Buenas,
el aceitado es vital para el buen funcionamiento del reloj.
Es cierto que con los sintéticos ahora, hay menos problemas
que los de base orgánica o mineral que se usaban (o todavía se usan),
ya que éstos tienden a degradarse rapidamente ante la presencia de diversos factores.
Con todo, aún un reloj moderno y sumergible
(con esto me refiero a la ausencia -casi- de desgaste y mugre)
sufre del deterioro del aceite, como dijo joler.
Más o menos cada 5 ó 6 años debería hacerse un service.
Por supuesto, hay movimientos de muy noble diseño,
que pueden pasarse 15 ó 20 años en un cajón y arrancar a la primera.
Pero eso no quita que haya aceite endurecido y/o con partículas de suciedad,
formando una película abrasiva, que va a afectar a los pivots,
y que va a facilitar el desgaste de los mismos, al hacerlo marchar.
A veces, incluso aparece desgaste en los rubíes y bastante visible,
por ejemplo, en la contrapiedra del volante.
Así como podemos alterar la amplitud de volante cambiando la forma
de la punta de un eje de volante, también esta marca central
en una contrapiedra va a afectar la amplitud de volante,disminuyéndola.
Respecto al epilamado, desarrollado a mediados de los '20s
por el químico en tribología Paul Woog,
se solía hacer agregando una capa de ácido esteárico (si, de la estearina, como la parafina),
en las superficies, con lo que se forma una película como acolchonada.
Esto "atrapa" la gota de aceite y la mantiene en su sitio.
Ahora se usan solvente fluorados y otros compuestos.
Muchos de los relojes antiguos (tal vez del '30 hacia atrás)
carecen de dicho tratamiento en los rubíes,
que se hizo ya por defecto en su elaboración.
Por ejemplo, si colocamos aceite en la contrapiedra
-cuya piedra suele ser también plana-
de un Paris con carrito, lo más probable es que se desparrame en la misma.
Ahí -por dar un ejemplo- me parece imprescindible el uso de epilamé.
Con la llegada de las máquina ultrasónicas de limpieza, se nota una definida alteración en el epilamado.
Así que cada tanto, habrá que epilamar ciertas partes, que no mantengan en su sitio el lubricante,
como las contrapiedras del volante.
Una forma de epilamado moderna, práctica y al alcance,
me parece el FixoDrop de Bergeon, ya listo para usar, o también
se ofrece para diluir.
Una forma de contrarrestar la migración de aceites en el escape,
ante la aparición de las altas frecuencias,
fue hacer una especie de epilamé (de ETA), el Lubrifar,
en combinación del Moebius 9415, una grasa
tixotrópica,
que reemplazó al clásico 941 para levé de áncora/diente de rueda de escape.
Hoy en día el 9415 ha probado ya sus bondades
en muchos tipos de escape, sin importar su época.
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Considero que la lubricación es tan importante como la
correcta lubricación.
Los excesos o lubricar donde no se debe hacerlo,
también van a provocar irregularidades en la marcha.
Además de los conocidos sitios donde evitar el aceitado,
siempre hay movimientos que por su particular diseño
poseen puntos específicos de algún engrase especial, o la total ausencia del mismo.
Un cordial saludo y sepan disculpar la verborrea.
Álvaro