Bueno, creo que después de unos días probando mi nueva Lamy, ya estoy en condiciones de dar mi opinión acerca de ella.
Lo primero que tengo que decir es que, después de todo el interés que había depertado en mí tanta lectura y opinión (mayoritariamente buenas) acerca de esta estilográfica, mis expectativas no se han visto satisfechas por ahora.
Me gusta absolutamente todo de ella, menos cómo escribe. Casi nada. Menudo chasco.
Me gusta su diseño, su clip, cómo cierra el capuchón, su comodidad, su peso, el agarre, su solidez, su simplicidad y la poca capacidad de llamar la atención. Todo, menos cómo se desliza. No sé si será la cuestión del plumín que os comenté, no creo. A mí me cuesta una barbaridad hacer que se deslice por el papel satinado de 90 gramos. Parece que se agarra con uñas y dientes. Rasca y me da la sensación de que me va frenando continuamente. No me encuentro nada cómodo. En serio, había leído en algún hilo que a algunos les parecía que rascaba, pero era con puntos F. El mío es un M, y aún así parece que escribo con la punta de un cuchillo de cocina. Desde luego, nada comparable a ninguna de mis otras dos plumas.
Lo cierto es que estoy un poco defraudado. ¿A alguno os ha pasado esto y habéis cambiado de opinión con el tiempo? Yo no creo que sea cuestión de tiempo, es más bien una cuestión puramente física.
Hoy he decidido que no voy a quedarme el plumín. Lo voy a cambiar por otro. Pensaba pedir de nuevo un M, pero no sé si dar un salto más, teniendo en cuenta que los F de mis Pelikan escriben más grueso que el M de mi Lamy.
Agradezco vuestro tiempo,
un saludo.