Bienvenido al club de los que siempre están dándole vueltas al tema del tiempo, aunque sea solo por cuestiones subjetivas como la que indicas y que a mí no me pasa ciertamente. Yo a veces voy más allá, y como planteé el otro día en un hilo que no fue muy bien comprendido por todos, mucha gente pensó que me refería a las prisas, o a la puntualidad, al hablar de estar obsesionado con el transcurso, el fluir del tiempo, tengo bien clara una cosa que os expongo y que marcaría la absoluta diferencia entre un reloj mecánico y cualquier otro, cuarzos, eléctricos, de agua o de arena.
Se trata de cómo afecta al transcurso del tiempo la teoría de la relatividad general, y por tanto a los relojes. Sostenía Einstein, y así parece ser, que para el tripulante de una nave que viaje a una velocidad cercana a la de la luz el tiempo pasa más despacio, bastante más, que para un observador externo. Si tienes un hermano gemelo y marchas de viaje interestelar al regresar a casa encontrarás a tu hermano varios años más viejo que tú. De esto se deduce ¿o no? que todos los relojes de tu nave habrán atrasado considerablemente respecto a los que dejaste en tu casa, pero ¿todos?
Pues bien, yo sostengo que lo harán los de cuarzo, pues se basan en la oscilación de un mineral cuya estructura atómica se verá sometida partícula por partícula a esa variación del tiempo, como los átomos de tu cuerpo, y los de agua, y los de arena, y los eléctricos, en los que los electrones se habrán intercambiado a distinta velocidad y por tanto atrasado. ¿Pero lo hará también un reloj mecánico? Yo sostengo que no porque lo que hacen nuestros adorados guardatiempos es dividir mediante la fuerza de un resorte el tiempo como convención humana, lo que llamamos hora, en un número bastante exacto de partes, y pienso que seguirían haciéndolo del mismo modo, la hora no se ajustaría a la real, porque el tiempo se habría estirado, pero cuando volvieras a tu casa con un maravilloso automático calendario perpetuo tu reloj mantendría la hora y fecha muy aproximadamente con los de tu domicilio, salvo, claro está, salvo que como buen obseso de la hora lo hubieras puesto a punto con los demás relojes no mecánicos de tu nave. Eso si no lo dejas en un cajón porque "ha empezado a atrasarse mucho", qué horror!!
Así que salvo que llegue un físico de verdadero calado a rebatirme, o simplemente a discutirme la idea, tengo bien claro una cosa que siempre pienso, el día que haya una hecatombe mundial a nivel electrónico (tormenta solar, guerra cibernética, invasión alienígena, etc) los únicos que seguiremos sabiendo a qué hora hacer las cosas seremos los que llevemos un buen suizo, como ya lo hacían nuestros tatarabuelos. Viva el reloj compañeros.