S
silvo
Forer@ Senior
Sin verificar
Hay grados de preparacionismo y todos somos de alguna manera preparacionistas en mayor o menor grado. Si podemos, no vivimos al día y ahorramos algo de dinero por si tenemos imprevistos, guardamos en nuestra despensa alguna botella de vino o algunas cervezas por si aparece la ocasión, etc. Ahora imaginaros que vivís en Wuhan, o en Torrelodones, que os decretan una cuarentena de un día para otro que os impide salir de la ciudad y que la ciudad se desabastece en pocas horas por falta de reposición y principalmente por miedo. Sabes que hay una posibilidad remota de que esa cuarentena o ese desabastecimiento ocurran en tu lugar de residencia, en Wuhan aún no se lo creen, pero tampoco creías que iba a pasarte algo malo cuando te hiciste el seguro de vida por si acaso; así que decides que no cuesta nada comprar un poco más de leche, galletas, pasta, tomate frito y latunes de lo habitual, porque en el fondo sabes que no pasará nada y que luego lo irás gastando. Preparacionismo.
La verdad es que si tienes botiquín en casa o llevas rueda de repuesto en el coche ya eres un preparacionista. De ahí a ser un enfermo hay muchos grados.