Maranello
Habitual
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Hola,
Pues estaba yo paseando por ese boulevard de las tentaciones...y ví una preciosa Parker 75 Cisèle a la que hacía ya muuuchos años que le tenía echado el ojo.
Hará unos cuatro decenios ya de eso, cuando caí enamorado de mi profesora de lengua que -mire usted que casualidad- iba armada de tan bello instrumento para corregir y suspender con mordaces comentarios mis titubeantes respuestas sobre la gramática generativa y Chomsky (que Dios confunda ).
Iba yo vagando como alma en pena, hasta el día en que una compañera de clase tuvo a bien apiadarse de mí, y cual ángel caído arrastróme a los infiernos para demostrarme sin género de duda posible que lo mío eran las ciencias, y que Chomsky (que Dios confunda ) era sumamente más aburrido que las clases particulares de anatomía a las que me sometió la Valquiria en cuestión.
En efecto, la carne es débil...y las dos poderosas razones que esgrimía mi compañera eran mucho más terrenales y asequibles que la inalcanzable profesora, también conocida como "La Peras" por toda la banda de quinceañeros (y la "tía esa" por toda la banda de quinceañeras ).
Total, que ya una vez en la edad más o menos adulta, la valquiria, la profesora, y Chomsky (que Dios confunda ) cayeron en el pozo del olvido. Pero la Parker 75 no.
Y esto nos lleva al presente, donde el pasado día de Reyes por la tarde, con la corona de cartón en la cabeza y el roscón produciéndome una somnolencia (y acidez de estómago) que me mantenía desparramado en el sofá, opté por alargar lánguidamente la mano y asir el iPad.
Con un dedo pulsé el icono de la Bahía, y tras dejar una miga de fruta escarchada incrustada en la pantalla (por cierto, ¿ a alguien le gusta la fruta escarchada ?) recorrí con displicencia las ofertas de estilográficas para ver súbitamente en una foto a mi viejo sueño resplandeciente (y no, no era Chomsky, que Dios confunda). A un precio de salida de 90 maravedíes era cuando menos tentador...pujé desapasionadamente, convencido que no caería la breva.
Pues cayó. Digo yo que mis congéneres de afición estarían aún más empachados que yo y dejaron pasar la ocasión -esa que pintan calva- o que los astros se alinearon aquella tarde...lo cuál no es óbice para que pasara la noche a base de sal de frutas, todo sea dicho.
En fin, que me voy por las ramas. Me llegó la pluma hace escasos días, la entinté, me maravilló como escribía, y esta tarde me he dicho :"vamos a colgar una breve reseña y cuatro fotos en el foro para que los compañeros y compañeras palidezcan de envidia". Pues nada, ahí lo dejo que es tarde y hay que merendar. Y hablando de comida, porqué ponen fruta escarchada en los roscones de Reyes si nadie se la come ?
PD. Dedicado cariñosamente a la valquiria, a la profe de lengua, y a Chomsky (que Dios confunda )
Pues estaba yo paseando por ese boulevard de las tentaciones...y ví una preciosa Parker 75 Cisèle a la que hacía ya muuuchos años que le tenía echado el ojo.
Hará unos cuatro decenios ya de eso, cuando caí enamorado de mi profesora de lengua que -mire usted que casualidad- iba armada de tan bello instrumento para corregir y suspender con mordaces comentarios mis titubeantes respuestas sobre la gramática generativa y Chomsky (que Dios confunda ).
Iba yo vagando como alma en pena, hasta el día en que una compañera de clase tuvo a bien apiadarse de mí, y cual ángel caído arrastróme a los infiernos para demostrarme sin género de duda posible que lo mío eran las ciencias, y que Chomsky (que Dios confunda ) era sumamente más aburrido que las clases particulares de anatomía a las que me sometió la Valquiria en cuestión.
En efecto, la carne es débil...y las dos poderosas razones que esgrimía mi compañera eran mucho más terrenales y asequibles que la inalcanzable profesora, también conocida como "La Peras" por toda la banda de quinceañeros (y la "tía esa" por toda la banda de quinceañeras ).
Total, que ya una vez en la edad más o menos adulta, la valquiria, la profesora, y Chomsky (que Dios confunda ) cayeron en el pozo del olvido. Pero la Parker 75 no.
Y esto nos lleva al presente, donde el pasado día de Reyes por la tarde, con la corona de cartón en la cabeza y el roscón produciéndome una somnolencia (y acidez de estómago) que me mantenía desparramado en el sofá, opté por alargar lánguidamente la mano y asir el iPad.
Con un dedo pulsé el icono de la Bahía, y tras dejar una miga de fruta escarchada incrustada en la pantalla (por cierto, ¿ a alguien le gusta la fruta escarchada ?) recorrí con displicencia las ofertas de estilográficas para ver súbitamente en una foto a mi viejo sueño resplandeciente (y no, no era Chomsky, que Dios confunda). A un precio de salida de 90 maravedíes era cuando menos tentador...pujé desapasionadamente, convencido que no caería la breva.
Pues cayó. Digo yo que mis congéneres de afición estarían aún más empachados que yo y dejaron pasar la ocasión -esa que pintan calva- o que los astros se alinearon aquella tarde...lo cuál no es óbice para que pasara la noche a base de sal de frutas, todo sea dicho.
En fin, que me voy por las ramas. Me llegó la pluma hace escasos días, la entinté, me maravilló como escribía, y esta tarde me he dicho :"vamos a colgar una breve reseña y cuatro fotos en el foro para que los compañeros y compañeras palidezcan de envidia". Pues nada, ahí lo dejo que es tarde y hay que merendar. Y hablando de comida, porqué ponen fruta escarchada en los roscones de Reyes si nadie se la come ?
PD. Dedicado cariñosamente a la valquiria, a la profe de lengua, y a Chomsky (que Dios confunda )
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