Follow along with the video below to see how to install our site as a web app on your home screen.
Nota: This feature may not be available in some browsers.
Yo cuando me la piden pensado que es un boli, hago el amago de cogerla y le suelto: Es una Estilográfica ¿te atreves? 95% de posibilidades de que no la quieran coger
Las plumas no se deben dejar a quien no entiende de ellas, pero prestarlas entre nosotros, en las quedadas, es "de obligado cumplimiento".
Lo de hacerse a la mano es discutible, pero en todo caso seria despues de un tiempo, muy, muy, muy, prolongado.
Siempre se ha dicho que hay tres cosas que nunca se deben prestar:
La mujer, La moto y la pluma
Salufetes.
Juantxu.
Ronchamp lo siento, yo tampoco me tengo por machista, solo era un comentario que se escuchaba hace años.
Mis disculpas a to@s l@s que haya sentado mal este dicho.
Saludos.
Juantxu.
No solo coincido, sino que voy un poco más allá: es el propietario el que se acaba haciendo a la pluma y no al revés
Si no hay remedio, si es inevitable prestarla, pero ABSOLUTAMENTE INEVITABLE:
- La pluma la abro yo.
- La tapa me la guardo
- Primer aviso: "Es una pluma, sabrás usarla, ¿no?"
- Segundo aviso: "¿Seguro? Mira que..."
- La doy en mano, con el plumín apuntando con talante amenazador hacia la cara del "adversario" y cara de mala, muy mala leche.
- Mi mano queda abierta, frente al pedigüeño, esperando que me sea devuelta la pluma.
- No, no me vale con un "luego te la doy". Es mi pluma, escribe eso tan urgente y me la devuelves AHORA.
Que se lo digan a mi Cross Emperor, que en Madríd pasó de mano en mano . Eso sí, todos la trataron con respeto y dulzura. :
por qué será que todos aquellos que escribimos con pluma, siempre nos acompaña alguna, más cuando pululamos entre organismos y aquellos que escriben con bolígrafo, nunca lo llevan aunque sepan de antemano que lo van a necesitar.
Pues a mi me cuesta mucho dejar la pluma, de hecho no lo hago nunca (salvo a otros aficionados que también usan plumas).
Reconozco que las veces que intenté superar este egoísmo, sufrí mucho. Y me da igual que sean plumas de batalla, simplemente no puedo.
Yo creo que incluso el que usa mi pluma sufre haciéndolo, al ver la "cara de poker" que yo pongo cuando veo cómo, después de asaltar el capuchón para abrirla, ataca el papel con intención de escribir (o firmar, que aún me duele más, sobre todo cuando al final ponen un punto como quien pulsa una tecla de una maquina de escribir antigua).
Ahora, que ya tengo claro que no supero este egoísmo ante extraños ni aunque me paguen, las llevo con tintas de colores (suele ser bastante disuasorio) y siempre llevo un bolígrafo en el bolso.