B
barista
Visitante
Buenos días amigas y amigos del Off Topic Grafos,
Un placer saludarlos en estas fiestas tan especiales
Ayer he estado de visita en la casa de un amigo. Y este amigo, de 54 años, me ha confesado - entre avergonzado y orgulloso.... vaya incoherencia - que siente pasión por los juguetes. Los autitos a escala y los aviones, principalmente.... los mismos juguetes por los que se extasiaba en la infancia. Me ha mostrado la habitación que ha destinado para tal fin: su sala de juegos particular... en la que dá rienda suelta a ese niño que lleva adentro. Ese niño que sigue allí, que nunca se fue.
Este amigo me ha contado que una vez cada 15 días viene otro amigo de él para jugar un rato. Este amigo es un apasionado del ferromodelismo. Un hobby que tuvo olvidado hasta hace un par de años, pero que retomó al jubilarse. Y este señor, entre trencitos y puentes y vías pequeñitas pasa sus días, feliz como cuando era solo un infante.
Y en mis recientes vacaciones en México he sido testigo de cómo un alto ejecutivo de una multinacional.... pasaba horas enteras con sus soldados a escala murmurando órdenes, alistándolos y planificando aniñadas estrategias...
No sé si a ustedes les ocurre algo parecido. Pero también a mí me está pasando. Últimamente me he puesto más sentimental que nunca: vuelvo sobre mis pasos, miro hacia el pasado, siento nostalgia por ese período de mi vida en la que sólo debía preocuparme por jugar y aprender sin prisas y con los ojos abiertos a un mundo lleno de aventuras en países lejanos. España era, por ejemplo, un lugar muy lejano e inaccesible que existía en los manuales escolares. De niña conocí a don Joaquín que tenía una panadería en mi barrio. Era español de Alicante. Y recuerdo como si fuese hoy cómo le gustaba contar su vuelta a su pueblo en 1963: la comida de los aviones ( yo estaba asombradísima con eso... que se podía comer arriba de un avión - las peripecias en el aeropuerto de Amsterdam - había viajado por SAS - el dolor de piernas y la hinchazón.... y de cómo había bajado del avión sin zapatos por los tobillos como bolos y medio mareado de tantas escalas y tantas subidas y bajadas. Pero la historia no es esa... sino que de su Alicante amado y venerado había vuelto con dos de sus juguetes de la infancia: un muy rudimentario camioncito de madera y un balero todo carcomido y sucio.
Y mi madre y yo lo escuchábamos y nos asombrábamos cada vez que contaba la historia. Esa historia que recién ahora entiendo, 40 años después. 40 años atrás no tenía idea de lo que pasaría, de lo que pasó y de lo que pasa en mi vida; no sabía que llegaría a los 50 y que entendería a Joaquín con su dolor de pies, sus asombros extrapolados ante culturas desconocidas y la renovada fascinación por los juguetes.
Serengenge72013 ha empezado a bajar la escalera. Llegamos a un punto, y cuando llegamos damos media vuelta y comenzamos el mismo camino pero hacia atrás. Y es divertido, si es que logramos encontrarle el lado amable.
De vuelta ya de la casa de mi amigo me fui con una amiga a la liquidación de una librería. Carmen ( así se llama la señora ), que pasados los 70 años se la vé espléndida y eléctrica, se llevó unos bolígrafos de precisión Rotring, un set vintage de los ´70 muy parecido al que ella había usado cuando aún soñaba ser arquitecta. Sé que tiene cientos de ellos, juega con ellos.... como cuando jugaba a crear grandes proyectos y diseños.
Y yo me llevé... ya lo verán, no deseo adelantar. Pero se trata de témperas y una cartuchera muy particular....
Los dejo con Piano un hermoso poema de D.H. Lawrence que no traduciré, permítanme esa licencia.
Un placer saludarlos en estas fiestas tan especiales
Ayer he estado de visita en la casa de un amigo. Y este amigo, de 54 años, me ha confesado - entre avergonzado y orgulloso.... vaya incoherencia - que siente pasión por los juguetes. Los autitos a escala y los aviones, principalmente.... los mismos juguetes por los que se extasiaba en la infancia. Me ha mostrado la habitación que ha destinado para tal fin: su sala de juegos particular... en la que dá rienda suelta a ese niño que lleva adentro. Ese niño que sigue allí, que nunca se fue.
Este amigo me ha contado que una vez cada 15 días viene otro amigo de él para jugar un rato. Este amigo es un apasionado del ferromodelismo. Un hobby que tuvo olvidado hasta hace un par de años, pero que retomó al jubilarse. Y este señor, entre trencitos y puentes y vías pequeñitas pasa sus días, feliz como cuando era solo un infante.
Y en mis recientes vacaciones en México he sido testigo de cómo un alto ejecutivo de una multinacional.... pasaba horas enteras con sus soldados a escala murmurando órdenes, alistándolos y planificando aniñadas estrategias...
No sé si a ustedes les ocurre algo parecido. Pero también a mí me está pasando. Últimamente me he puesto más sentimental que nunca: vuelvo sobre mis pasos, miro hacia el pasado, siento nostalgia por ese período de mi vida en la que sólo debía preocuparme por jugar y aprender sin prisas y con los ojos abiertos a un mundo lleno de aventuras en países lejanos. España era, por ejemplo, un lugar muy lejano e inaccesible que existía en los manuales escolares. De niña conocí a don Joaquín que tenía una panadería en mi barrio. Era español de Alicante. Y recuerdo como si fuese hoy cómo le gustaba contar su vuelta a su pueblo en 1963: la comida de los aviones ( yo estaba asombradísima con eso... que se podía comer arriba de un avión - las peripecias en el aeropuerto de Amsterdam - había viajado por SAS - el dolor de piernas y la hinchazón.... y de cómo había bajado del avión sin zapatos por los tobillos como bolos y medio mareado de tantas escalas y tantas subidas y bajadas. Pero la historia no es esa... sino que de su Alicante amado y venerado había vuelto con dos de sus juguetes de la infancia: un muy rudimentario camioncito de madera y un balero todo carcomido y sucio.
Y mi madre y yo lo escuchábamos y nos asombrábamos cada vez que contaba la historia. Esa historia que recién ahora entiendo, 40 años después. 40 años atrás no tenía idea de lo que pasaría, de lo que pasó y de lo que pasa en mi vida; no sabía que llegaría a los 50 y que entendería a Joaquín con su dolor de pies, sus asombros extrapolados ante culturas desconocidas y la renovada fascinación por los juguetes.
Serengenge72013 ha empezado a bajar la escalera. Llegamos a un punto, y cuando llegamos damos media vuelta y comenzamos el mismo camino pero hacia atrás. Y es divertido, si es que logramos encontrarle el lado amable.
De vuelta ya de la casa de mi amigo me fui con una amiga a la liquidación de una librería. Carmen ( así se llama la señora ), que pasados los 70 años se la vé espléndida y eléctrica, se llevó unos bolígrafos de precisión Rotring, un set vintage de los ´70 muy parecido al que ella había usado cuando aún soñaba ser arquitecta. Sé que tiene cientos de ellos, juega con ellos.... como cuando jugaba a crear grandes proyectos y diseños.
Y yo me llevé... ya lo verán, no deseo adelantar. Pero se trata de témperas y una cartuchera muy particular....
Los dejo con Piano un hermoso poema de D.H. Lawrence que no traduciré, permítanme esa licencia.
| S[SIZE=-1]OFTLY,[/SIZE] in the dusk, a woman is singing to me; | |
| Taking me back down the vista of years, till I see | |
| A child sitting under the piano, in the boom of the tingling strings | |
| And pressing the small, poised feet of a mother who smiles as she sings. | |
| In spite of myself, the insidious mastery of song | [SIZE=-2] 5[/SIZE] |
| Betrays me back, till the heart of me weeps to belong | |
| To the old Sunday evenings at home, with winter outside | |
| And hymns in the cosy parlour, the tinkling piano our guide. | |
| So now it is vain for the singer to burst into clamour | |
| With the great black piano appassionato. The glamour | [SIZE=-2] 10[/SIZE] |
| Of childish days is upon me, my manhood is cast | |
| Down in the flood of remembrance, I weep like a child for the past. |
| Buenos días a todos, y muy felices pascuas serengenge72013 |
Última edición por un moderador:
: