Este relato es 100% fiable, la fuente que me lo contó es de mi total confianza (colega y amigo)y está confirmado por terceras personas.
El caso es el siguiente: un amigo de mi amigo presumía de ser un "bon vivant", cada vez que tenía un fin de semana libre o un puente se escapaba con su novia para darse un homenaje gastronómico: restaurantes como "Akelarre", "El Celler de can Roca" y otros distinguidisimos nombres de la cocina española ya contaban entre sus hazañas. Pero faltaba el más grande entre los grandes, el supremo, la piedra filosofal del buen comer: EL BULLI. Llevaba en lista de espera un año y medio (más que para operarse de prótesis de cadera), pero el gran día llegó y, por fin fue llamado por Dios en la Tierra para ir a deleitarse con sus creaciones.
Allí acudió con su novia y dos matrimonios amigos. Alucinaba con el ir y venir de camareros, con lo exclusivo del sitio, todo sutilmente manejado por el gran director de orquesta, el inigualable Ferrán Adriá. Una vez acomodados se acercó el maitre con la carta de vinos, recordad que no hay carta de menú, sino que se trata de una extensísimo menú degustación consistente en unos 25-30 platos. EL insiste en que tratandose de una noche especial hay que pedir un vino acorde al momento que van a vivir y se decanta por un vino de Burdeos que ha visto a muy buen precio.
La cena comienza y supera en todo sus expectativas, es fantástica. Además el mismisimo Ferrán Adriá se ha acercado para saludarles e interesarse por si es todo de su total satisfacción: "¿qué tal están los señores?, ¿cómo encuentran la comida? ¿el vino es de su agrado?" y blablabla con las consabidas respuesta de;: esto es sublime, maravilloso, una explosión de sabor y blablabla...
LA cena llega a su ecuador y las copas están vacías: "por favor traiganos otra botella del mismo vino". Es todo como se esperaba: PERFECTO, además Ferrán Adriá ha vuelto a salir para charlar con ellos y volver a interesarse por si estan a gusto y todo es de su agrado.
Como todo en la vida, se acerca el final, pero aún hay que degustar los últimos platos y nuevamente las copas están vacías, hay que pedir una tercera botella de ese magnífico caldo y rematar una noche que está resultando MARAVILLOSA. Nuevamente Dios baja a la Tierra y se acerca a hablar con ellos. Jamás imaginó que se tratara de un Dios tan cercano y accesible. Hay que ver como se preocupa de que estés a gusto y de que todo sea de tu entera satisfacción....
El espectáculo llega a su fin y hay que pagar:
-"por favor traiganos la nota",
- "enseguida señores, solo quiero decirles que a la comida están invitados, solo deben pagar el vino".
"Joer, que majo es el Ferrán, se ve que le hemos bien, no si ya sabía yo que tanta charla era por algo, es supersencillo..........¡¡¡¡¡¡¡¡¿¿¿¿¿¿18.000 euros el vino!!!!!!!'???????? pepepepepe...pero si es un vino de 60,00 euros o........ joder, lei mal, es de 6000 euros.
En ese momento creo que todos sintieron nauseas y se les atragantó la cena. Intentaron explicarse: que si lei mal, que no puede ser, que...que no hay solución. Ferrán, muy majo él, les dijo que lo entendía, pero que las botellas estaban consumidas y que en la carta de vinos estaba bien clarito el precio y que lo sentía mucho, debían pagarlas y no había vuelta atrás.
Lo más cojonudo es una de las parejas tuvo que pedir un crédito para pagar la dichosa cena.
Yo no sé vosotros, pero a mi se me ponen los pelos de punta solo de pensar que me ocurriera a mi.
Moraleja: no te olvides las gafas cuando vayas a comer por ahi.