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De la casa
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Las diez mejores fragancias para onvres
Un bote de colonia es, sin duda alguna, el peor regalo que puede recibir un freak… o casi cualquier persona, for that matter. Todavía recuerdo con estupor la idea que tuvo alguien de regalarme, en mi gafotas adolescencia, un bote de Patricks Noir. ¿Qué querían, que espantase todavía más rápido al resto de la gente? ¡Una camiseta de Naranjito con lamparones tiene más atractivo sexual para una mujer que un tufazo a colonia aplicada sobre una camisa a cuadros y una raya a un lado! (Por lo menos, promete algo de sexo grumoso a alguna depravada, creo yo…). Y es que, en aquellos primeros noventa, tan sólo los pijos podían usar colonia y salirse con la suya. Hoy en día, también algún que otro metrosexual, aunque desembolsando todavía más dinero.
Un momento, se me olvidaba otro colectivo que también llevaba colonia y, a su particular manera, también lograba salirse con la suya.
Me refiero, claro está, a los ONVRES. Y más en concreto a esos maravillosos onvres que vivieron los '70 y '80 en su plenitud y que han intentado sobrevivirlos de la mejor forma posible. Sí, son esos que ves manteniendo sus impolutos peinados, sus anillazos, algún que otro bigotón y que, en el mejor de los casos podrían ser figurantes en la serie del Fary y, en el todavía mejor de los casos, podrían tomarse un coñac con Arturo Fernández. Sabéis quiénes son. Y los admiráis.
Pero esos onvres, en los '80, eran más, mejores y, sobre todo, estaban más a la vista. Por ese motivo, la publicidad se hacía para ellos y, lo que es más importante: las colonias también se hacían para ellos. Porque todos sabéis que entos onvres tenían su particular aroma. Este post es el tributo a una época en la que la publicidad era MUCHO mejor (sí, hay gente muy buena hoy en día, y con varios de ellos he tenido la fortuna de trabajar, pero todos sabemos que nunca volverá a haber otro frescor salvaje del Caribe) y, por encima de todo, es el tributo a unas marcas de colonia que no intentaron ni avergonzar a los freaks, ni hacer aún más repulsivos a los pijos ni robarles merecidamente los cuartos a fashion victims jugando a ser metrosexuales.
(...)
más de uno dirá "Pues Jacqs se merecía el primer puesto". Bien, amigos, una cosa es haber hecho el mejor anuncio de la historia, lo cual no es poco mérito, pero otra es haber formado parte de la cultura de occidente, de definir una tipología de ser humano, de que pronuncien el nombre de tu marca y que las sensaciones que evoque llenen la enciclopedia Larousse... Y eso sólo lo ha logrado una colonia:
1. Varón Dandy
A ningún onvre bien informado puede sorprenderle el primer puesto de la lista. Quien golpea primero, golpea dos veces, y Varón Dandy, desde la posguerra, tenía bien claro que si alguien tenía que apropiarse la exclusiva de los regalos para hombres en el día de los enamorados, esos tenían que ser ellos.
En la gran publicidad de los '60, en la que las sutilezas eran las precisas, Varón Dandy se apropió del mercado con sentencias tan poco ambiguas como "para usted, señor" o "el aroma de hombre". Y, con esas ideas tan claras, NADIE te puede venir luego a quitar el liderazgo.
Hace años, monté un documental bien freak en el cual los directores cogían a un personaje del Raval de sesentaitantos años – farlopero, trapicheador, putero y que vivía de cobrar a la gente de los rodajes a cambio de no chorizarles el material – y se lo llevaban al altiplano andino. El director, el chileno Christian Heisen me comentaba admirado "¿Sabes qué colonia usa Sevilla (así se llamaba el personaje que se refería a los directores como "los indígenas")? Viendo la fascinación del extranjero ante la apoteosis de la colonia carpetovetónica, sólo pude responder, lleno de seguridad "Varón Dandy".
Más de cincuenta años después, tengan bien claro que Varón Dandy nunca desaparecerá ni, mucho menos, dejará de ser la colonia para onvres definitiva. Ya han superado, como Iron Maiden, la prueba del tiempo: de insulto por parte de los cool a lograr ser un icono más cool que ellos (¡Si hasta Kirsten Dunst lleva sus camisetas!). Todo se trata de saber mantenerse contra viento y marea: las modas son pasajeras, lo realmente jrande se convierte en una leyenda que está más allá del bien y del mal. Por ejemplo ¿tiene sentido discutir sobre si "Star Wars" es buena o mala? ¿Alguien se plantea REALMENTE si Varón Dandy tiene o no un aroma chungo? Esos son debates para mediocres. Como muestra, este grupo de electrónica sofisticada que sabe que pocas cosas saben más a gloria – con bouquet afrutado – que un buen frasco de Varón Dandy.
Y esta onvría volverá a ser cool, no lo dudéis. De momento, las marcas sofisticadas intentan usar la masculinidad más extrema en su publicidad, pero con excusas. Cosas como la campaña de Tom Ford, recurre a la provocación à la Benetton en vez de al humor. Pero la onvría de verdad no pide excusas, así que, ya sabéis, tirad el contenido de Tom Ford al retrete y llenad las calles con las fragancias correctas: esas que nos hacen soñar a granel.
Menuda alegoría al olor setentero, olor que por otro lado ni sé si llegó a ser cool en sus días pero que a finales de los ochenta cuando este menda daba sus primeros pasos en las lides del amor, estaba totalmente superado. Era un olor penetrante y que la mayor parte de nuestra generación,creo que asocia a lo viejuno o abuelete cachondo e incluso a una cierta decadencia. Pero como lo decadente engancha y las modas vuelven, cuanto más obscenas, ridículas o diferentes mejor, quién sabe si en algún lugar están ya comprando en exclusiva su nueva distribución en grandes cadenas como Carrefour y que un futbolisto la vuelva a poner de moda como todo lo que debe desear un macho alfa.
Gracias por el aporte que a sido magnífico de leer.