He estado un ratillo dando vueltas por el sitio y la verdad es que hay cosas curiosas. Quizás un paseo por la web anime a alguien a leerlo, aunque no creo que nadie en su sano juicio lo lea en el monitor. Yo no podría, desde luego.
Mi abuelo, recientemente fallecido, me regaló una preciosa edición del Quijote -la de Fugarull de 1879, mencionada en la web- cuando cumplí 10 años; a él se la había regalado su abuelo a la misma edad. Nunca olvidaré su sonrisa de felicidad al dármelo. Me dijo: "hay que leerlo tres veces: de niño, de adulto y de viejo". Creo que no olvidaré esas palabras en la vida.
Entonces, de niño, sólo leí la primera parte. Ya de adulto, lo terminé unos días antes de casarme, cerca de la treintena. Y lloré como un niño cuando cerré el libro, a la muerte del hidalgo.
Y espero llegar a viejo para leerlo de nuevo y, si tengo un nieto, regalarle la preciosa edición que con tanto amor me encomendó mi abuelo.