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Revisión Waterman Serenite Black (1999, Made in France)
Hola a todos.
Cuando tomé la decisión de participar en el concurso que Miestilográfica propone durante el pasado mes de marzo lo cierto es que aproveché para un ejercicio de reflexión personal sobre mi afición a las estilográficas.
La elección pasó por diferentes fases. Una de contenido claramente emotivo al decidir usar para la revisión una Montblanc 146 regalo de mi padre, posteriormente pasé a decidir qué no, que la elegida sería la pluma que mejor se adapta a mi mano de todas las que he probado, infatigable, indestructible, sencilla y eficaz, la 51 aerométrica de Parker... también quedó aparcada, mucho se ha escrito de esta pluma y muchos saben más que yo, mejor no.
Dejé el tema en barbecho unos días. Al retomar la decisión pensé en alguna de las plumas del celuloide verde que tanto me gusta, que aún conservo… pero no, todas estas yayas tendrán su oportunidad, disfruto de su contemplación y reposo, pero no.
Y de repente la evidencia me llegó de la manera más simple. Ahí estaba, delante de mí, puesta en el mueble de comedor, en pie, a modo de escultura y no como una pluma estilográfica más.
Mi elección por la Waterman Serenite no viene dada por mi predilección por la marca, ni por el lujo de sus acabados o materiales. No tiene soluciones “mágicas” en su sistema de carga o alimentador, cómo alguna de sus hermanas de marca. No.
La Waterman Serenite es, en mi opinión, una obra de arte en sí misma. En su concepto, en su proposición de contemplarla más allá de su uso cotidiano o de su utilidad. Es una pluma que me proporciona momentos de reflexión mientras la contemplo, en su aparente inmovilidad, pero a punto de iniciar un gesto, un movimiento. Es la pluma que he elegido.
Waterman la lanza al mercado en el año 1999, como intentando despedir el siglo XX con una declaración de intenciones. Nace en tres versiones –gris, azul y negra- todas ellas rematadas con filigranas de plata a modo de grueso aro en la zona del cuerpo que limita la boquilla. Cada color tiene un acabado distinto para este aro.
Posteriormente se añadieron más acabados a este modelo con colecciones auténticamente de lujo que nacen desde los acabados en madera, hasta los acabados en resinas preciosas.
La pluma tiene una forma de diábolo alargado y curvado. Muchos creen ver en su diseño un junco movido por el viento, otros contemplan la forma inconfundible de una espada tradicional japonesa –Katana- también he oído comentarios sobre los que ven claramente un rápido trazo de tinta negra. Yo coincido con todos ellos. A veces también la he imaginado como la silueta de un hipotético monje en oración, otras he pensado en un comienzo de paréntesis…
Lo que si tengo claro es que es una pluma para ser contemplada, para disfrutar su escultórica apariencia, para sentir como cambia, sutilmente, de forma en la mano al ir manejándola. No es una pluma, quizás sea la pluma que cada uno queramos imaginar.
La resina preciosa de que está hecha devuelve brillos negros en toda su longitud. No se aprecian irisaciones rojizas como en otras marcas. Suave, brillante y con acabados perfectos en todos y cada uno de los remates. Pasemos a describir sus partes:
Cuerpo:
Cuando está montada con el capuchón la pluma presenta una longitud total de 144mm y un diámetro mayor y menor respectivo de 14 y 11’5mm.
Solamente el cuerpo presenta una longitud de 128mm y un diámetro mayor y menor respectivo de 14 y 11’5mm.
Si posteamos el cuerpo y el capuchón, está diseñado para ello como explicaré a continuación, logramos una longitud total de 163mm y el mismo diámetro mayor y menor que el cuerpo con el capuchón cerrado. Podemos ver la pluma posteada en la foto de la prueba de escritura.
El cuerpo tiene un adorno de filigrana de plata que recuerda un trenzado vegetal, con un interlineado bien delimitado. Este adorno, además, tiene la función, girándolo, de extraer la boquilla para poder cambiar el cartucho o rellenar el convertidor. El accionamiento es fácil y el que termine con un giro “loco o sin fin” al abrir nos garantiza que no romperemos este sencillo mecanismo si nos “pasamos” a la hora de girar. Tiene una longitud de 20mm y un diámetro de 11’5mm.
En la parte trasera el cuerpo presenta un aplique de plata rectangular de 12x3mm, grabado con la inscripción “waterman” en vertical y en la grafía habitual que la marca usa en sus productos.
Este adorno, lejos de tener solamente una función estética, también tiene la función de recibir el clip de la pluma cuando posteamos el capuchón al cuerpo de manera que queda perfectamente anclado y nos permite dejar reposar todo el conjunto en vertical. Para ello cuenta con una leve acanaladura que es donde el clip se ancla.
La parte trasera, así mismo, cuenta con un canal en toda la circunferencia en el que entra el capuchón para garantizar su perfecto anclaje al postearlo.
Por último hay dos discretos grabados perpendiculares al cuerpo. Uno con la inscripción “France” y otro con el número de serie de la pluma.
El remate del cuerpo es recto pudiendo hacer así que la pluma repose de forma vertical.
Capuchón:
Presenta una longitud de 40mm cuando está cerrando o posteando el cuerpo y de 45mm cuando está exento, el diámetro mayor y menor respectivo es de 13 y 11’5mm.
Se ancla al cuerpo por presión con un cierre bien resuelto con un sistema de labios superpuestos y una acanaladura para que encaje en el lugar correspondiente. Esto impide qué, a la hora de cerrarla podamos hacerlo sin que la curva de la pluma no se forme perfectamente.
El capuchón cuenta con un clip de accionamiento por ballesta en plata maciza con dos partes bien diferenciadas y que se articulan de manera que el clip se abre en forma de ballesta. Esto es así para el perfecto anclaje con el cuerpo cuando está posteada.
Una de las partes es media circunferencia de 10mm de grosor con un hexágono grabado en el que está inscrita la W de Waterman. Le atraviesa una pieza cónica de 40mm de longitud y 3mm de ancho con una acanaladura que me recuerda, también, la acanaladura de una espada.
Transmite en su conjunto una sensación de solidez y perfecta ejecución. El remate del capuchón es recto, pudiendo hacer así que la pluma repose de forma vertical
Boquilla-plumín-alimentador
El sistema de carga de esta pluma es por cartucho o convertidor. Fácil y eficaz. No se han roto la cabeza los de waterman con ello.
Accedemos al cartucho o convertidor tras girar el aro de plata del cuerpo en sentido horario. Son necesarias tres vueltas y cuarto para liberarlo. La boquilla presenta una sección tubular metálica que recibe al cartucho/convertidor forrada por la boquilla plástica propiamente dicha que cuenta con la rosca que la une al cuerpo al girar el aro de plata que mencionaba.
El alimentador es de plástico negro y va recubierto por el plumín salvo en la parte posterior, me recuerda al alimentador de una PK75 en este sentido. Presenta, a la vista, 9 aletas horizontales y trasversales al plumín. Lleva grabado el grosor del punto. En este caso M.
La longitud es de 38mm y el ancho de 9’5mm. Un fino aro plástico delimita la sección de agarre para escribir, muy corta, de tan solo 10mm de longitud y 8mm de diámetro. Este es para muchos uno de los inconvenientes de esta pluma y hace que para escribir se sujete con frecuencia por el aro de plata del cuerpo en vez de por la sección de la boquilla dedicada a esta función.
El plumín es de oro de 18k rodiado, cónico, de 19mm de longitud por 8mm de diámetro mayor. Cuenta con la inscripción waterman en vertical (a continuación del corte de los gavilanes) y en perpendicular a esta inscripción, cuando acaba y a lo ancho del plumín las inscripciones 18k-750 Paris. Es un plumín rígido, muy poco flexible, que pese a tener un punto M, realmente se comporta más cercano al F, cómo se verá en la prueba de escritura.
El peso de la pluma es de 51gr y del cuerpo en posición de escritura, sin postear, de 34gr. Puedo afirmar que la pluma está perfectamente balanceada y que su posición de escritura es equilibrada.
He resumido hasta aquí las características técnicas de una pluma singular, una pluma que tiene tantos detractores como admiradores, un ejercicio de diseño único e imperecedero que se muestra, las más de las veces, como un elemento arquitectónico al borde de romper el equilibrio de la inmovilidad.
Gracias a todos por la lectura de esta revisión, a Miestilográfica por patrocinar este interesante concurso en el que seguro que todos saldremos ganando con lo que aprenderemos y al foro Relojes Especiales por brindar un espacio de encuentro para esta afición que nos une.
Saludos
Raúl
Hola a todos.
Cuando tomé la decisión de participar en el concurso que Miestilográfica propone durante el pasado mes de marzo lo cierto es que aproveché para un ejercicio de reflexión personal sobre mi afición a las estilográficas.
La elección pasó por diferentes fases. Una de contenido claramente emotivo al decidir usar para la revisión una Montblanc 146 regalo de mi padre, posteriormente pasé a decidir qué no, que la elegida sería la pluma que mejor se adapta a mi mano de todas las que he probado, infatigable, indestructible, sencilla y eficaz, la 51 aerométrica de Parker... también quedó aparcada, mucho se ha escrito de esta pluma y muchos saben más que yo, mejor no.
Dejé el tema en barbecho unos días. Al retomar la decisión pensé en alguna de las plumas del celuloide verde que tanto me gusta, que aún conservo… pero no, todas estas yayas tendrán su oportunidad, disfruto de su contemplación y reposo, pero no.
Y de repente la evidencia me llegó de la manera más simple. Ahí estaba, delante de mí, puesta en el mueble de comedor, en pie, a modo de escultura y no como una pluma estilográfica más.
Mi elección por la Waterman Serenite no viene dada por mi predilección por la marca, ni por el lujo de sus acabados o materiales. No tiene soluciones “mágicas” en su sistema de carga o alimentador, cómo alguna de sus hermanas de marca. No.
La Waterman Serenite es, en mi opinión, una obra de arte en sí misma. En su concepto, en su proposición de contemplarla más allá de su uso cotidiano o de su utilidad. Es una pluma que me proporciona momentos de reflexión mientras la contemplo, en su aparente inmovilidad, pero a punto de iniciar un gesto, un movimiento. Es la pluma que he elegido.
Waterman la lanza al mercado en el año 1999, como intentando despedir el siglo XX con una declaración de intenciones. Nace en tres versiones –gris, azul y negra- todas ellas rematadas con filigranas de plata a modo de grueso aro en la zona del cuerpo que limita la boquilla. Cada color tiene un acabado distinto para este aro.
Posteriormente se añadieron más acabados a este modelo con colecciones auténticamente de lujo que nacen desde los acabados en madera, hasta los acabados en resinas preciosas.
La pluma tiene una forma de diábolo alargado y curvado. Muchos creen ver en su diseño un junco movido por el viento, otros contemplan la forma inconfundible de una espada tradicional japonesa –Katana- también he oído comentarios sobre los que ven claramente un rápido trazo de tinta negra. Yo coincido con todos ellos. A veces también la he imaginado como la silueta de un hipotético monje en oración, otras he pensado en un comienzo de paréntesis…
Lo que si tengo claro es que es una pluma para ser contemplada, para disfrutar su escultórica apariencia, para sentir como cambia, sutilmente, de forma en la mano al ir manejándola. No es una pluma, quizás sea la pluma que cada uno queramos imaginar.
La resina preciosa de que está hecha devuelve brillos negros en toda su longitud. No se aprecian irisaciones rojizas como en otras marcas. Suave, brillante y con acabados perfectos en todos y cada uno de los remates. Pasemos a describir sus partes:
Cuerpo:
Cuando está montada con el capuchón la pluma presenta una longitud total de 144mm y un diámetro mayor y menor respectivo de 14 y 11’5mm.
Solamente el cuerpo presenta una longitud de 128mm y un diámetro mayor y menor respectivo de 14 y 11’5mm.
Si posteamos el cuerpo y el capuchón, está diseñado para ello como explicaré a continuación, logramos una longitud total de 163mm y el mismo diámetro mayor y menor que el cuerpo con el capuchón cerrado. Podemos ver la pluma posteada en la foto de la prueba de escritura.
El cuerpo tiene un adorno de filigrana de plata que recuerda un trenzado vegetal, con un interlineado bien delimitado. Este adorno, además, tiene la función, girándolo, de extraer la boquilla para poder cambiar el cartucho o rellenar el convertidor. El accionamiento es fácil y el que termine con un giro “loco o sin fin” al abrir nos garantiza que no romperemos este sencillo mecanismo si nos “pasamos” a la hora de girar. Tiene una longitud de 20mm y un diámetro de 11’5mm.
En la parte trasera el cuerpo presenta un aplique de plata rectangular de 12x3mm, grabado con la inscripción “waterman” en vertical y en la grafía habitual que la marca usa en sus productos.
Este adorno, lejos de tener solamente una función estética, también tiene la función de recibir el clip de la pluma cuando posteamos el capuchón al cuerpo de manera que queda perfectamente anclado y nos permite dejar reposar todo el conjunto en vertical. Para ello cuenta con una leve acanaladura que es donde el clip se ancla.
La parte trasera, así mismo, cuenta con un canal en toda la circunferencia en el que entra el capuchón para garantizar su perfecto anclaje al postearlo.
Por último hay dos discretos grabados perpendiculares al cuerpo. Uno con la inscripción “France” y otro con el número de serie de la pluma.
El remate del cuerpo es recto pudiendo hacer así que la pluma repose de forma vertical.
Capuchón:
Presenta una longitud de 40mm cuando está cerrando o posteando el cuerpo y de 45mm cuando está exento, el diámetro mayor y menor respectivo es de 13 y 11’5mm.
Se ancla al cuerpo por presión con un cierre bien resuelto con un sistema de labios superpuestos y una acanaladura para que encaje en el lugar correspondiente. Esto impide qué, a la hora de cerrarla podamos hacerlo sin que la curva de la pluma no se forme perfectamente.
El capuchón cuenta con un clip de accionamiento por ballesta en plata maciza con dos partes bien diferenciadas y que se articulan de manera que el clip se abre en forma de ballesta. Esto es así para el perfecto anclaje con el cuerpo cuando está posteada.
Una de las partes es media circunferencia de 10mm de grosor con un hexágono grabado en el que está inscrita la W de Waterman. Le atraviesa una pieza cónica de 40mm de longitud y 3mm de ancho con una acanaladura que me recuerda, también, la acanaladura de una espada.
Transmite en su conjunto una sensación de solidez y perfecta ejecución. El remate del capuchón es recto, pudiendo hacer así que la pluma repose de forma vertical
Boquilla-plumín-alimentador
El sistema de carga de esta pluma es por cartucho o convertidor. Fácil y eficaz. No se han roto la cabeza los de waterman con ello.
Accedemos al cartucho o convertidor tras girar el aro de plata del cuerpo en sentido horario. Son necesarias tres vueltas y cuarto para liberarlo. La boquilla presenta una sección tubular metálica que recibe al cartucho/convertidor forrada por la boquilla plástica propiamente dicha que cuenta con la rosca que la une al cuerpo al girar el aro de plata que mencionaba.
El alimentador es de plástico negro y va recubierto por el plumín salvo en la parte posterior, me recuerda al alimentador de una PK75 en este sentido. Presenta, a la vista, 9 aletas horizontales y trasversales al plumín. Lleva grabado el grosor del punto. En este caso M.
La longitud es de 38mm y el ancho de 9’5mm. Un fino aro plástico delimita la sección de agarre para escribir, muy corta, de tan solo 10mm de longitud y 8mm de diámetro. Este es para muchos uno de los inconvenientes de esta pluma y hace que para escribir se sujete con frecuencia por el aro de plata del cuerpo en vez de por la sección de la boquilla dedicada a esta función.
El plumín es de oro de 18k rodiado, cónico, de 19mm de longitud por 8mm de diámetro mayor. Cuenta con la inscripción waterman en vertical (a continuación del corte de los gavilanes) y en perpendicular a esta inscripción, cuando acaba y a lo ancho del plumín las inscripciones 18k-750 Paris. Es un plumín rígido, muy poco flexible, que pese a tener un punto M, realmente se comporta más cercano al F, cómo se verá en la prueba de escritura.
El peso de la pluma es de 51gr y del cuerpo en posición de escritura, sin postear, de 34gr. Puedo afirmar que la pluma está perfectamente balanceada y que su posición de escritura es equilibrada.
He resumido hasta aquí las características técnicas de una pluma singular, una pluma que tiene tantos detractores como admiradores, un ejercicio de diseño único e imperecedero que se muestra, las más de las veces, como un elemento arquitectónico al borde de romper el equilibrio de la inmovilidad.
Gracias a todos por la lectura de esta revisión, a Miestilográfica por patrocinar este interesante concurso en el que seguro que todos saldremos ganando con lo que aprenderemos y al foro Relojes Especiales por brindar un espacio de encuentro para esta afición que nos une.
Saludos
Raúl