Muy buenas.
Esta misma discusión la he oído (y sufrido) en alguna otra ocasión, relacionada con otros hobbies y maquinas.
Durante años he dedicado tiempo y espacio a las motos clásicas, y he discutido con amigos y compañeros de afición sobre el mismo tema ¿mantener, restaurar a origen o “sobrerrestaurar?.
Mi opinión ha ido cambiando algo con el paso del tiempo. Inicialmente pensaba que lo ideal era restaurar no solo a origen, sino ir un poco mas lejos, y abusé (cosa habitual en la restauración de motos) de los cromados, los pulidos a espejo y las pinturas bicapa, aun cuando las piezas originales no presentasen esa terminación, dejando motos “peor que nuevas”.
Con el tiempo abandoné esa práctica para devolver a las piezas la terminación mas original posible; niquelar y cromar solo lo que era así de fábrica, los metales con su aspecto de fábrica (mate lo que era mate y pulido si era pulido, originalmente casi nuca a espejo) y pinturas monocapa.
Ahora, mi opinión (mia y por tanto discutible) es que cuando se restaura algo (da igual el tamaño, una moto o un reloj) hay que tender a que sea tan funcional (siempre que sea posible con piezas originales) como cuando salió de fábrica, y en lo estético (siempre que sea posible y no afecte a su uso, recordemos que unas y otros son máquinas creadas para ser usadas) conservar la pátina del tiempo, la personalidad que la pieza ha adquirido con el uso y el paso del tiempo.
Cambiar cristal mineral mate por las rallas? Si. Cambiar un plexi amarillo por el tiempo?... mmmm creo que si, pulirlo? seguro que si. Tampoco estoy en contra de restaurar un dial o recromar una caja si está en muy mal estado, (o quitar un golpe, impermeabilizar y repintar un depósito de un “amoto”), pero tendiendo siempre al aspecto original, y si eso no es posible, mejor no tocarlo; limpiar y mantener.
Un saludo.