oldchrono
Magister Collector
Sin verificar
Mi Parker 75... 45 años de fieles servicios.
Tal como había prometido en mi primera presentación en este foro, hoy tengo el placer de mostrar en más detalle a mi Parker 75 y su "familia" - una pluma que me acompaña fielmente desde el año 1966- y de contar algo de su historia.
La Parker 75, ya es bien conocida en este foro, a través de las varias presentaciones que se han realizado, y también porque son varios los colegas foristas que poseen un ejemplar en sus respectivas colecciones. Estoy seguro que quienes la tienen, coincidirán con mis apreciaciones sobre esta pluma.
Como sabemos, la modelo "75" fue presentada a fines de 1963, y comenzó a comercializarse en 1964, en conmemoración de los 100 años de la firma Parker.
Su distintivo y revolucionario diseño en su día, responde a una receta muy simple pero elegante: un cuerpo y capuchón de plata, trabajado con un cuadrillé (cicelé), y una sección con plumín de oro descubierto, que permitía ser ajustado girando en su eje, mediante una herramienta especial de plástico, que se incluía en el estuche.
El borde de la sección, de plástico negro, posee una escala (con un "0" grabado, en las producción inicial, que fue eliminado en producciones posteriores)
El concepto, era sumamente novedoso y revolucionario para le época, y fue uno de los más grandes éxitos de Parker, de la segunda mitad del siglo XX.
En Febrero de 1966, mi padre y yo realizamos un viaje turístico a los EE.UU., y fue allí que mi padre adquirió esta pluma, por un precio de 25,00 dólares, que era una suma bastante elevada por entonces, para una estilográfica.
En la tienda donde la adquirimos, nos ofrecieron también otra versión, idéntica en apariencia, pero realizada en plata obtenida del tesoro descubierto unos pocos años antes, por el famoso investigador/buzo Mel Fisher.
Ese tesoro, correspondía a una flota de galeones españoles, hundida cerca de las costas de La Florida, que Fisher había hallado en una de sus expediciones, con una enorme repercusión periodística.
Aquella versión limitada, venía en un estuche especial, con su correspondiente certificado, y por ella pidieron a mi padre 75 dólares, oferta que declinó con cortesía, dado que nuestro limitado presupuesto no permitía mayores excesos, que el que ya había realizado al invertir aquellos 25 dólares en su pluma.
A mi padre le encantaba esta pluma, pero a mí me encantaba mucho más, y yo lamentaba íntimamente, el no haber podido darme el gusto de comprarme una para mí. Mi padre se dio cuenta de mi pasión por esta lapicera, e inicialmente me la prestaba por algunos días, hasta que finalmente, me la obsequió algunos meses más tarde, quedándose él con su fiel modelo "51" con capuchón de oro, y su lápiz haciendo juego, que venía usando desde muchos años antes.
Debo aclarar, que por aquella época lejana, y en la cual no existían (ni soñábamos siquiera) las PC, las tablets, o los teléfonos celulares, mis plumas, mis bolígrafos y mis lápices, eran instrumentos de escritura de uso diario e intensivo, habida cuenta mi actividad como estudiante universitario, y mi trabajo en un estudio contable.
Esta pluma fue puesta a prueba, escribiendo día tras día, durante muchos, muchos años, de uso intenso, y jamás me ha fallado. Únicamente ha sufrido un accidente de una caída, a pesar de que siempre fui muy cuidadoso con ella, a consecuencia del cual perdió su boquilla o sección y su pluma original, y por ello, la sección que se observa, carece del "0" de aquella, ya que se trata de un recambio colocado por el service oficial de Parker, encargado de la reparación.
En el año 1969, agregué dos compañeros a mi 75: un lápiz y un bolígrafo del mismo modelo, que hacen juego con la pluma.
Posteriormente, adquirí durante un viaje a los EEUU, una lapicera tipo "rolling ball", del mismo modelo, aunque en este último caso, el adorno de oro de los extremos, es del tipo "con depresión central" que caracteriza a la segunda generación de la "75", reemplazando al adorno liso de las primeras, como puede verse en la foto.
Esta pluma que muestro, me ha servido con honores, y la he empleado con gran placer al escribir con ella, siendo tan placentera su escritura, por la suavidad de su pluma, el eficiente fluir de tinta, la practicidad de poder usarla con convertidor o con cartuchos, y por su tamaño y peso equilibrados, unido a su aspecto, clásico y elegante. Ciertamente, fueron muchas las ocasiones en que recibí un elogio por la pluma que yo usaba, al sacarla a relucir para firmar un documento, o redactar un informe.
Creo que si alguna vez me preguntaran, cuál es mi pluma ideal, dentro de las que componen mi colección, elegiría esta, sin duda alguna, a pesar de que cuento con varias que valoro mucho, y que me proporcionan mucho placer al escribir con ellas, o al contemplarlas por su diseño. Pero esta vieja "75" reúne las mayor cantidad de condiciones o características deseables, en una sola pluma.
Hace unos diez o doce años, curioseando las vitrinas de una tienda de plumas, descubrí otra pluma 75, en estado NOS, pero de la variante posterior, laqueada, en color Lapislazuli (azul), que me encantó y me motivó a adquirirla para mi colección, aunque hasta el día de hoy, nunca la he entintado. Seguramente, un día de estos me decidiré a probarla, con la seguridad de que habrá de escribir tan bien como su vieja "hermana mayor".
Espero poder disfrutar de esta vieja pluma por mucho tiempo, y, como me sucede cada vez que la tomo en mi mano, recordando a mi padre, y aquel hermoso viaje que realizáramos juntos hace tantos años.
Espero que os guste mi "75" y sus compañeras, y su pequeña historia. Os quedo muy agradecido por vuestra atención.
Muy cordialmente, Tonin.
Tal como había prometido en mi primera presentación en este foro, hoy tengo el placer de mostrar en más detalle a mi Parker 75 y su "familia" - una pluma que me acompaña fielmente desde el año 1966- y de contar algo de su historia.
La Parker 75, ya es bien conocida en este foro, a través de las varias presentaciones que se han realizado, y también porque son varios los colegas foristas que poseen un ejemplar en sus respectivas colecciones. Estoy seguro que quienes la tienen, coincidirán con mis apreciaciones sobre esta pluma.
Como sabemos, la modelo "75" fue presentada a fines de 1963, y comenzó a comercializarse en 1964, en conmemoración de los 100 años de la firma Parker.
Su distintivo y revolucionario diseño en su día, responde a una receta muy simple pero elegante: un cuerpo y capuchón de plata, trabajado con un cuadrillé (cicelé), y una sección con plumín de oro descubierto, que permitía ser ajustado girando en su eje, mediante una herramienta especial de plástico, que se incluía en el estuche.
El borde de la sección, de plástico negro, posee una escala (con un "0" grabado, en las producción inicial, que fue eliminado en producciones posteriores)
El concepto, era sumamente novedoso y revolucionario para le época, y fue uno de los más grandes éxitos de Parker, de la segunda mitad del siglo XX.
En Febrero de 1966, mi padre y yo realizamos un viaje turístico a los EE.UU., y fue allí que mi padre adquirió esta pluma, por un precio de 25,00 dólares, que era una suma bastante elevada por entonces, para una estilográfica.
En la tienda donde la adquirimos, nos ofrecieron también otra versión, idéntica en apariencia, pero realizada en plata obtenida del tesoro descubierto unos pocos años antes, por el famoso investigador/buzo Mel Fisher.
Ese tesoro, correspondía a una flota de galeones españoles, hundida cerca de las costas de La Florida, que Fisher había hallado en una de sus expediciones, con una enorme repercusión periodística.
Aquella versión limitada, venía en un estuche especial, con su correspondiente certificado, y por ella pidieron a mi padre 75 dólares, oferta que declinó con cortesía, dado que nuestro limitado presupuesto no permitía mayores excesos, que el que ya había realizado al invertir aquellos 25 dólares en su pluma.
A mi padre le encantaba esta pluma, pero a mí me encantaba mucho más, y yo lamentaba íntimamente, el no haber podido darme el gusto de comprarme una para mí. Mi padre se dio cuenta de mi pasión por esta lapicera, e inicialmente me la prestaba por algunos días, hasta que finalmente, me la obsequió algunos meses más tarde, quedándose él con su fiel modelo "51" con capuchón de oro, y su lápiz haciendo juego, que venía usando desde muchos años antes.
Debo aclarar, que por aquella época lejana, y en la cual no existían (ni soñábamos siquiera) las PC, las tablets, o los teléfonos celulares, mis plumas, mis bolígrafos y mis lápices, eran instrumentos de escritura de uso diario e intensivo, habida cuenta mi actividad como estudiante universitario, y mi trabajo en un estudio contable.
Esta pluma fue puesta a prueba, escribiendo día tras día, durante muchos, muchos años, de uso intenso, y jamás me ha fallado. Únicamente ha sufrido un accidente de una caída, a pesar de que siempre fui muy cuidadoso con ella, a consecuencia del cual perdió su boquilla o sección y su pluma original, y por ello, la sección que se observa, carece del "0" de aquella, ya que se trata de un recambio colocado por el service oficial de Parker, encargado de la reparación.
En el año 1969, agregué dos compañeros a mi 75: un lápiz y un bolígrafo del mismo modelo, que hacen juego con la pluma.
Posteriormente, adquirí durante un viaje a los EEUU, una lapicera tipo "rolling ball", del mismo modelo, aunque en este último caso, el adorno de oro de los extremos, es del tipo "con depresión central" que caracteriza a la segunda generación de la "75", reemplazando al adorno liso de las primeras, como puede verse en la foto.
Esta pluma que muestro, me ha servido con honores, y la he empleado con gran placer al escribir con ella, siendo tan placentera su escritura, por la suavidad de su pluma, el eficiente fluir de tinta, la practicidad de poder usarla con convertidor o con cartuchos, y por su tamaño y peso equilibrados, unido a su aspecto, clásico y elegante. Ciertamente, fueron muchas las ocasiones en que recibí un elogio por la pluma que yo usaba, al sacarla a relucir para firmar un documento, o redactar un informe.
Creo que si alguna vez me preguntaran, cuál es mi pluma ideal, dentro de las que componen mi colección, elegiría esta, sin duda alguna, a pesar de que cuento con varias que valoro mucho, y que me proporcionan mucho placer al escribir con ellas, o al contemplarlas por su diseño. Pero esta vieja "75" reúne las mayor cantidad de condiciones o características deseables, en una sola pluma.
Hace unos diez o doce años, curioseando las vitrinas de una tienda de plumas, descubrí otra pluma 75, en estado NOS, pero de la variante posterior, laqueada, en color Lapislazuli (azul), que me encantó y me motivó a adquirirla para mi colección, aunque hasta el día de hoy, nunca la he entintado. Seguramente, un día de estos me decidiré a probarla, con la seguridad de que habrá de escribir tan bien como su vieja "hermana mayor".
Espero poder disfrutar de esta vieja pluma por mucho tiempo, y, como me sucede cada vez que la tomo en mi mano, recordando a mi padre, y aquel hermoso viaje que realizáramos juntos hace tantos años.
Espero que os guste mi "75" y sus compañeras, y su pequeña historia. Os quedo muy agradecido por vuestra atención.
Muy cordialmente, Tonin.