artemalone
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Sin verificar
Hola a todos:
Hace ya mucho tiempo, cuando entré en el foro, preso de la envidia compré todo un icono estilográfico: una soberbia JINHAO X750 en color blanco que ha amortizado con creces los 6 euros que pagué por ella con envío incluido. Ha sido mi pluma de batalla, bonita, pesada, grande, elegante y llamativa.
Y me ha servido de banco de pruebas para todas las locuras que se me han ido ocurriendo.
Tras todas estas perrerías el esmalte se comenzó a desprender en el capuchón, dejando el metal al descubierto
Así que se me ocurrió intentar disimular el desconchón con laca de uñas. Enmascarando la pieza sin ningún tipo de cuidado y, eligiendo en el neceser de mi niña pequeña el color de uñas más parecido al original de la pluma, conseguí esto:
Una auténtica chapuza. Parecía una etiqueta de un precio. Y es que una única capa de esmalte de uñas barato no es suficiente para cubrir con color, así que tuve que seguir aplicando y aplicando capas hasta lograr esa catástrofe.
Además, el efecto pernicioso de la lejía bajo el esmalte continuaba y la cobertura seguía saltando con un mero roce con la uña. Así que me plantee repintar todo el capuchón de esmalte, aunque el Ecce Homo de Borja me decía desde el corcho de mi clase donde estaba clavado: - "no lo hagas, no seas locooo..... que con un frasco de esmalte no tienes suficiente y quedará como yo". Haciéndole caso descarté el repintado. Guardé la pluma en un cajón hasta hace un par de semanas que me decidí por quitarle el esmalte.
Como no soy de mucha paciencia para andar levantando con cuidado la laca y luego pulir el cuerpo, decidí tornear la pluma y darle un acabado con líneas horizontales. Pretendía que fueran unas hendiduras horizontales profundas para que el acabado se pareciera algo a las Parker Vacumatic. Sin embargo lo que he conseguido es un acabado con marcas muy poco profundas, casi cepillado.
Me hice un torno casero con el taladro y para quitar el lacado emplee discos abrasivos muy finos y marrones, tipo radial, de los que trae la dremel. Como elementos de seguridad he utilizado los guantes de cuero y la CARETA DE PLÁSTICO PARA LOS OJOS. Esto sí es importante, porque para quitar la pintura hay que revolucionar bastante el taladro y los discos son muy frágiles. Rompí varios discos y los pedazos salen despedidos, así que de nuevo os recuerdo que tengáis cuidado con los ojos.
Ahí vemos una pieza colocada en mi "torno". El lápiz entraba a rosca en el cuerpo de la pluma. Me quedó muy chafado.
Ese es el resultado del mecanizado casi al final del proceso, lo que se ve blanco ya es esmalte en polvo y está completamente suelto
Para sujetar el capuchón tuve que utilizar un vástago más grueso que acabó en la basura. Fijaos en que los chinos no han fabricado todas las piezas con el mismo metal.
No viene de más recordar la conveniencia de desmontar clips, aros y todo lo que se pueda.
Y por último os muestro el resultado final.
Hace ya mucho tiempo, cuando entré en el foro, preso de la envidia compré todo un icono estilográfico: una soberbia JINHAO X750 en color blanco que ha amortizado con creces los 6 euros que pagué por ella con envío incluido. Ha sido mi pluma de batalla, bonita, pesada, grande, elegante y llamativa.
Y me ha servido de banco de pruebas para todas las locuras que se me han ido ocurriendo.
- Su plumín ha sido suavizado y, como en mi pueblo no hay micromesh, he utilizado limas de pulir uñas. La operación no ha mejorado mucho el desempeño y a cambio frecuentemente puedo oir un chirrido desagradable como el sonido de unos frenos gastados.
- El alimentador ha sido Pomperizado, primero con mucho cuidado con una cuchillita x-acto. Para rematar la faena le metí un cúter de los gordos para que se note.
- Los gavilanes.... ¡Ay los gavilanes!. Se han movido como la yenka, izquierda derecha palante patrás y un dos tres. Los he separado y el grosor del punto se hacía más que un B, y los he vuelto a juntar hasta conseguir casi una needlepoint. Si el flujo era escaso o abundante presionaba contra la mesa para acercarlos o alejarlos del alimentador.
- La tinta china no iba muy bien en la pluma.
- Pero lo que le dió la puntilla definitiva fue LA LEJIA. Y es que el curso pasado comencé a escribir con lejía en cartulina para realizar unos carteles en clase. El resultado fue espectacular pero el lacado de la pluma no resistió
Tras todas estas perrerías el esmalte se comenzó a desprender en el capuchón, dejando el metal al descubierto
Así que se me ocurrió intentar disimular el desconchón con laca de uñas. Enmascarando la pieza sin ningún tipo de cuidado y, eligiendo en el neceser de mi niña pequeña el color de uñas más parecido al original de la pluma, conseguí esto:
Una auténtica chapuza. Parecía una etiqueta de un precio. Y es que una única capa de esmalte de uñas barato no es suficiente para cubrir con color, así que tuve que seguir aplicando y aplicando capas hasta lograr esa catástrofe.
Además, el efecto pernicioso de la lejía bajo el esmalte continuaba y la cobertura seguía saltando con un mero roce con la uña. Así que me plantee repintar todo el capuchón de esmalte, aunque el Ecce Homo de Borja me decía desde el corcho de mi clase donde estaba clavado: - "no lo hagas, no seas locooo..... que con un frasco de esmalte no tienes suficiente y quedará como yo". Haciéndole caso descarté el repintado. Guardé la pluma en un cajón hasta hace un par de semanas que me decidí por quitarle el esmalte.
Como no soy de mucha paciencia para andar levantando con cuidado la laca y luego pulir el cuerpo, decidí tornear la pluma y darle un acabado con líneas horizontales. Pretendía que fueran unas hendiduras horizontales profundas para que el acabado se pareciera algo a las Parker Vacumatic. Sin embargo lo que he conseguido es un acabado con marcas muy poco profundas, casi cepillado.
Me hice un torno casero con el taladro y para quitar el lacado emplee discos abrasivos muy finos y marrones, tipo radial, de los que trae la dremel. Como elementos de seguridad he utilizado los guantes de cuero y la CARETA DE PLÁSTICO PARA LOS OJOS. Esto sí es importante, porque para quitar la pintura hay que revolucionar bastante el taladro y los discos son muy frágiles. Rompí varios discos y los pedazos salen despedidos, así que de nuevo os recuerdo que tengáis cuidado con los ojos.
Ahí vemos una pieza colocada en mi "torno". El lápiz entraba a rosca en el cuerpo de la pluma. Me quedó muy chafado.
Ese es el resultado del mecanizado casi al final del proceso, lo que se ve blanco ya es esmalte en polvo y está completamente suelto
No viene de más recordar la conveniencia de desmontar clips, aros y todo lo que se pueda.
Y por último os muestro el resultado final.
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