(...)Pues eso, que por favor tengamos la fiesta en paz mientras sigo preguntándome si hicimos bien abriendo este foro o -muchísimo mejor- alguien presenta regularmente verdaderos relojes chinos, que no sean siempre
hommages de modelos europeos (...)
Estimado
administrador: hay vida chinesca más allá de ese obscuro objeto de deseo que es el Seagull 1963 y que no parece copiar a ningún diseño europeo. Puede que no sea la persona más indicada para disertar sobre relojes, mi incultura aobre el tema (sobre ese y sobre casi cualquier otro) raya en lo enciclpédico, simplemente me gustan los relojes. No es ni siquiera una afición, y mucho menos una pasión. No entiendo apenas nada de relojería, alcanzo a distinguir un calibre de carga manual de uno de cuarzo o de uno automático, y poco más. Pero dentro de esa ignorancia enciclopédica, entiendo que los relojes chinos mecánicos baratos (digamos de veinticinco euros hacia abajo) vendrían a ser la versión del tercer milenio de lo que en su día fueron los
one dollar watches americanos, unos relojes humildes, elementales, razonablemente precisos y, sobre todo, al alcance de las clases proletarias. Los dollar eran unas máquinas bastante toscas con sus cajas de oscuras aleaciones, calibres clónicos de los Roskopf, Elgin o Hamilton que parecían calcados a martillazo limpio, con esferas de serigrafías naïf cuando había suerte, y cuando no, tipografiadas en una cartulina redonda pero que daban la hora -muchos la siguen dando con casi un siglo de existencia, ya quisieran muchos suizos de relumbrón- y llevaban a cabo el milagro americano de poner un peluco en el bolsillo de cada ciudadano, por humilde que fuera, de la entonces tierra de promisión. Su estética era sospechosamente similar a las marcas de moda -para quien pudiera permitírselo- de la época, pero no engañaban ni pretendían engañar a nadie, eran relojes de a dólar, resultones y funcionales pero toscos, relojes de pobre. Como los chinos
low cost de hoy día.
Y como aquellos
one dollar watches, los chinitos mecánicos baratos no creo que pretendan pasar por lo que no son; algunos pretenden emular (no llegan ni a imitación) cierta estética de moda -como hacen muchas marcas de prestigio- pero no dejan de ser lo que son, relojes de pobre. Y eso no es ni mejor ni peor; si la historia de la relojería es inconcebible sin nombres como Breguet, Cartier, Piaget o Rolex, no es menos cierto que sin la existencia de los dollar, los Casio, la relojería soviética... o los Winner, Cjiaba, Goer o Soki, la historia sería diferente. Me quito el sombrero ante la industria relojera europea, japones, rusa y americana, pero ante la china me quito el cráneo, como decía Valle Inclán. Porque, obviando las clarísimas razones comerciales, no deja de ser de un romanticismo entrañable que haya fabricantes de relojes que estén poniendo relojería mecánica al alcance de una cada vez más maltrecha clase trabajadora europea que aún siente la fascinación por la cinética pura aplicada a la medida de esa extraña dimensión que es el tiempo, y más aún cuando lanzan modelos de diseño propio, sin inspiraciones, copias u "homenajes", porque los chinos tienen el sambenito de la copia, pero en realidad no siempre es así.
Cada vez hay más chinos low cost con diseños propios, de hecho hay una estética propia e inequivocamente china de relojes automáticos baratos -una estética no muy afortunada, pero propia-, que corresponde a los cada vez más populares relojes esqueletizados con esferas tan sumamente complejas que hay que tener la vista de un águila real para saber qué hora es. Puede que sean relojes recargados, feos, ílegibles, grandotes, vulgares, excesivos... pero son únicos y auténticos, irresistiblemente chinos.
Y luego está la crème de la crème de la relojería china barata, que no es tan prolífica pero que se distingue por unos diseños verdaderamente excepcionales, quizá merecedores de unos procesos de fabricación, materiales y calibres de mejor calidad... o tal vez no, porque eso encarecería su precio y alejaría esos diseños de calidad de las catastróficas economías de los obreros de éste lado del planeta. Y a esos relojes de alto diseño y bajo precio es a los que he dedicado las pocas presentaciones que he hecho en éste curioso subforo. Unas presentaciones bastante elementales en cuanto a datos técnicos (reitero que no entiendo
ni papa de pelucos), algo más vistosas en lo gráfico (tengo una cámara compacta algo veterana pero de buena claidad) y que realmente no aportaban nada más que unos textos tirando a vacíos de contenido y unas fotos medianamente vistosas sin ser nada del otro mundo. Pero a pesar de todo eso, esas presentaciones siempre han tenido respuesta en forma de encargos y compras de los relojes presentados, sencillamente porque los relojes lo merecían, porque eran diferentes a los miles de "homenajes", llámense Parnis, Seiko, Steinhart o Certina y por que además de no ser copia de nada, estéticamente eran sobresalientes, por bonito, por feo, por grande o por pequeño, pero con una personalidad irresistiblemente propia, con presentaciones
glusianas o sin ellas.
Y lo mismo que esa crème de la crème de la relojería proletaria es celebrada en éste subforo, no deja de haber bastante retranca y chanza cuando se comenta la desvergüenza de tal o cual marca suiza de las de muchos ceros a la derecha por haber fusilado a tal chinito de trece euros y marca malamente pronunciable. Es otra forma de recriminar a los fabricantes chinos por depender tanto de diseños ajenos, pero a la manera de éste subforo: cambiando el exabrupto, la acusación airada y el escándalo por la sonrisa, la broma y su punto de pitorreo, por el "son como niños", porque lo que nos pone las pilas de verdad no es tal o cual diseño inspirado en el
espidmaster o el último Parnis submariner (bueno, un poco si) sino esos más que dignos sucesores de los dollar que no se parecen a nada, que a veces tienen marcas casi impronunciables y que al final terminamos bautizándolos con denominaciones cercanas a su estética -bauhaus, supervillano- para poder hablar de ellos de alguna forma discernible.
Y eso si que no son relojes falsos. Aunque sean para pobres.
Un saludo, me alegra leerte por aquí, aunque el motivo de de la intervención no fuera para fiestas.