tempus157
Habitual
Sin verificar
Hola a todos quiero celebrar mi aniversario con este hilo , como siempre se trata de compartir y no de enseñar , pues no tengo conocimientos para tal fin , pero si voluntad de mostrar y ayudar.
[h=2]¿QUÉ SON LOS CRONÓGRAFOS?[/h]Son relojes capaces de medir el tiempo en dos formas distintas, además de marcar el transcurso de las horas y los minutos en forma continua. También pueden utilizarse para medir intervalos aislados de tiempo a voluntad; para ello necesitan estar equipados, en el mejor de los casos, con carátulas y escalas secundarias que le permitan al usuario interpretar la duración de un evento.
El diseño es importante en cualquier reloj, pero cobra mayor relevancia en un cronógrafo. Dependiendo de los totalizadores secundarios con los que cuente, a veces es sólo uno, pero pueden llegar hasta cuatro y, si se descuidan las proporciones, se puede afectar la legibilidad en detrimento de todo el conjunto. Incluso, cuando una firma decide evolucionar un modelo, si la versión equipada con cronógrafo resulta agradable, demuestra que dicho prototipo estuvo bien concebido desde su origen.
Comúnmente, los cronógrafos están equipados con uno o más pulsadores; regularmente uno en la posición de las dos con el que se activa y se detiene el mecanismo, y otro más en la posición de las cuatro con el que se pone a cero nuevamente. Con ellos se pone en marcha un desfile individual de los segundos y minutos que se acumulan en los totalizadores; las versiones más complicadas, incluso, tienen un registro para las horas. Si bien el más sencillo de los cronógrafos implica un desarrollo mecánico prodigioso, siempre existe un paso más allá, como los que, además de estas funciones, pueden mostrar las fases lunares, la reserva de marcha o cualquier otra complicación que su creador decida y tenga la habilidad de incorporarle.
Longines 19 ch 1890
Los términos cronógrafo y cronómetro tienden a utilizarse de forma indiferente, pero aquí existe un error también. Cronómetro es algo más cercano a un título de nobleza que un reloj se gana si es capaz de superar pruebas de precisión muy rigurosas efectuadas a cargo del Certificado Oficial Suizo de Cronómetro (COSC) y, efectivamente, un cronógrafo puede adjudicarse el título de cronómetro si se ajusta a los parámetros establecidos y, si este es el caso, seguramente hará gala de una inscripción que lo acredita como tal, ya sea en la caja o en la carátula
Alrededor de 1720, el inglés George Graham logró fabricar el primer mecanismo con la cualidad de medir la duración de una fracción de tiempo. Aun cuando su aparato estaba muy lejos de poder llevarse en el pulso, la invención le ha valido ser reconocido hasta nuestros días como “el padre del cronógrafo”. Otros puristas solamente reconocen el cronógrafo inventado por Nicholas Mathieu Riussec en 1821, un relojero francés quien, por aquellos tiempos, trabajaba para la firma Breguet. Se trataba de un mecanismo que, en la punta de cierta manecilla, tenía montada una plumilla con tinta, con la que marcaba la duración de un periodo de tiempo. Si acatamos la etimología, aquel aparato, en realidad, ostentaba el nombre correcto, chronos-graphos, tiempo-escritura y, en honor a la verdad, lo que hoy llamamos cotidianamente cronógrafo, sería mejor nombrarlos cronoscopios (un saludo al amigo Cronoscopio) , ya que la “escritura” no está presente en su funcionamiento.
Esto es todo un saludo a todos . . .
[h=2]¿QUÉ SON LOS CRONÓGRAFOS?[/h]Son relojes capaces de medir el tiempo en dos formas distintas, además de marcar el transcurso de las horas y los minutos en forma continua. También pueden utilizarse para medir intervalos aislados de tiempo a voluntad; para ello necesitan estar equipados, en el mejor de los casos, con carátulas y escalas secundarias que le permitan al usuario interpretar la duración de un evento.
El diseño es importante en cualquier reloj, pero cobra mayor relevancia en un cronógrafo. Dependiendo de los totalizadores secundarios con los que cuente, a veces es sólo uno, pero pueden llegar hasta cuatro y, si se descuidan las proporciones, se puede afectar la legibilidad en detrimento de todo el conjunto. Incluso, cuando una firma decide evolucionar un modelo, si la versión equipada con cronógrafo resulta agradable, demuestra que dicho prototipo estuvo bien concebido desde su origen.
Comúnmente, los cronógrafos están equipados con uno o más pulsadores; regularmente uno en la posición de las dos con el que se activa y se detiene el mecanismo, y otro más en la posición de las cuatro con el que se pone a cero nuevamente. Con ellos se pone en marcha un desfile individual de los segundos y minutos que se acumulan en los totalizadores; las versiones más complicadas, incluso, tienen un registro para las horas. Si bien el más sencillo de los cronógrafos implica un desarrollo mecánico prodigioso, siempre existe un paso más allá, como los que, además de estas funciones, pueden mostrar las fases lunares, la reserva de marcha o cualquier otra complicación que su creador decida y tenga la habilidad de incorporarle.
Longines 19 ch 1890
Los términos cronógrafo y cronómetro tienden a utilizarse de forma indiferente, pero aquí existe un error también. Cronómetro es algo más cercano a un título de nobleza que un reloj se gana si es capaz de superar pruebas de precisión muy rigurosas efectuadas a cargo del Certificado Oficial Suizo de Cronómetro (COSC) y, efectivamente, un cronógrafo puede adjudicarse el título de cronómetro si se ajusta a los parámetros establecidos y, si este es el caso, seguramente hará gala de una inscripción que lo acredita como tal, ya sea en la caja o en la carátula
Alrededor de 1720, el inglés George Graham logró fabricar el primer mecanismo con la cualidad de medir la duración de una fracción de tiempo. Aun cuando su aparato estaba muy lejos de poder llevarse en el pulso, la invención le ha valido ser reconocido hasta nuestros días como “el padre del cronógrafo”. Otros puristas solamente reconocen el cronógrafo inventado por Nicholas Mathieu Riussec en 1821, un relojero francés quien, por aquellos tiempos, trabajaba para la firma Breguet. Se trataba de un mecanismo que, en la punta de cierta manecilla, tenía montada una plumilla con tinta, con la que marcaba la duración de un periodo de tiempo. Si acatamos la etimología, aquel aparato, en realidad, ostentaba el nombre correcto, chronos-graphos, tiempo-escritura y, en honor a la verdad, lo que hoy llamamos cotidianamente cronógrafo, sería mejor nombrarlos cronoscopios (un saludo al amigo Cronoscopio) , ya que la “escritura” no está presente en su funcionamiento.
Esto es todo un saludo a todos . . .