Bueno, habría que preguntarse qué margen de maniobra tendrían esas hipotéticas firmas relojeras tuyas no-avariciosas acostumbradas a trabajar con menos márgenes ante situaciones como las que nos ocupa ahora, en la que van a ver sus productos encarecidos un 30% en cuestión de semanas sin que ellos vean un CHF más por ello...y a ver como los siguen vendiendo...
Paradójicamente, las que más margen de maniobra tendrán serán aquellas que más se han subido a la parra de los precios, o mejor dicho, que más exitosamente se han subido a la parra... Rolex, Panerai, Patek... son empresas de relativamente grandes márgenes y precios plenamente aceptados por el mercado que pueden apañarse sin poner en peligro ni su imagen, ni su trayectoria ni su modelo empresarial. Otras, paradójicamente más aplaudidas pero peor tratadas por el emrcado (o sea, por nosotros) igual las pasan más canutas, y pienso en algunas marcas insignia del grupo Swtach (Omega), algunas manufacturas históricas en (JLC, Zenith...ésta en proceso de reposicionamiento low cost...) y grandes superventas en plena marcha atrás (TH)
Pero es que esos márgenes son absolutamente voluntarios. Suponiendo un margen del 30%, podremos llegar a la conclusión de que a Omega no le cuesta PVP menos distribución menos 30% fabricar un Dark Side. Una parte enorme de distribución y del "coste" son intangibles (humo) necesarios para que piquemos. Nos ponemos el Dark side y participamos en la conquista de la luna. Nos ponemos un diver de 1000 metros de resistencia y podemos bucear hasta donde no llegaba Cousteau. Esa es la batalla del marketing (en la que se han metido solitas las casas relojeras) y es por donde se les va el dinero.
En los 70 cometieron el error de concebir el reloj como un instrumento, compitieron con los cuarzos japoneses en coste y precisión y perdieron, porque con criterios lógicos no podían ganar: su producto no era funcionalmente superior, y su estructura de costes era insostenible. Estuvieron a punto de desaparecer (muchas lo hicieron), pero renacieron convirtiendo el reloj en un elemento aspiracional.
El problema es que con tanta aspiración, el aire se ha vuelto irrespirable. Pretenden vender relojes a un precio que el coleccionista medio (que es EMHO, de quien depende el futuro de la relojería suiza) no puede permitirse; no solo es que no pueda permitirse, es que probablemente acabará generándole frustración y se desenganchará. Después de creernos toda la historia sobre el renacimiento de Zenith, ahí están de vuelta. Lo mismo con las maniobras de TAG y de Hublot. ¿Que Rolex tiene una posición privilegiada, porque cuenta con el beneplácito de aficionados expertísimos y de gente que no sabe nada de relojería? Sí, indiscutiblemente, pero yo hablaba de relojería, no de rolexería. El éxito de Panerai supongo que radica en su condición de reloj de boutique para clases medias altas (con todas las comillas que se quiera poner, que bien puestas estarán, a ambos conceptos), pero ese éxito tendrá que compensar los tropiezos del grupo Richemont con otras marcas.
Si se empeñan en que no haya ni un reloj suizo de marcas reconocidas a un precio que el aficionado medio pueda asumir sin remordimientos de conciencia (un punto de precio en el que estaba Longines hace unos pocos años, por ejemplo, u Omega) serán ellos mismos los que hayan cavado su tumba. Porque la posibilidad de determinar un precio y hacer un reloj acojonante por ese precio existe. Otra cosa es que se quiera gastar el dinero a manos llenas en contratar como imagen de marca al cara de acelga de Daniel Craig para que luego salga por todas partes fotografiado con relojes de la competencia.
No es tema de estar en un segmento que la venga grande, sino de falta de músculo. El problema es que, fuera de los 4 grandes grupos, hace muuuucho frío. Y que son esas pequeñas firmas, algunas de ellas con bastante trayectoria detrás, las que pueden desaparecer.
Incluso dentro de los grandes grupos puede hacer frío; unas y otras se acurrucarán, pero a mí no me haría nada de gracia, si hubiese picado con el upscaling de Zenith, la maniobra de degradar la marca (por poner un ejemplo de los que citaba Mr. Jones) . Y me temo que esa degradación se va a producir en otras marcas, a las buenas o a las malas. A las buenas porque lo decidan ellas, y a ver qué cuento nos cuentan.
Y a las malas, vía quiebra o dumping en el mercado gris de todos los relojes que no han podido vender a los precios aspiracionales que se ven forzados a poner.