severino
Milpostista
Sin verificar
Vayamos por partes, tienes razón que las plumas japonesas con un buen plumín de oro no salen tiradas de precio, pero vamos a hacer una comparación sencilla, ¿cuanto costaría una Sailor Realo II con plumín de oro? por unos 250 € se podría conseguir nueva, ¿cuánto costaría una Montblanc 146 con plumín de oro (es, en cuanto a características, bastante parecida)? sobre, aproximadamente, unos 500 € o más, es decir, el doble. Creo que las japonesas, sobre no ser baratas, tienen unos precios más racionales.
También tienes razón en que la Parker 51, en sus tiempos, no eran de las más baratas de la marca (para eso fabricaron las Parker 21, para llegar a un público que no podía acceder a las 51) pero tampoco eran las plumas más caras del mercado si las comparamos con otras marcas con las que compartieron escaparates (Montblanc, Pelikan, Onoto,etc.).
En cuanto a que las plumas actuales no han perdido calidad, pues que quieres que te diga, ni se fabrican en las ebonitas con que se fabricaban antes (para los que dicen que las ebonitas son más frágiles que las resinas, tengo algunas de más de 100 años que, si no fuera porque han perdido un poco de color, pasarían por nuevas) ni las resinas o plásticos son los de ahora; estos modernos si los veo más frágiles y propensos a agrietarse ni te dan la calidez al tacto de las antiguas. Si quieres hablamos de plumines, sobre todo de flex, itálicos, arquitectos, stub y una amplia variedad que existían hace medio siglo; ahora si quieres algo así, excepto tres o cuatro marcas (la mayoría de ellas japonesas) tienes que comprarlas bajo encargo. Compara un plumín flexible actual con una de una Waterman Ideal 52, de una Conway, Onoto, Mabie Tood, etc. y ya me lo cuentas. En lo que sí estoy totalmente de acuerdo contigo es que las plumas han multiplicado el precio exponencialmente en ciertas marcas conocidas que a todos nos vienen a la mente.
Con respecto a lo que decía sobre Montblanc, Pelikan, etc. (aquí podría incluir a las actuales Parker, Waterman, Sheaffer y algunas más, salvo honrosas excepciones) es que sus actuales modelos me dejan frío, no me transmiten sensaciones a la hora de escribir con ellas; sus plumines parecen sacados de la misma fábrica, todos muy rígidos, sin apenas variaciones de trazo, sin... ¿alma?, que podrían pasar por la escritura que sería capaz de darte cualquier roller hoy en día.
¡Ojo, todo esto es una opinión personal que no quiere sentar cátedra! Cada uno es libre de escribir con lo que pueda y/o quiera pero cuando pruebe algunas vintages, igual opina como yo de las actuales.
Saludos
Buenas:
En lo primero que comentas estoy totalmente de acuerdo, y a eso me refería al decir que las alemanas premium, para entendernos, están sobrepreciadas.
Respecto a lo de que las plumas actuales han perdido calidad, en las marcas en las que he podido comparar a igualdad de gama entre piezas vintage y piezas modernas (Parker, Waterman, Sheaffer y Cross), también estoy de acuerdo. Lo que quería decir es que en esas marcas, sin necesidad de comparar con modelos antiguos, los actuales no me transmiten gran cosa, no se corresponden con la imagen que tenía de ellas en mi juventud.
Con MB y Pelikan, y traigo estas dos porque son las únicas marcas caras que gasto, no me sucede lo mismo, quizás porque hayan mantenido mejor su imagen de marca, no lo sé ¿Que hayan perdido también calidad, eficiencia o alma? Es posible, ahí reconozco que mi juicio era más bien una impresión porque, por ejemplo, nunca he probado una Pelikan vintage. MB sí, de hecho ahora estoy alternando una 146 moderna y una 342, pero entiendo que la comparación no es justa. Con todo, y sin dudar de la calidad de las plumas antiguas, porque además los datos que das son bastante objetivos, es posible, o al menos a mí me sucede, que en esa sensación calidez y alma pese también el factor psicológico. Aun así, aclaro, en líneas generales estoy bastante de acuerdo contigo y mis conocimientos son los de un usuario metido a forero por casualidad.
Ya otra cosa es, volviendo al tema central de hilo, lo que merezca la pena pagar por una marca o modelo independientemente de su calidad, y en este punto creo que a partir de cierto precio, pongamos los 200 que fijabas, todos asumimos qué pagamos y, ante todo, por qué lo pagamos. Así visto, pagar 800 euros por una M 1000, que parece un cañón, o por una 149 que a mí se me hace no tan grande pero casi, puede tener sentido por el mero hecho de que quieres tener determinados modelos icónicos en tu colección; y ahí está claro que no pagas solamente por un instrumento de escritura. Ahora, también es cierto que, ya que pagas lo que pagas, quieres que también sea un excelente instrumento de escritura: en caso contrario, ciertamente es intolerable.
Pero vaya, que siempre hay mucho de capricho o yo qué sé. Recuerdo que hace unos años me tiré semanas empecinado en comprar la MB StarWalker aquella a cuadros de caucho, cuando todo el mundo me decía que el caucho se quedaba en los dedos. Todos los martes, al salir de la BNE, me acercaba la boutique MB de Serrano a comprarla, y me quedaba en la puerta dudando. Al final no la compré, por un motivo personal ajeno al precio o a la calidad del producto. Objetivamente, mi decisión fue razonable, pero creo de haber hecho lo contrario, esto es pagar los 500 o 600 que costaba por una pluma que se deshacía en la mano... para mí la compra tenía sentido, y reconozco que habría pagado, quizás contra toda razón objetiva, solo porque el diseño me parecía que se adecuaba a mi estilo. ¿Puede haber criterio más absurdo? Pues para mí era el fundamental.