jdortega
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Muy buenas a todos,
Después de unas excelentes vacaciones viene uno con fuerza y motivación añadidas. Y qué mejor que aprovechar ese estado de ánimo para presentar una de las piezas más bellas que en mi opinión he podido en mi vida contemplar. Y que además pertenece a una de mis marcas clásicas favoritas que, a mi juicio, permanece bastante infravalorada. Aunque si la marca continua sacando este tipo de espectaculares novedades va a ser completamente imposible el ignorarla por más tiempo.
No soy mucho de “oros” pero reconozco que esta maravilla estética me ha convencido y embelesado. Buscaba desde hace tiempo un reloj todo oro para completar ese hueco de mi colección. Me había fijado en los tres transatlánticos de ese tipo de modelos. El Royal Oak de Audemars Piguet, el Nautilus de Patek Philippe y el Day-Date President de Rolex. Todos ellos me gustaban pero no me convencía ninguno del todo como para hacer el disparate de gastarme ese dineral en un reloj que posiblemente me fuera a poner uno ó dos días al año (ya he dicho que no soy de “oros”, no?). Ya ni comento el asunto de la cadena de favores a iniciar para poder conseguir cualquiera de ellos. Así que no me decidía en ningún caso. Pero a principios de julio pasado me llegó publicidad de la nueva presentación del nuevo Laureato todo en oro rosa. Cuando vi la primera foto creía estar soñando. Fue un impacto instantáneo y colosal. Directamente no me creía lo que estaba viendo. Fue uno de esos momentos “Guau! Eso es un reloj!”, y acto seguido quedarte involuntariamente con la boca abierta. Uno de mis relojes favoritos (Laureato) en un oro rosa cepillado cual madera barnizada que armonizaba perfectamente con una esfera de color negro intenso. Lo dicho, amor a primera vista y olvido absoluto de cualquier otro candidato al trono dorado.
La caja es, cómo no, de oro rosa de 18 kilates alternando superficies pulidas con satinadas, con las formas y bisel típico octogonal de la colección Laureato. Un icono contemporáneo de reloj deportivo como son el RO ó el Nautilus. Sus dimensiones son de 42mm de diámetro por 10,68mm de altura, cumpliendo estéticamente las medidas teóricas de belleza horológica 4:1. Aunque por sus dimensiones de diámetro pudiera parecer grande yo mismo he llevado durante muchos años esas mismas medidas en el Laureato crono panda y en ningún caso me he sentido incómodo como con otros relojes de similar diámetro. Está perfectamente equilibrado en ese sentido. Aparte, que siendo sinceros, el hecho de ser algo grande a este modelo le beneficia. Digamos que el reloj está hecho para atraer la atención de cualquiera y por tanto si es grande se luce todavía más. Es una pieza que obviamente tiene garantizadas muchas temporadas en la caja del banco, pero que en las pocas ocasiones que pueda salir al exterior seguro es un auténtico escándalo. Y esa admiración que su visión genera está también muy relacionada con el tamaño. Un reloj más pequeño no lograría atraer tanto la atención, y este reloj se ha fabricado con ese propósito de forma clara. Así que creo el tamaño es el correcto para esa tarea.
La esfera está hecha de la piedra semipreciosa negra llamada Ónice, tratada manualmente en un proceso que contiene hasta 15 diferentes operaciones en las cuales se consigue pulir y dar forma a las finas piezas de la piedra logrando un lustroso acabado a espejo. No es Vantablack pero es que tampoco se busca el efecto de oscuridad absoluta en este caso, sino del contraste que se logra con el brazalete y la caja. Los marcadores horarios, las agujas y el logo de GP son también de oro rosa pulidos a su vez a mano. En resumen, unos acabados sublimes que confieren visualmente al reloj un nivel excepcional.
A la pieza le acompaña un brazalete extraordinario. El que ya lleva la colección Laureato con los eslabones centrales exquisitamente pulidos y los laterales cepillados a conciencia, pero además en oro rosa. Una verdadera maravilla estética para mi gusto. El peso que le confiere el conjunto es totalmente perceptible. Pero una vez puesto en muñeca consigue un equilibrio que provoca sensación de que pesa mucho menos de lo que parece sujetándolo en la mano. Bastante curioso de experimentar.
El calibre es el GP01800 manufactura de la casa y con unos acabados a mano preciosos de granulado circular en la platina, biseles pulidos a espejo y côtes de Genève en los puentes y en el fantástico rotor de oro rosa. Tiene 54 horas de reserva de marcha y 50 metros de estanqueidad. Lo justo por si te caes a la piscina ó al mar, aunque no creo que el que lo lleve puesto esté pensando precisamente en hacer un curso de buceo con semejante pieza.
Mi historia personal con este reloj es obviamente bastante reciente, y no tiene mucho recorrido aunque sí muy intenso. Al ver en julio el reloj en diferentes artículos y fotografías me decidí a informarme más en ello y pregunté a mis amigos de Chocrón y de Rabat. En Chocrón me indicaron que desgraciadamente no tendrían acceso a ese reloj porque dejaban de distribuir la marca en cuestión. Así que una opción menos. En Rabat me dijeron que hasta después del verano no les iba a llegar nada de la marca y que tampoco esperaban que les llegaran más de uno ó dos de ese modelo con suerte. Les indiqué que por favor cuando les llegara me avisaran para poder echarle un ojo en vivo y ver cómo me quedaría. Estos relojes tan ostentosos y con peso superior al habitual hay que probárselos antes para asegurar que le cuadran a uno.
Al volver de vacaciones hace unos días, decidí ayer mismo pasarme por Rabat a recoger un reloj que le habían hecho durante el verano la revisión. Allí me encontré a Jon y tuve la suerte de poder estar bastante rato charlando con él de todo un poco (no sólo de relojes vivimos los hombres). Durante la conversación le recordé que si le llegaba este modelo que por favor me avisara. Me dijo que de momento no le había llegado y que tampoco le habían confirmado si se lo iban a mandar, pero que habían llegado unas cajas justo ese día de GP y que en la primera se había encontrado un modelo “diferente” que le gustaría que lo viera. Yo le respondí que de GP conocía el catálogo y que el único que me interesaba en ese momento ver era esta novedad de oro rosa. Me insistió en que creía me iba a merecer la pena al menos el conocerlo, y se fue a buscarlo. Cuando volvió a los pocos minutos lo llevaba escondido entre las manos y me pidió que cerrara los ojos. Así lo hice y me colocó el reloj en la muñeca, pero sujetándolo él con su mano de tal forma que no pesaba prácticamente nada y a su vez permaneciendo oculto por su propia mano. Abrí los ojos y sólo veía su mano sobre mi muñeca con algo que me había puesto rodeándola. Por el peso pensé era una especie de pulsera ancha. Cuando retiró la mano y dejó el reloj posarse sobre mi antebrazo directamente aluciné. Solté un par de improperios que la ocasión merecía y me maravillé con lo que estaba viendo. Después de una oferta que generosamente me otorgó no dudé ni un segundo en aceptar el trato y adquirir uno de los relojes más impactantes que jamás he visto. Salí de allí absolutamente feliz, y sin siquiera pensar en cómo explicarle a mi mujer que había vuelto a caer…
Espero el reloj os haya gustado aunque sólo sea un pequeño porcentaje de lo que me gusta a mí.
Después de unas excelentes vacaciones viene uno con fuerza y motivación añadidas. Y qué mejor que aprovechar ese estado de ánimo para presentar una de las piezas más bellas que en mi opinión he podido en mi vida contemplar. Y que además pertenece a una de mis marcas clásicas favoritas que, a mi juicio, permanece bastante infravalorada. Aunque si la marca continua sacando este tipo de espectaculares novedades va a ser completamente imposible el ignorarla por más tiempo.
No soy mucho de “oros” pero reconozco que esta maravilla estética me ha convencido y embelesado. Buscaba desde hace tiempo un reloj todo oro para completar ese hueco de mi colección. Me había fijado en los tres transatlánticos de ese tipo de modelos. El Royal Oak de Audemars Piguet, el Nautilus de Patek Philippe y el Day-Date President de Rolex. Todos ellos me gustaban pero no me convencía ninguno del todo como para hacer el disparate de gastarme ese dineral en un reloj que posiblemente me fuera a poner uno ó dos días al año (ya he dicho que no soy de “oros”, no?). Ya ni comento el asunto de la cadena de favores a iniciar para poder conseguir cualquiera de ellos. Así que no me decidía en ningún caso. Pero a principios de julio pasado me llegó publicidad de la nueva presentación del nuevo Laureato todo en oro rosa. Cuando vi la primera foto creía estar soñando. Fue un impacto instantáneo y colosal. Directamente no me creía lo que estaba viendo. Fue uno de esos momentos “Guau! Eso es un reloj!”, y acto seguido quedarte involuntariamente con la boca abierta. Uno de mis relojes favoritos (Laureato) en un oro rosa cepillado cual madera barnizada que armonizaba perfectamente con una esfera de color negro intenso. Lo dicho, amor a primera vista y olvido absoluto de cualquier otro candidato al trono dorado.
La caja es, cómo no, de oro rosa de 18 kilates alternando superficies pulidas con satinadas, con las formas y bisel típico octogonal de la colección Laureato. Un icono contemporáneo de reloj deportivo como son el RO ó el Nautilus. Sus dimensiones son de 42mm de diámetro por 10,68mm de altura, cumpliendo estéticamente las medidas teóricas de belleza horológica 4:1. Aunque por sus dimensiones de diámetro pudiera parecer grande yo mismo he llevado durante muchos años esas mismas medidas en el Laureato crono panda y en ningún caso me he sentido incómodo como con otros relojes de similar diámetro. Está perfectamente equilibrado en ese sentido. Aparte, que siendo sinceros, el hecho de ser algo grande a este modelo le beneficia. Digamos que el reloj está hecho para atraer la atención de cualquiera y por tanto si es grande se luce todavía más. Es una pieza que obviamente tiene garantizadas muchas temporadas en la caja del banco, pero que en las pocas ocasiones que pueda salir al exterior seguro es un auténtico escándalo. Y esa admiración que su visión genera está también muy relacionada con el tamaño. Un reloj más pequeño no lograría atraer tanto la atención, y este reloj se ha fabricado con ese propósito de forma clara. Así que creo el tamaño es el correcto para esa tarea.
La esfera está hecha de la piedra semipreciosa negra llamada Ónice, tratada manualmente en un proceso que contiene hasta 15 diferentes operaciones en las cuales se consigue pulir y dar forma a las finas piezas de la piedra logrando un lustroso acabado a espejo. No es Vantablack pero es que tampoco se busca el efecto de oscuridad absoluta en este caso, sino del contraste que se logra con el brazalete y la caja. Los marcadores horarios, las agujas y el logo de GP son también de oro rosa pulidos a su vez a mano. En resumen, unos acabados sublimes que confieren visualmente al reloj un nivel excepcional.
A la pieza le acompaña un brazalete extraordinario. El que ya lleva la colección Laureato con los eslabones centrales exquisitamente pulidos y los laterales cepillados a conciencia, pero además en oro rosa. Una verdadera maravilla estética para mi gusto. El peso que le confiere el conjunto es totalmente perceptible. Pero una vez puesto en muñeca consigue un equilibrio que provoca sensación de que pesa mucho menos de lo que parece sujetándolo en la mano. Bastante curioso de experimentar.
El calibre es el GP01800 manufactura de la casa y con unos acabados a mano preciosos de granulado circular en la platina, biseles pulidos a espejo y côtes de Genève en los puentes y en el fantástico rotor de oro rosa. Tiene 54 horas de reserva de marcha y 50 metros de estanqueidad. Lo justo por si te caes a la piscina ó al mar, aunque no creo que el que lo lleve puesto esté pensando precisamente en hacer un curso de buceo con semejante pieza.
Mi historia personal con este reloj es obviamente bastante reciente, y no tiene mucho recorrido aunque sí muy intenso. Al ver en julio el reloj en diferentes artículos y fotografías me decidí a informarme más en ello y pregunté a mis amigos de Chocrón y de Rabat. En Chocrón me indicaron que desgraciadamente no tendrían acceso a ese reloj porque dejaban de distribuir la marca en cuestión. Así que una opción menos. En Rabat me dijeron que hasta después del verano no les iba a llegar nada de la marca y que tampoco esperaban que les llegaran más de uno ó dos de ese modelo con suerte. Les indiqué que por favor cuando les llegara me avisaran para poder echarle un ojo en vivo y ver cómo me quedaría. Estos relojes tan ostentosos y con peso superior al habitual hay que probárselos antes para asegurar que le cuadran a uno.
Al volver de vacaciones hace unos días, decidí ayer mismo pasarme por Rabat a recoger un reloj que le habían hecho durante el verano la revisión. Allí me encontré a Jon y tuve la suerte de poder estar bastante rato charlando con él de todo un poco (no sólo de relojes vivimos los hombres). Durante la conversación le recordé que si le llegaba este modelo que por favor me avisara. Me dijo que de momento no le había llegado y que tampoco le habían confirmado si se lo iban a mandar, pero que habían llegado unas cajas justo ese día de GP y que en la primera se había encontrado un modelo “diferente” que le gustaría que lo viera. Yo le respondí que de GP conocía el catálogo y que el único que me interesaba en ese momento ver era esta novedad de oro rosa. Me insistió en que creía me iba a merecer la pena al menos el conocerlo, y se fue a buscarlo. Cuando volvió a los pocos minutos lo llevaba escondido entre las manos y me pidió que cerrara los ojos. Así lo hice y me colocó el reloj en la muñeca, pero sujetándolo él con su mano de tal forma que no pesaba prácticamente nada y a su vez permaneciendo oculto por su propia mano. Abrí los ojos y sólo veía su mano sobre mi muñeca con algo que me había puesto rodeándola. Por el peso pensé era una especie de pulsera ancha. Cuando retiró la mano y dejó el reloj posarse sobre mi antebrazo directamente aluciné. Solté un par de improperios que la ocasión merecía y me maravillé con lo que estaba viendo. Después de una oferta que generosamente me otorgó no dudé ni un segundo en aceptar el trato y adquirir uno de los relojes más impactantes que jamás he visto. Salí de allí absolutamente feliz, y sin siquiera pensar en cómo explicarle a mi mujer que había vuelto a caer…
Espero el reloj os haya gustado aunque sólo sea un pequeño porcentaje de lo que me gusta a mí.
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