Follow along with the video below to see how to install our site as a web app on your home screen.
Nota: This feature may not be available in some browsers.
Compañero, discrepo cordialmente: conozco plumas que pueden escribir decentemente texto seguido pero no saben trazar una firma que suele hacerse a toda mecha y con una rúbrica más o menos retorcida. Ellas son así.lo de que es una pluma “para firmar “ es una solemne chorrada,
Me refiero a que es perfectamente válida como pluma “escritora” , tengo varias y siempre uso alguna a diario.. Aparte de que se use para firmar o no, pero el comentario al que respondí aludía a que era más una pluma “de notario “ ( “ No es una pluma de "escribir". Es una pluma de firmar”). que para la escritura diaria, cuando no es así.Compañero, discrepo cordialmente: conozco plumas que pueden escribir decentemente texto seguido pero no saben trazar una firma que suele hacerse a toda mecha y con una rúbrica más o menos retorcida. Ellas son así.
Yo pierdo cierto tiempo en la vida identificando qué pluma debo llevar si preveo que más allá de tomar alguna nota, puedo verme necesitado de hacer una firma y que no me deje todos los trazos quebrados.
************* Inciso *************
In illo tempore, la contabilidad se hacía en un libro Mayor con las hojas numeradas y selladas por Hacienda, a mano, con estilográfica y con tinta azul-negra. No se aceptaba ningún otro color, ni boli, ni ná.
Al poco de esta charla, se aceptó, primero otros tonos de azul, luego el bolígrafo, y luego ya vino la informatización.
************* Fin del inciso *************
El hombre me comentó que, para escribir mucho, la 149 era ideal porque, al ser gruesa, encajaba mejor y no castigaba la mano como otras más delgadas. Y este se pasaba ocho horas al día escribiendo asientos en el libro.
Como dice el compañero Tinomariachi, es un concepto de gestiones notariales sobre todo (el oficio de los notarios se manifiesta firmando), pero me temo que de otros tiempos.PS El concepto de "pluma de firmar" me hace bastane gracia: está en las antípodas de mi realidad. No sé cuántos Florentinos hay por ahí para que existan conceptos como este.