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Supongo que si tienes una gran colección de yayas la cosa debe ser diferente, pero en mi caso que todas son modernas van al trabajo en el bolsillo de mi camisa o americana.
Tampoco vigilo mucho, nuestra oficina esta bastante controlada y hay algún compañero que lleva viudas más golosas.
De hecho, creo que donde más las utilizo es en el trabajo y es un placer.
Siempre he dudado si la estilográfica era para cuidarla y disfrutarla en casa o llevarla al trabajo con el peligro que ello conlleva de golpes, etc
Estimado antoabper:
En mi opinión, una de las mayores satisfacciones que nos deparan las plumas, es precisamente utilizarlas para el fin para el que fuero hechas: escribir con ellas.
Si bien hoy en día, su uso ha caido notablemente, en un pasado no tan lejano, eran empleadas día a día en oficinas, y en medios no tan seguros como un recinto cerrado. Era lo que había cuando no existian ni lap tops ni palms ni tablets, e incluso antes del popular bolígrafo.
Utilizar cualquier objeto implica sus riesgos en la vida cotidiana, y aun nosotros mismos estamos expuestos a peores riesgos.
No veo por qué no usar una pluma en un ámbito laboral, tomando algunos recaudos mínimos.
Yo tengo en mi oficina algunas de mis Nakayas, Montblanc, Pelikans o Parkers, y dado que estoy aqui en mi oficina la mayor parte de mi tiempo en que estoy despierto, es la mejor oportunidad de disfrutarlas a diario, rotandolas junto con sus tintas.
Bueno, es al menos mi punto de vista.
Cordialmente, Tonin.
Siempre he dudado si la estilográfica era para cuidarla y disfrutarla en casa o llevarla al trabajo con el peligro que ello conlleva de golpes, etc