L
luis
Visitante
Es muy complicado el tema. La marihuana por ejemplo no genera dependencia física, al contrario que el alcohol. También es menos dañina que el alcohol y mucho menos que el tabaco. Además puede tener fines terapéuticos.
Efectivamente, "no" genera dependencia física. Los síntomas de abstinencia después de la interrupción de un consumo continuado son relativamente leves. La pérdida de apetito, el insomnio y la irritabilidad suelen ser bien toleradas.
Pero (siempre hay un pero) está comprobado que el cannabis puede crear un estado de dependencia en el "comportamiento" que constituye un importante obstáculo para la supresión del consumo, depende del contenido en principio activo (THC=Tetrahidrocannabinol).
Entre los efectos producidos por el cannabis, se pueden enumerar unos cuantos, como euforia, o relajación, indiferencia, y disminución de la atención al entorno en general, concentrándola en percepciones concretas. El oído y la vista pueden ser afectados y se han observado alteraciones en la percepción del espacio y en la medida del tiempo. El juicio y la memoria inmediata están falseados. En diversos estudios se ha señalado el trastorno de la memoria a corto plazo, y la falta de agudeza mental. También se ha comprobado que pueden existir efectos teratogénicos tras un consumo continuado que ocasiona formas anormales de espermatozoides.
Respecto a los fines terapéuticos, son relativos, y tan solo se consiguen tras una profunda transformación molecular una vez extraída la sustancia base (THC), en concreto efectos antiespasmódicos y atenuante de la presión ocular, efectos estos que no se consiguen fumándose cinco porretes al día, claro, y además con otros efectos secundarios que desequilibra la relación riesgo/beneficio.
En cuanto a la heroina, los daños psíquicos son considerables, y degeneran en otros daños colaterales, como la mala nutrición por inapetencia, fallo del sistema inmunológico, etc. Su consumo solo se considera en términos de abuso, puesto que la tolerancia a los efectos deseados aumenta rápidamente, lo que incita al aumento de la dosis, haciendo del adicto un individuo somnoliento, apático, poco comunicativo. El síndrome de abstinencia es de los más severos que se conocen.
Un panorama cojonudo, ya estoy viendo los anuncios en los paneles publicitarios gigantes. "Chaval, métete un chute y evádete de los problemas, y a clase que vaya la p.m. del catedrático".
En fin...que como ya se dijo en su momento, más arriba, puede que viniera bien unos cuantos años de legalización y así diezmar la población por un sistema de pseudoselección natural.
Saludos.