Bueno amigos, para no abusar de vuestra supuesta intriga, voy a revelar lo que he leído en el formidable libro:
VIENNA REGULATORS AND FACTORY CLOCKS , del conocido especialista norteamericano Rick Ortenburger de Agoura en California.
No voy a dar detalles del libro, especializado en la descripción de los relojes Vieneses, sólo haré mención a su pagina Nº102, que traduciré directamente del inglés.
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DURACIÓN DE MARCHA
La mayoría de movimientos de los relojes Vieneses han sido fabricados para una duración de cuerda de ocho días,(Mi reciente maquinaria de 14 días marcha tambien), pero existen tambien aquellos fabricados para un funcionamiento de 30, 60, 90 días, seis meses, un año y hasta 12 años (DOCE AÑOS)
Dos bien conocidos autores y expertos en Reguladores Vieneses Mr. F.H. Van Weijdom Claterbox y el profesor Hans von Bertele coincidieron, en una conferencia, en afirmar haber visto un reloj Vienes que recibía cuerda una vez cada siete años. Y tambien dijeron conocer el caso, de un reloj Vienes, que había funcionado ininterrumpidamente, sin haberle dado cuerda por doce años.( Twelve Years. 12 años Doce Años). Estos últimos recalcaron que precisaban de grandes pesos para hacerlos funcionar.
Afirmaron, en esa conferencia, que esos relojes fueron fabricados especialmente para Emperadores y altas jerarquías.
Los Reguladores Vieneses, llamados de Larga Duración, hoy en día, están caracterizados por tener un sistema opuesto de rebobinado al normal de los relojes de ocho días cuerda, o sea que la manivela de cuerda se usa en contra del sentido de las agujas del reloj.
Esos relojes, Larga Duración, tienen una rueda dentada extra, entre la rueda dentada principal y la rueda dentada horaria. En este caso, la rueda principal funciona en dirección opuesta, a como la rueda principal hace, normalmente, en los relojes de ocho días.
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Y eso es amigos lo que dice ese magnifico libros. Yo no se nada, a mi que me registren, pero os aseguro que en un libro publicado en USA, con una información falsa o inexacta se les podría caer el pelo.
Es de suponer que esos relojes deben de estar en palacios o colecciones privadas a las que no ha tenido acceso el autor del libro, para obtener las oportunas fotografiás.
Aquí empieza ( y yo el primero) emprender la búsqueda de información de esas maravillas de la ciencia relojera.
Espero que la insólita noticia os haya sorprendido lo mismo que a mi.