Casiná
De la casa
Sin verificar
Ya he dicho muchísimas veces (como un Cebolleta cualquiera) que mi padre me regaló el primer reloj allá por el 61-62 y era, a la sazón, un Certina 28-10. En aquel entonces y para niño mejor con todos los números y a mi, ahora, me gustan con índices. Pero esto es lo que hay.
Por respeto-miedo no me había atrevido a meterle mano pero el domingo y después de terminar con éxito el diminuto Tissot me armé de valor de nuevo y lo hice. Tenía la punta del muelle real rota y sólo se le podían dar unas vueltas de corona a la cuerda y funcionaba bien por unas horas. Que yo recuerde sólo fue al relojero dos veces: una por un golpe que abrió el bisel y fastidio una aguja y por eso lleva las que no son originales y otra para limpieza porque no marchaba bien. Y estuvo en servicio activo hasta el 77.
Una vez desmontado y limpio (aunque sea con una limpieza superficial de aficionado) hay que empezar engrasando la platina por la parte del rodaje. No es imperioso pero así lo hago yo.
Luego viene bien montar el barrilete y cubrirlo con su puente ya que la rueda de centro monta sobre él.
Luego empezamos a poner el rodaje empezando por la de escape, segundera, intermedia y de centro ya que van montando unas sobre otras. Antes de montarlas he aprendido (ya sabéis, San Google) a rodarlas por el ródico ayudado por las pinzas
A continuación se cubre con su puente. Es quizás la operación más complicada si las ruedas no se mantienen bien en su posición. Hay que meter todos los finísimos ejes en sus alojamientos para que ruede suave. Sujetando la virola con corazón y anular izquierdos, en los casos de diestros, y poniendo el índice encima del puente y ayudado por las pinzas finas o un destornillador, en la otra mano, para llevarlos a su respectivo hueco (y con un poco de paciencia y práctica) se consigue. Tardarás más o menos pero los meterás: esto es como todo, je,je,je.
luego nos vamos al otro lado y ponemos en cañón de minutos. No hay foto, lo siento. Y vuelta otra vez.
luego le toca a la rueda de corona. Viendo la pieza de la izquierda a ver quien dice que no está bien puesto el nombre. Dentro de ella se coloca la otra pieza que hace de centro de giro. Esta rueda de corona es la que mueve el rochete para dar la cuerda y es bastante más chica que él para hacer desmultiplicación y vencer así la resistencia del muelle real.
a continuación montaremos el rochete pero antes hay que activar el trinquete, que sirve, como su nombre indica, para trincarlo y que no se vuelva atrás. Yo no lo desmonto para limpiarlo porque ahorro tiempo, evito desgracias, je,je, y se limpia bien puesto, así que para activarlo sólo tengo que ponerle su muelle que es la pieza más saltarina en estos relojes simples y la primera que perdí en un AS 1127 cuando inicié mis pinitos relojeriles (aún no ha aparecido). Aquí lo veis quitado junto al rochete y lo adivináis puesto (eso es lo que hay)
el rochete se fija al cubo o barrilete, que contiene en su interior el muelle real, con un tornillo. Pero éste, en cuanto se ha apretado un poco, hace que gire todo el conjunto y, para frenarlo, una buena técnica es incrustar la pala de un destornillador entre dos de sus dientes y apoyarlo en el rebaje del trinquete sin apretar demasiado para no cargarse un diente, que un reloj no es un barco para amarrarlo a puerto.
ahora, antes de montar el áncora y el volante, le doy la vuelta y me voy al otro lado de la platina para engrasar. Yo no suelo desmontar el conjunto remontoir para la limpieza porque es un incordio montarlo y porque se limpia bien puesto. Ahora lo que si hago es sacar de su sitio el resorte del tirete (ya sabéis según los expertos, el D.N.I. de cada movimiento) para engrasar con más facilidad todo lo engrasable y, sobre todo, para engrasar el centro que se tapa con la rueda intermedia (olvidé hacer la foto con ella fuera), la más grande de las que se ven
y se vuelve a colocar el resorte . Se engrasan todos los rubís de las ruedas, el de áncora no.
Le volvemos a dar la vuelta, aceitamos todos los rubís de este lado, dando unas vueltas a la corona de fuera, la de la tija, comprobamos que rueda suave y bien, colocamos el áncora y su puente (antes de apretar su tornillo hay que asegurarse de que gira libremente lo que nos indica que está bien alojada en sus centros; los centros son sus rubís, ¡¡sin aceite!!. Sí hay que poner aceite, sólo un poco, en la punta de sus palas) y, dando un poco de cuerda, comprobamos que el escape es correcto. Para ello movemos ligeramente el tenedor del áncora y debe irse de golpe al otro lado. Repetimos varias veces para asegurarnos, y nos vamos al rey de la casa
el conjunto de volante: curioso, ingenioso, precioso, preciso y maravilloso mecanismo; como casi todo el reloj, vamos.
Me han enseñado, los colegas y la práctica, que la mejor manera de montarlo es llevar el tenedor al lado de dentro, coger el volante por su puente y situarlo en el lado contrario a donde va a ser fijado, meter el pivote inferior en su centro y, luego, girar la pinza y dejarlo caer encima de su sitio. Con el tiempo se deja caer justo en su sitio, todo es cuestión de veces y prueba-error y, antes incluso de entrar el pivote superior en su alojamiento, empieza a girar sólo con lo que te entra por los blandos un gustazo que es sólo parecido a otro que ya sabéis. Y si no lo sabéis peor para el que no lo sepa, ja,ja,ja. (Ya llevaba mucho tiempo serio y mi mente no lo soporta)
se abre la lira, como veis en la segunda foto, se saca la contrapiedra, se limpia, se aceita y se vuelve a poner en su sitio (antes, al principio, hemos hecho lo mismo con la de la platina), otra nueva vuelta y, por el otro lado, ponemos la rueda de horas y el talco. Otra vez estamos sin foto, lo vuelvo a sentir y por eso dije que "casi" todas las piezas. Ponemos la esfera, apretamos los tornillos de sus patillas, ponemos las agujas, lo metemos en la caja y voilà:
¡..... esa maldita impaciencia que siempre me ha acompañado .....!
Espero que os haya gustado. A quien haya llegado hasta aquí seguro que si.
Un saludo desde Sevilla. ¡Casi ná!.
Por respeto-miedo no me había atrevido a meterle mano pero el domingo y después de terminar con éxito el diminuto Tissot me armé de valor de nuevo y lo hice. Tenía la punta del muelle real rota y sólo se le podían dar unas vueltas de corona a la cuerda y funcionaba bien por unas horas. Que yo recuerde sólo fue al relojero dos veces: una por un golpe que abrió el bisel y fastidio una aguja y por eso lleva las que no son originales y otra para limpieza porque no marchaba bien. Y estuvo en servicio activo hasta el 77.
Una vez desmontado y limpio (aunque sea con una limpieza superficial de aficionado) hay que empezar engrasando la platina por la parte del rodaje. No es imperioso pero así lo hago yo.
Luego viene bien montar el barrilete y cubrirlo con su puente ya que la rueda de centro monta sobre él.
Luego empezamos a poner el rodaje empezando por la de escape, segundera, intermedia y de centro ya que van montando unas sobre otras. Antes de montarlas he aprendido (ya sabéis, San Google) a rodarlas por el ródico ayudado por las pinzas
A continuación se cubre con su puente. Es quizás la operación más complicada si las ruedas no se mantienen bien en su posición. Hay que meter todos los finísimos ejes en sus alojamientos para que ruede suave. Sujetando la virola con corazón y anular izquierdos, en los casos de diestros, y poniendo el índice encima del puente y ayudado por las pinzas finas o un destornillador, en la otra mano, para llevarlos a su respectivo hueco (y con un poco de paciencia y práctica) se consigue. Tardarás más o menos pero los meterás: esto es como todo, je,je,je.
luego nos vamos al otro lado y ponemos en cañón de minutos. No hay foto, lo siento. Y vuelta otra vez.
luego le toca a la rueda de corona. Viendo la pieza de la izquierda a ver quien dice que no está bien puesto el nombre. Dentro de ella se coloca la otra pieza que hace de centro de giro. Esta rueda de corona es la que mueve el rochete para dar la cuerda y es bastante más chica que él para hacer desmultiplicación y vencer así la resistencia del muelle real.
a continuación montaremos el rochete pero antes hay que activar el trinquete, que sirve, como su nombre indica, para trincarlo y que no se vuelva atrás. Yo no lo desmonto para limpiarlo porque ahorro tiempo, evito desgracias, je,je, y se limpia bien puesto, así que para activarlo sólo tengo que ponerle su muelle que es la pieza más saltarina en estos relojes simples y la primera que perdí en un AS 1127 cuando inicié mis pinitos relojeriles (aún no ha aparecido). Aquí lo veis quitado junto al rochete y lo adivináis puesto (eso es lo que hay)
el rochete se fija al cubo o barrilete, que contiene en su interior el muelle real, con un tornillo. Pero éste, en cuanto se ha apretado un poco, hace que gire todo el conjunto y, para frenarlo, una buena técnica es incrustar la pala de un destornillador entre dos de sus dientes y apoyarlo en el rebaje del trinquete sin apretar demasiado para no cargarse un diente, que un reloj no es un barco para amarrarlo a puerto.
ahora, antes de montar el áncora y el volante, le doy la vuelta y me voy al otro lado de la platina para engrasar. Yo no suelo desmontar el conjunto remontoir para la limpieza porque es un incordio montarlo y porque se limpia bien puesto. Ahora lo que si hago es sacar de su sitio el resorte del tirete (ya sabéis según los expertos, el D.N.I. de cada movimiento) para engrasar con más facilidad todo lo engrasable y, sobre todo, para engrasar el centro que se tapa con la rueda intermedia (olvidé hacer la foto con ella fuera), la más grande de las que se ven
y se vuelve a colocar el resorte . Se engrasan todos los rubís de las ruedas, el de áncora no.
Le volvemos a dar la vuelta, aceitamos todos los rubís de este lado, dando unas vueltas a la corona de fuera, la de la tija, comprobamos que rueda suave y bien, colocamos el áncora y su puente (antes de apretar su tornillo hay que asegurarse de que gira libremente lo que nos indica que está bien alojada en sus centros; los centros son sus rubís, ¡¡sin aceite!!. Sí hay que poner aceite, sólo un poco, en la punta de sus palas) y, dando un poco de cuerda, comprobamos que el escape es correcto. Para ello movemos ligeramente el tenedor del áncora y debe irse de golpe al otro lado. Repetimos varias veces para asegurarnos, y nos vamos al rey de la casa
el conjunto de volante: curioso, ingenioso, precioso, preciso y maravilloso mecanismo; como casi todo el reloj, vamos.
Me han enseñado, los colegas y la práctica, que la mejor manera de montarlo es llevar el tenedor al lado de dentro, coger el volante por su puente y situarlo en el lado contrario a donde va a ser fijado, meter el pivote inferior en su centro y, luego, girar la pinza y dejarlo caer encima de su sitio. Con el tiempo se deja caer justo en su sitio, todo es cuestión de veces y prueba-error y, antes incluso de entrar el pivote superior en su alojamiento, empieza a girar sólo con lo que te entra por los blandos un gustazo que es sólo parecido a otro que ya sabéis. Y si no lo sabéis peor para el que no lo sepa, ja,ja,ja. (Ya llevaba mucho tiempo serio y mi mente no lo soporta)
se abre la lira, como veis en la segunda foto, se saca la contrapiedra, se limpia, se aceita y se vuelve a poner en su sitio (antes, al principio, hemos hecho lo mismo con la de la platina), otra nueva vuelta y, por el otro lado, ponemos la rueda de horas y el talco. Otra vez estamos sin foto, lo vuelvo a sentir y por eso dije que "casi" todas las piezas. Ponemos la esfera, apretamos los tornillos de sus patillas, ponemos las agujas, lo metemos en la caja y voilà:
¡..... esa maldita impaciencia que siempre me ha acompañado .....!
Espero que os haya gustado. A quien haya llegado hasta aquí seguro que si.
Un saludo desde Sevilla. ¡Casi ná!.
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