javicampo
Habitual
Sin verificar
Como diría un gran forero, hola, amigos, dadle al play
Esta es una reflexión que me ha apetecido compartir con vosotros. Por mis padres sé bien el tipo de noticias que llegan de México a España, pero también es cierto que es una imagen distorsionada.
Este es un país maravilloso. Perdón, podría serlo... Ahí va mi reflexión de hoy, la cual escribo con lágrimas en los ojos, enamorado de este país, pero muy desencantado con muchas de las personas que viven en él. Y con más ganas cada día de volver a mi querida España, la verdad.
He llegado a la conclusión de que el problema de México no es la inseguridad, ni el narcotráfico, ni la corrupción. No. El gran problema de México es mucho más simple, aunque por desgracia, en su simpleza radica su peligro.
El problema de México, y por extensión de los mexicanos, es de pura naturaleza semántica. El gran problema de México es que se confunde el significado de algunas palabras. Los mexicanos entienden servilismo cuando dicen respeto y educación; y sumisión cuando dicen disciplina.
México es, en pleno siglo XXI, un estado feudal, en el que una pequeña élite controla los destinos de una gran mayoría, en una relación servil rayando la esclavitud.
A los mexicanos se les llena la boca cuando hablan de independencia y revolución, y más en este año en que se cumplen sonados aniversarios de ambos acontecimientos, sin darse cuenta de que la revolución no sirvió de nada, y que pese a la independencia siguen tan sometidos como lo estaban en la colonia española por esa élite, encumbrada en muchos casos por razones de apellido, y que nada ha hecho de mérito por merecer tal condición.
Los mexicanos, tan nacionalistas ellos, sufren de ceguera selectiva en cuanto a lo que suponen problemas de su país, imbuidos de una especie de chauvinismo tropical. Sí, se quejan, y mucho. Pero no hacen nada de nada por solucionarlo. Muchos de los males de México se podrían solucionar con una reforma laboral, profunda y exhaustiva. Pero ni en Los Pinos, ni en el Congreso de la República parecen darse cuenta.
Ningún país avanza sin una clase trabajadora bien pagada e incentivada, mucho menos si esta roza la esclavitud. Y por desgracia, mientras México con solucione eso, será un estado fallido, y un país subdesarrollado.
Una lástima, porque quien firma esto es (¿Era?) un enamorado de México, que ha quedado totalmente desencantado tras vivir y trabajar en este país.
Esta es una reflexión que me ha apetecido compartir con vosotros. Por mis padres sé bien el tipo de noticias que llegan de México a España, pero también es cierto que es una imagen distorsionada.
Este es un país maravilloso. Perdón, podría serlo... Ahí va mi reflexión de hoy, la cual escribo con lágrimas en los ojos, enamorado de este país, pero muy desencantado con muchas de las personas que viven en él. Y con más ganas cada día de volver a mi querida España, la verdad.
He llegado a la conclusión de que el problema de México no es la inseguridad, ni el narcotráfico, ni la corrupción. No. El gran problema de México es mucho más simple, aunque por desgracia, en su simpleza radica su peligro.
El problema de México, y por extensión de los mexicanos, es de pura naturaleza semántica. El gran problema de México es que se confunde el significado de algunas palabras. Los mexicanos entienden servilismo cuando dicen respeto y educación; y sumisión cuando dicen disciplina.
México es, en pleno siglo XXI, un estado feudal, en el que una pequeña élite controla los destinos de una gran mayoría, en una relación servil rayando la esclavitud.
A los mexicanos se les llena la boca cuando hablan de independencia y revolución, y más en este año en que se cumplen sonados aniversarios de ambos acontecimientos, sin darse cuenta de que la revolución no sirvió de nada, y que pese a la independencia siguen tan sometidos como lo estaban en la colonia española por esa élite, encumbrada en muchos casos por razones de apellido, y que nada ha hecho de mérito por merecer tal condición.
Los mexicanos, tan nacionalistas ellos, sufren de ceguera selectiva en cuanto a lo que suponen problemas de su país, imbuidos de una especie de chauvinismo tropical. Sí, se quejan, y mucho. Pero no hacen nada de nada por solucionarlo. Muchos de los males de México se podrían solucionar con una reforma laboral, profunda y exhaustiva. Pero ni en Los Pinos, ni en el Congreso de la República parecen darse cuenta.
Ningún país avanza sin una clase trabajadora bien pagada e incentivada, mucho menos si esta roza la esclavitud. Y por desgracia, mientras México con solucione eso, será un estado fallido, y un país subdesarrollado.
Una lástima, porque quien firma esto es (¿Era?) un enamorado de México, que ha quedado totalmente desencantado tras vivir y trabajar en este país.