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Hoy paseando por Palma me he topado con el nuevo local de Relojería Alemana en una de las mejores zonas comerciales y turísticas de la ciudad.
No he podido evitar pararme y mirar su escaparate, el de Rolex, unas piezas hermosas que bajo las lámparas del escaparate todavía resaltaban más su belleza con brillos y tonalidades acero y oro, impolutas, mágicas, casi insultantes e inalcanzables para tantos...
Me decido a entrar para poder examinar y tocar un Datejust de los nuevos y un Daytona.
Doblo la esquina y encuentro la puerta, está cerrada, hay que tocar un timbre para que te abran, justo detrás de la puerta un guarda de seguridad me mira desconfiado, no hay otros clientes dentro, tan solo el segurata y dos hermosas dependientas que también me escudriñan durante unos segundos.
Deciden que no represento una amenaza inminente y se me abre la puerta, saludo amablemente mientras cruzo el umbral junto al guarda de seguridad, un hombre bajito y enjuto, percibo que mi presencia de casi dos metros y 100 kilos le intimida ,él cierra la puerta tras de mi mientras avanzo hacía una de las dependientas, cerca de las mesas y sillas que usan para que los clientes examinen y se prueben las joyas. Ella me saluda con una sonrisa mientras me invita a sentarme, pero yo me quedo de pie y le digo que me gustaría ver uno de los Rolex que hay en el escaparate. Junto a ella, la otra dependienta estaba colocando otras joyas en un escaparate contiguo, usando guantes para no dejar mácula en las piezas, mi dependienta me pregunta si deseo tomar algo, a loq ue contesto que no, y se lo agradezco mucho, mientras ella abre el escaparate por su parte interior le comento que es la primera vez que veo este local, ella me dice que lo han abierto muy recientemente (muy probablemente hoy), mientras ella busca la pieza yo voy recorriendo con la mirada el local, todo nuevo y tan limpio... veo que el de seguridad no me quita ojo... bueno.. es su trabajo supongo...
Por fin Naomi (ese es su nombre, pues antes de irme me dará su tarjeta) se acerca con el Datejust, ahora si que tomo asiento y me dispongo a examinar el Rolex, es de esfera negra, grande, con el bisel liso pulido a espejo, yo andaba buscando uno con la esfera blanca, así que le pregunto a la joven si tienen alguno con esas características, ella toma asiento y saca un catálogo con tipos de esferas y me comenta que se puede arreglar, pero que a ella le gusta más con esfera negra, a punto ha estado de salir mi otro yo, el borde, y decirle; "ya, pero lo importante es que me guste a mi, no a ti" pero me reprimo... es tan bonita y educada.... en fin.. tras examinar y toquetear el Datejust le pido que me enseñe un Daytona, solo lo tenían en acero y oro, lo deposita en la bandeja de exhibición, junto al Datejust, cojo el reloj, noto su peso y la suavidad de su acero pulido, por mucho que lo miro no encuentro ni el más mínimo defecto, todas sus agujas bien centradas, todo perfecto... el reloj está parado, pero la trotadora marca 10 segundos, lo pongo en marcha agitándolo levemente, el crono estaba en marcha, Naomi me observa, me deja manipular..., desenrosco los pulsadores del crono, lo paro y lo reseteo, perfecto, ella sigue observando, confía en mi, nota que mis manos no vacilan, sabe que no es la primera vez, vuelvo a roscar los pulsadores con delicadeza, ella mira mis manos acariciando tan exquisita obra, levanto la mirada y me encuentro con la suya, pero rápidamente volvemos a centrar el foco en el reloj y en mis manos, ninguno habla, yo estoy extasiado por las tres maravillas que tengo ante mi, son unos segundos casi eróticos... sensuales......
Deposito el Daytona en la bandeja, junto al Datejust que también me ha dejado poseer por unos instantes, bueno, le digo que por favor me anote los precios, ella muy amable y diligentemente hace lo propio... la otra dependienta sigue a lo suyo, el segurata ya no está pendiente de mi..., ahora soy yo el que observa las manos de Naomi mientras ella escribe en una tarjeta, me entrega ambas cosas, la tarjeta y una amable sonrisa, nos levantamos, me despido agradeciendo la atención, estrecho su mano mientras ella me dice que muchas gracias por venir, saludo también a la otra dependienta, el segurata me abre la puerta, se le nota más tranquilo...
Y hasta aquí puedo leer.
No he podido evitar pararme y mirar su escaparate, el de Rolex, unas piezas hermosas que bajo las lámparas del escaparate todavía resaltaban más su belleza con brillos y tonalidades acero y oro, impolutas, mágicas, casi insultantes e inalcanzables para tantos...
Me decido a entrar para poder examinar y tocar un Datejust de los nuevos y un Daytona.
Doblo la esquina y encuentro la puerta, está cerrada, hay que tocar un timbre para que te abran, justo detrás de la puerta un guarda de seguridad me mira desconfiado, no hay otros clientes dentro, tan solo el segurata y dos hermosas dependientas que también me escudriñan durante unos segundos.
Deciden que no represento una amenaza inminente y se me abre la puerta, saludo amablemente mientras cruzo el umbral junto al guarda de seguridad, un hombre bajito y enjuto, percibo que mi presencia de casi dos metros y 100 kilos le intimida ,él cierra la puerta tras de mi mientras avanzo hacía una de las dependientas, cerca de las mesas y sillas que usan para que los clientes examinen y se prueben las joyas. Ella me saluda con una sonrisa mientras me invita a sentarme, pero yo me quedo de pie y le digo que me gustaría ver uno de los Rolex que hay en el escaparate. Junto a ella, la otra dependienta estaba colocando otras joyas en un escaparate contiguo, usando guantes para no dejar mácula en las piezas, mi dependienta me pregunta si deseo tomar algo, a loq ue contesto que no, y se lo agradezco mucho, mientras ella abre el escaparate por su parte interior le comento que es la primera vez que veo este local, ella me dice que lo han abierto muy recientemente (muy probablemente hoy), mientras ella busca la pieza yo voy recorriendo con la mirada el local, todo nuevo y tan limpio... veo que el de seguridad no me quita ojo... bueno.. es su trabajo supongo...
Por fin Naomi (ese es su nombre, pues antes de irme me dará su tarjeta) se acerca con el Datejust, ahora si que tomo asiento y me dispongo a examinar el Rolex, es de esfera negra, grande, con el bisel liso pulido a espejo, yo andaba buscando uno con la esfera blanca, así que le pregunto a la joven si tienen alguno con esas características, ella toma asiento y saca un catálogo con tipos de esferas y me comenta que se puede arreglar, pero que a ella le gusta más con esfera negra, a punto ha estado de salir mi otro yo, el borde, y decirle; "ya, pero lo importante es que me guste a mi, no a ti" pero me reprimo... es tan bonita y educada.... en fin.. tras examinar y toquetear el Datejust le pido que me enseñe un Daytona, solo lo tenían en acero y oro, lo deposita en la bandeja de exhibición, junto al Datejust, cojo el reloj, noto su peso y la suavidad de su acero pulido, por mucho que lo miro no encuentro ni el más mínimo defecto, todas sus agujas bien centradas, todo perfecto... el reloj está parado, pero la trotadora marca 10 segundos, lo pongo en marcha agitándolo levemente, el crono estaba en marcha, Naomi me observa, me deja manipular..., desenrosco los pulsadores del crono, lo paro y lo reseteo, perfecto, ella sigue observando, confía en mi, nota que mis manos no vacilan, sabe que no es la primera vez, vuelvo a roscar los pulsadores con delicadeza, ella mira mis manos acariciando tan exquisita obra, levanto la mirada y me encuentro con la suya, pero rápidamente volvemos a centrar el foco en el reloj y en mis manos, ninguno habla, yo estoy extasiado por las tres maravillas que tengo ante mi, son unos segundos casi eróticos... sensuales......
Deposito el Daytona en la bandeja, junto al Datejust que también me ha dejado poseer por unos instantes, bueno, le digo que por favor me anote los precios, ella muy amable y diligentemente hace lo propio... la otra dependienta sigue a lo suyo, el segurata ya no está pendiente de mi..., ahora soy yo el que observa las manos de Naomi mientras ella escribe en una tarjeta, me entrega ambas cosas, la tarjeta y una amable sonrisa, nos levantamos, me despido agradeciendo la atención, estrecho su mano mientras ella me dice que muchas gracias por venir, saludo también a la otra dependienta, el segurata me abre la puerta, se le nota más tranquilo...
Y hasta aquí puedo leer.
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