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Lo dicho....

Estado
Hilo cerrado
  • #26
Al principio, la mezcolanza de diferentes clases sociales, las ganas de cambiar la actual Ley Electoral y ese impulso de poner el grito en el cielo ante la corrupción de la clase política atrajo la simpatía de muchos españoles.

Al principio, claro.

Con el paso de las semanas, se han ido marchando los simpatizantes, llegando grupos de Okupas, Anti-sistema... etc, sumándose a los ya existentes "perroflautas", dejando una imagen de chabolismo puro y duro, suciedad y falta de seriedad (si es que alguna vez la hubo).

A mi me llama la atención, el color político de los ayuntamientos donde generalmente elevan sus protestas. A día de hoy espero la noticia de verlos "indignados" en el Ayuntamiento de San Sebastián, por ejemplo, o Lizartza.

Por cierto, y en mi opinión muy personal, apestan a extrema izquierda.

Saludos
 
  • #27
Por conciencia cívica?

Por que como decía Marco Aurelio: "hay que hacer lo justo por que es lo justo..no por temor a ser castigados si no lo hacemos,ni por aspirar a una recompensa.."?

Y por que si UNO MISMO no cumple...no puedes meterte con el que no cumple! sea un politico..o un perro flauta!:pardon:

emho,claro está!

Totalmente razonable lo que dices, no puedo discutir lo que comentas, es una "verdad absoluta" (si es que eso existe)... pero no me queda una pizca de consciencia cívica :(

Después de ver que los que están en el poder no dudan en saltarse sus leyes cuando les apetece... pues se me quitan las ganas de ser un "ciudadano ejemplar".
 
  • #28
Hoy me ha llegado esto, y no puedo estar más de acuerdo...

"Hora de despertar, por Antonio Muñoz Molina



He pensado desde hace muchos años, y lo he escrito de vez en cuando, que España vivía en un estado de irrealidad parcial, incluso de delirio, sobre todo en la esfera pública, pero no solo en ella. Un delirio inducido por la clase política, alimentado por los medios, consentido por la ciudadanía, que aceptaba sin mucha dificultad la irrelevancia a cambio del halago, casi siempre de tipo identitario o festivo, o una mezcla de los dos. La broma empezó en los ochenta, cuando de la noche a la mañana nos hicimos modernos y amnésicos y el gobierno nos decía que España estaba de moda en el mundo, y Tierno Galván -¡Tierno Galván!- empezó la demagogia del político campechano y majete proclamando en las fiestas de San Isidro de Madrid aquello de “¡ El que no esté colocao que se coloque, y al loro!” Tierno Galván, que miró sonriente para otro lado, siendo alcalde, cuando un concejal le trajo pruebas de los primeros indicios de la infección que no ha dejado de agravarse con los años, la corrupción municipal que volvía cómplices a empresarios y a políticos.


Por un azar de la vida me encontré en la Expo de Sevilla en 1992 la noche de su clausura: en una terraza de no sé qué pabellón, entre una multitud de políticos y prebostes de diversa índole que comían gratis jamón de pata negra mientras estallaban en el horizonte los fuegos artificiales de la clausura. Era un símbolo tan demasiado evidente que ni siquiera servía para hacer literatura. Era la época de los grandes acontecimientos y no de los pequeños logros diarios, del despliegue obsceno de lujo y no de administración austera y rigurosa, de entusiasmo obligatorio. Llevar la contraria te convertía en algo peor que un reaccionario: en un malasombra. En esos años yo escribía una columna semanal en El País de Andalucía, cuando lo dirigía mi querida Soledad Gallego, a quien tuve la alegría grande de encontrar en Buenos Aires la semana pasada. Escribía denunciando el folklorismo obligatorio, el narcisismo de la identidad, el abandono de la enseñanza pública, el disparate de un televisión pagada con el dinero de todos en la que aparecían con frecuencia adivinos y brujas, la manía de los grandes gestos, las inauguraciones, las conmemoraciones, el despilfarro en lo superfluo y la mezquindad en lo necesario. Recuerdo un artículo en el que ironizaba sobre un curso de espíritu rociero para maestros que organizó ese año la Junta de Andalucía: hubo quien escribió al periódico llamándome traidor a mi tierra; hubo una carta colectiva de no sé cuantos ofendidos por mi artículo, entre ellos, por cierto, un obispo. Recuerdo un concejal que me acusaba de “criminalizar a los jóvenes” por sugerir que tal vez el fomento del alcoholismo colectivo no debiera estar entre las prioridades de una institución pública, después de una fiesta de la Cruz en Granada que duró más de una semana y que dejó media ciudad anegada en basuras.


El orgullo vacuo del ser ha dejado en segundo plano la dificultad y la satisfacción del hacer. Es algo que viene de antiguo, concretamente de la época de la Contrarreforma, cuando lo importante en la España inquisitorial consistía en mostrar que se era algo, a machamartillo, sin mezcla, sin sombra de duda; mostrar, sobre todo, que no se era: que no se era judío, o morisco, o hereje. Que esa obcecación en la pureza de sangre convertida en identidad colectiva haya sido la base de una gran parte de los discursos políticos ha sido para mí una de las grandes sorpresas de la democracia en España. Ser andaluz, ser vasco, ser canario, ser de donde sea, ser lo que sea, de nacimiento, para siempre, sin fisuras: ser de izquierdas, ser de derechas, ser católico, ser del Madrid, ser gay, ser de la cofradía de la Macarena, ser machote, ser joven. La omipresencia del ser cortocircuita de antemano cualquier debate: me critiacan no porque soy corrupto, sino porque soy valenciano; si dices algo en contra de mí no es porque tengas argumentos, sino porque eres de izquierdas, o porque eres de derechas, o porque eres de fuera; quien denuncia el maltrato de un animal en una fiesta bárbara está ofendiendo a los extremeños, o a los de Zamora,o de donde sea; si te parece mal que el gobierno de Galicia gaste no sé cuántos miles de millones de euros en un edificio faraónico es que eres un rojo; si te escandalizas de que España gaste más de 20 millones de euros en la célebre cúpula de Barceló en Ginebra es que eres de derechas, o que estás en contra del arte moderno; si te alarman los informes reiterados sobre el fracaso escolar en España es que tiene nostalgia de la educación franquista.


He visto a alcaldes y a autoridades autonómicas españolas de todos los colores tirar cantidades inmensas de dinero público viniendo a Nueva York en presuntos viajes promocionales que solo tienen eco en los informativos de sus comarcas, municipios o comunidades respectivas, ya que en el séquito suelen o solían venir periodistas, jefes de prensa, hasta sindicalistas. Los he visto alquilar uno de los salones más caros del Waldorf Astoria para “presentar” un premio de poesía. Presentar no se sabe a quién, porque entre el público solo estaban ellos, sus familiares más próximos y unos cuantos españoles de los que viven aquí. Cuando era director del Cervantes el jefe de protocolo de un jerarca autonómico me llamó para exigirme que saliera a recibir a su señoría a la puerta del edificio cuando él llegara en el coche oficial. Preferí esperarlo en el patio, que se estaba más fresco. Entró rodeado por un séquito que atascaba los pasillos del centro y cuando yo empezaba a explicarle algo tuvo a bien ponerse a hablar por el móvil y dejarnos a todos, al séquito y a mí, esperando durante varios minutos. “Era Plácido”, dijo, “que viene a sumarse a nuestro proyecto”. El proyecto en cuestión calculo que tardará un siglo en terminar de pagarse.
Lo que yo me preguntaba, y lo que preguntaba cada vez que veía a un economista, era cómo un país de mediana importancia podía permitirse tantos lujos. Y me preguntaba y me pregunto por qué la ciudadanía ha aceptado con tanta indiferencia tantos abusos, durante tanto tiempo. Por eso creo que el despertar forzoso al que parece que al fin estamos llegando ha de tener una parte de rebeldía práctica y otra de autocrítica. Rebeldía práctica para ponernos de acuerdo en hacer juntos un cierto número de cosas y no solo para enfatizar lo que ya somos, o lo que nos han dicho o imaginamos que somos: que haya listas abiertas y limitación de mandatos, que la administración sea austera, profesional y transparente, que se prescinda de lo superfluo para salvar lo imprescindible en los tiempos que vienen, que se debata con claridad el modelo educativo y el modelo productivo que nuestro país necesita para ser viable y para ser justo, que las mejoras graduales y en profundidad surgidas del consenso democrático estén siempre por encima de los gestos enfáticos, de los centenarios y los monumentos firmados por vedettes internacionales de la arquitectura.


Y autocrítica, insisto, para no ceder más al halago, para reflexionar sobre lo que cada uno puede hacer en su propio ámbito y quizás no hace con el empeño con que debiera: el profesor enseñar, el estudiante estudiar haciéndose responsable del privilegio que es la educación pública, el tan solo un poco enfermo no presentarse en urgencias, el periodista comprobando un dato o un nombre por segunda vez antes de escribirlos, el padre o la madre responsabilizándose de los buenos modales de su hijo, cada uno a lo suyo, en lo suyo, por fin ciudadanos y adultos, no adolescentes perpetuos, entre el letargo y la queja, miembros de una comunidad política sólida y abierta y no de una tribu ancestral: ciudadanos justos y benéficos, como decía tan cándidamente, tan conmovedoramente, la Constitución de 1812, trabajadores de todas clases, como decía la de 1931.


Lo más raro es que el espejismo haya durado tanto."
 
  • #29
Hombre, yo que de vez en cuando les hagan sentir incómodos y vivir la realidad de muchos españoles en su día a día, a aquellos, que son sus representantes y van en coche oficial y con escolta, no me parece del todo mal. Lo siento por los policías que han padecido los actos en defensa de los políticos, pero bueno, es su trabajo y suerte que lo tienen.

Que apoyes el acoso a los políticos en su vida privada y las agresiones lo dice todo de tí.
 
  • #30
Cito:
Esperanza Aguirre, "Tendría gracia que cuando un gobierno de centro derecha lo hace mal se le cambia y muy bien cambiado, y si es de izquierda, lo que se quiere es cambiar el sistema".

No estoy al 100% de acuerdo, pero hay que pensar muy bien la frase. ::Dbt::
 
  • #31
Vamos a ver si nos centramos suso, que parece ser que no te gustan mis comentarios, cosa por otra parte muy entendible, tampoco es mi interés ganar adeptos a diferencia de los que nos mandan.

En primer lugar, no se ha producido un acoso a los políticos en su vida privada, no se les ha ido a molestar en sus vacaciones ni en sus casas millonarias, por lo que no puedo apoyar algo que no ha acontencido. Lo que sí que ha ocurrido, es que se les ha acosado en su trabajo, que no es otro que el de servir al pueblo en una cámara donde representan al pueblo, o en los aledaños de ésta, la vía pública.. Tampoco se han producido agresiones, así que no sé sinceramente que tiene que ver tu respuesta a lo manifestado por mi parte, salvo que es una tergiversación palmaria de mis palabras.

En cuanto a que dicha conducta dice todo de mí...Desconozco sinceramente que dirá, porque no son correctas las actitudes que se me imputan, pero en cualquier caso, si se hubiera producido lo que tú indicas, por supuesto que lo apoyaría sin tapujos, toda vez que considero que nuestros representantes velan por intereses ajenos a los que deben y se lucran por elo. ¿Qué hay de malo en eso? ¿O es que acaso desconoces que todas las revoluciones, en cuanto a conquistas de derechos por la humidad, no vinieron de otra forma que no sea por la lucha, desgraciadamente en ocasiones violentas? Y al hilo de lo anterior¿No conoces que un pueblo que permanece sentado mientras sus derechos son pisoteados está condenado a perder aquello que sus antepasados ganaron por la lucha? Mi particular visión de las cosas, no es otra que la puesta de manifiesto en su día por R. Von Ihering en su famosa conferencia "La lucha por el derecho", por lo que, si el derecho, entendido en su vertiente de derecho natural, lo es todo, todo está justificado, y ese todo al que tú aludes, me llena de orgullo pues supone que por lo menos soy coherente con mis principios.
 
  • #32
V
En primer lugar, no se ha producido un acoso a los políticos en su vida privada, no se les ha ido a molestar en sus vacaciones ni en sus casas millonarias, por lo que no puedo apoyar algo que no ha acontencido.

Igual me lo he inventado, pero este desde luego me parece un acoso en su vida privada a Gallardón:

https://www.laopinioncoruna.es/soci...n-acosado-calle-prohibir-musica-25118743.html

En cualquier caso, creo que el Estado debe actuar con dureza contra los que no aceptan la voluntad de la mayoría de la población: un 64% de la población acudió a las urnas en las últimas elecciones... ¿cuantos apoyan estas agresiones? ah no que no se atreven a someter sus postulados a la voluntad de la sociedad.
 
  • #33
No sabía que lo de Gallardón era en su casa, de todas formas, también es un poco pájaro, así que unos abucheos de vez en cuando, y como único reproche, no es para tanto.

El estado lo primero que debe hacer es garantizar la seguridad de los ciudadanos en estos casos (si es que no está detrás de estos conflictos alguien del Estado) y que se cumplan las resoluciones judiciales. A día de hoy, se han suspendido tres desahucios porque la funcionaria (que tampoco se quién es para dejar de cumplir un mandato judicial y no requerir en su auxilio más policía judicial) de turno, ha dicho que había graves incidentes y que se comprometía su seguridad...Esto es gravisimo, independientemente de que estemos a favor o en contra de la Ley Hipotecaria o procesal civil se ha aprobado democráticamente y por la inmensa mayoría de las cámaras, no se puede tolerar que en un Estado de Derecho se dejan de cumplir resoluciones judiciales acordes con el Derecho vigente, por presiones de unos cuantos, echa por tierra la seguridad jurídica, la separación de poderes y la esencia propia del Estado. Y a día de hoy, el responsable de la ejecución de las mismas en el sentido de dar eficacia y efectividad a las mismas, Ministro de Justicia y en su caso, el de Interior, siguen de rositas. Así vamos mal. Y ninguno de esos jueces, que es su responsabilidad juzgar y ejecutar lo juzgado, ha abierto la boca, esto más que podrido está gangrenado.

Yo por si acaso, la semana de las elecciones, me voy a la sierra, no vaya a ser que me pase algo. Porque lo que es indignante es que un Estado no sea capaz de velar por sus propios ciudadanos y éstos tengan miedo. No se puede consentir esto. Y el PP es culpable por permanecer impasible ante esta dejadez de funciones (querida o no) del PSOE. Cuando un Ministro del Interior dice que no puede ir a Valencia por miedo a su seguridad, qué le queda al pueblo? si dice que no es capaz ni siquiera de garantizar su propia seguridad...sin perjuicio de estrategias de sembrar el pavor para recortar derechos. Espero que no les estalle en sus manos, no creo, lo que están avivando.
 
  • #34
imposible explicarlo mejor!!! :worshippy::worshippy::worshippy: :

A ver si al que lanza un escupitajo le pueden partir la cara a porrazos y al que deja en la ruina a un ayuntamiento, forrándose con ello, le dan una palmadita en la espalda y le dicen "no lo vuelas a hacer, chico malo".
:worshippy::worshippy::worshippy::worshippy:
 
  • #35
No sabía que lo de Gallardón era en su casa, de todas formas, también es un poco pájaro, así que unos abucheos de vez en cuando, y como único reproche, no es para tanto.
.

A Gallardón le acosaron en su domicilio por un motivo tan justificado como el de no autorizar los actos del orgullo gay en la plaza de Chueca a petición de la asociación de los propios vecinos de Chueca.
Lo peor es que los medios, a estos gilipollas también les llama "indignados"

Y si Gallardón es un poco pájaro, lo que hay que hacer es echarle mediante el voto, no irle a buscar a casa como mafiosos.
 
  • #36
El gran problema es que el Estado no aplica la Ley depende de para quien... y en estos momentos no aplica la ley con estos "indignaos" que se apropian del terreno de uso público sin autorización, agreden a representantes públicos, etc, etc, etc...

Si no se quiere a un representante público se le hecha en las urnas, si no se le consigue echar en las urnas es porque la mayoría de la sociedad así lo quiere y punto. ¿o es que los únicos que conocen al voluntad de la sociedad son los "indignaos"?¿en base a qué se envuelven en la bandera de la legitimidad?¿porque ellos así lo dicen?...que sometan sus postulados a la voluntad de la sociedad en las urnas, que es como se hacen las cosas y, si ganan, que se pongan manos a la obra para cambiarlas con la legitimidad de las urnas y si no que se aguanten ¿o es que hay que montar una revolución como en 1934 cuando no se ganan las elecciones?

Desgraciadamente en el País Vasco tenemos más de 30 años de experiencia con este tipo de gente y sabemos que se empieza justificando el acoso y se acaba por celebrar los asesinatos. Disculpa, pero me parece indecente agredir a un representante público elegido en las urnas por la sociedad. Debería actuarse con extrema dureza contra ello, pero claro, eso no es popular.
 
Última edición:
  • #37
Si en vez de ir a molestar, insultar y agredir a los parlamentarios que ellos mismos han elegido se dedicaran a organizarse y recoger firmas para promover la iniciativa legislativa popular y cambiar el sistema que tanto critican, es posible que viéramos a este movimiento con otros ojos. Pero claro, el problema es que tampoco quieren eso, es mejor protestar y que sea otro el que actúe.

Me repugna la gente que se pasa el día con la palabra democracia en la boca usándola como salvoconducto de su libertinaje.

Lo gracioso es que ahora estamos muy cabreados con los políticos (que hemos elegido), pero hace 5 años éramos la mar de felices con ellos cuando teníamos un Mercedes en la cochera y un adosado con jardín (y una hipoteca como un copón de grande).
 
  • #38
Lo primero para cambiar el sistema es estar dentro del sistema, me paso yo por ..... por educación no digo, a los indignados que no tienen historial de cotización en la seguridad social y en hacienda ni se les conoce.

Indignado yo, pero consigo mismo por ser un gilipollas que cotiza y hace la declaración de hacienda anualmente.
 
  • #39
vale....pero entonces..si tu no cumples la ley..no puedes exigir que los demás lo hagan!:pardon:




Totalmente razonable lo que dices, no puedo discutir lo que comentas, es una "verdad absoluta" (si es que eso existe)... pero no me queda una pizca de consciencia cívica :(

Después de ver que los que están en el poder no dudan en saltarse sus leyes cuando les apetece... pues se me quitan las ganas de ser un "ciudadano ejemplar".
 
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