina de inducción en el reloj es despreciable. Está demasiado lejos de la placa para que ésta transfiera una cantidad de energía capaz de generar ningún efecto real por medio de un campo magnético que -recordemos- disminuye en intensidad con el cuadrado de la distancia (tranquilos: cosas de ingenieros y frikis).
Lo del aluminio y el espesor y todo eso es cierto: cada material tiene unas propiedades magnéticas diferentes y, por ejemplo, el aluminio "calienta peor" que el acero porque no es ferromagnético. Prueba: si le acercas un imán y no se pega, calentará poco por inducción. Si el espesor es muy pequeño, malo también.
Por cierto: NO uséis un imán permanente para comprobar si vuestro reloj es magnético porque es probable que lo echéis a perder.
Cocinar con el reloj puesto es desaconsejable... porque se puede manchar, llevar golpes o mojar, que en el caso de correas de cuero es doblemente malo: grasas + agua = desastre.
Otra cosa diferente (que te hemos visto, tío listo) es que te escaquees de cocinar con lo de "Ay, cariño, yo no me pongo cerca de la inducción que igual se me estropea el relós".