Wallabee
Forer@ Senior
Sin verificar
Una vida humana vale los que vale. Según donde estés. En Ruanda no vale un céntimo. Aquí tenemos un sistema que garantiza los derechos de todos de todos. Pero tenemos unas leyes en mi opinión blanditas como el turrón de yema.
A Mateo, lo esperaron en la puerta de su casa a las 10 de la noche, eran tres hombres fornidos y de pocas palabras, algunas incomprensibles. Cuando entró en su casa, su mujer estaba sangrando en el suelo sin que nadie la ayudara, llevaba un gran golpe en la cara por la que sangraba abundantemente y estaba atada de pies y manos con cinta americana.
Mateo les dijo al borde del colapso que les daría todo. No parecieron conformase y le metieron una paliza que le produjo un infarto...después de llevarse todo lo que les pareció.
Hoy Mateo es un muerto en vida, no se ha recuperado después de siete años, su mujer tampoco, ni mental, ni físicamente. Los asaltantes...nada se sabe. Su hija que estaba estudiando en alemania tuvo que dejar los estudios e intentar salvar la empresa, fue imposible.
Y Mateo perdió su empresa, ya nada le llama la atención, no tiene ganas de vivir a causa de la depresión que le produjo ver a su mujer desangrándose, el infarto y los otros dos que le dieron en el hospital.
Muchos de nosotros conocemos casos similares ¿cuanto valía la vida de Mateo y de Laura?
Lo que pasa es que todos somos garantistas y damos excelentes consejos, hasta que nos entran en casa.
A Mateo, lo esperaron en la puerta de su casa a las 10 de la noche, eran tres hombres fornidos y de pocas palabras, algunas incomprensibles. Cuando entró en su casa, su mujer estaba sangrando en el suelo sin que nadie la ayudara, llevaba un gran golpe en la cara por la que sangraba abundantemente y estaba atada de pies y manos con cinta americana.
Mateo les dijo al borde del colapso que les daría todo. No parecieron conformase y le metieron una paliza que le produjo un infarto...después de llevarse todo lo que les pareció.
Hoy Mateo es un muerto en vida, no se ha recuperado después de siete años, su mujer tampoco, ni mental, ni físicamente. Los asaltantes...nada se sabe. Su hija que estaba estudiando en alemania tuvo que dejar los estudios e intentar salvar la empresa, fue imposible.
Y Mateo perdió su empresa, ya nada le llama la atención, no tiene ganas de vivir a causa de la depresión que le produjo ver a su mujer desangrándose, el infarto y los otros dos que le dieron en el hospital.
Muchos de nosotros conocemos casos similares ¿cuanto valía la vida de Mateo y de Laura?
Lo que pasa es que todos somos garantistas y damos excelentes consejos, hasta que nos entran en casa.