gaelibus
Forer@ Senior
Sin verificar
No hay nada peor que una compra compulsiva, aunque desahogue. Todos lo sabemos. El producto comprado acaba irremediablemente condenado a acumular polvo en el fondo de algún cajón, y fin de la historia.
Hace unas semanas encuentro por la bahía un reloj que capta mi atención porque me recuerda MUCHÍSIMO a uno de mis griales, el JLC Memovox Polaris de 1968 de los que se fabricaron 1,714 unidades y que se cotizan mucho (20K para empezar a hablar). El reloj en cuestión era un homenaje en toda regla al Polaris, sin la misma estanqueídad ni la hermosa función de alarma submarina, ni por supuesto la larga lista de intangibles del original. Para más INRI, la marca que los fabrica, francesa y con un capital social de 7.500€, parece usurpar el nombre de un clásico fabricante de cronógrafos, Landeron. Pero el aspecto general era atractivo y me tocaba cierta fibra. En cualquier caso, y dado el pedigrí, lo descarté totalmente. No era un producto que me fuera a llenar. Esperaría la ocasión para hacerme con un Tribute to Polaris algún día si las cosas se dan, y si JLC saca otra reedición.
El tiempo pasa y en mitad de una CRI me lo vuelvo a cruzar (también encontré un bonito 6139-7070 que se ha venido a casa). En términos absolutos su precio es bajo, aunque racionalmente seguro que muchos los consideraríais demasiado alto ya que monta un Miyota 8215 (venden una versión con ETA 2824-2, pero la diferencia de precio me resultaba injustificable). Una CRI es una CRI, y cuando el precio es asequible, porque no quitársela con una compra modesta, pese a que resulte probable cometer alguna tontería. Total, para lo que cuesta... Sin pensarlo, y de forma mecánica, lanzo una oferta a la baja, como para comprobar cómo va a ser rechazada y poder olvidarme de él. Os ha pasado? Pues para mi mayor sorpresa la oferta es aceptada y el reloj expendido al día siguiente. Me doy cuenta de que acabo de tirar un dinero a la basura y maldigo dejarme llevar por la absurda ilusión de que se pueden comprar duros a 4 pesetas!
Pasados unos días el susodicho llega a casa, por supuesto nuevo y sin estrenar, aunque sin ningún tipo de alarde de packaging ni de documentación. Hay que reconocer que el diseño de la esfera me llama enormemente (mérito del diseño original de JLC sin duda) y hasta viene con una correa de cuero tipo racing de calidad y con deployante. El reloj incluye un bezel interno operado por una corona que transmite mucha calidad. El plexi da gusto verlo y convierte la observación del dial desde diferentes ángulos en toda una experiencia! El Miyota no falla, y me da la hora igual de bien o mejor que el Lemania de mi Speedy 145.022, aunque con menos glamour, todo sea dicho de paso.
Hace una semana que lo llevo puesto, y debo reconocer, no sin cierto pudor relojeril, que me llevo una gran alegría cada vez que lo miro... Como dicen en inglés, "the beauty is in the eye of the beholder". No puedo aún asegurar que la experiencia durará para siempre, pero de momento este se queda, y yo encantado por obtener tanto por tan poco! No seré yo quien lance una reflexión profunda sobre las relaciones precio-calidad que observamos en este mundillo de los relojes, pero esta pieza se encuentra para mí en el segmento más alto. ...Creo que gracias a disfrutar de la condición de novato en esta afición.
He dudado en compartir esta experiencia, porque entiendo que va en contra de una forma de ver los relojes que a mi particularmente me encanta, y que consiste en la apreciación de las cosas bien hechas, genuinas y con historia. Este reloj no posee por estos criterios ningún mérito que le haga merecedor de un apreciación relojeril particular, más allá del reconocimiento al esfuerzo de sus creadores en querer emular a un gran reloj, ese sí muy grande, que apenas se encuentra en el mercado. No obstante, satisface para mi los objetivos de esta afición: disfrutar con los relojes, fueran cuales fueren las razones para hacerlo! Y estoy convencido de que en 40 años será un buen vintage si es capaz de conservarse bien
Gael
Sent from my iPad using Tapatalk
Hace unas semanas encuentro por la bahía un reloj que capta mi atención porque me recuerda MUCHÍSIMO a uno de mis griales, el JLC Memovox Polaris de 1968 de los que se fabricaron 1,714 unidades y que se cotizan mucho (20K para empezar a hablar). El reloj en cuestión era un homenaje en toda regla al Polaris, sin la misma estanqueídad ni la hermosa función de alarma submarina, ni por supuesto la larga lista de intangibles del original. Para más INRI, la marca que los fabrica, francesa y con un capital social de 7.500€, parece usurpar el nombre de un clásico fabricante de cronógrafos, Landeron. Pero el aspecto general era atractivo y me tocaba cierta fibra. En cualquier caso, y dado el pedigrí, lo descarté totalmente. No era un producto que me fuera a llenar. Esperaría la ocasión para hacerme con un Tribute to Polaris algún día si las cosas se dan, y si JLC saca otra reedición.
El tiempo pasa y en mitad de una CRI me lo vuelvo a cruzar (también encontré un bonito 6139-7070 que se ha venido a casa). En términos absolutos su precio es bajo, aunque racionalmente seguro que muchos los consideraríais demasiado alto ya que monta un Miyota 8215 (venden una versión con ETA 2824-2, pero la diferencia de precio me resultaba injustificable). Una CRI es una CRI, y cuando el precio es asequible, porque no quitársela con una compra modesta, pese a que resulte probable cometer alguna tontería. Total, para lo que cuesta... Sin pensarlo, y de forma mecánica, lanzo una oferta a la baja, como para comprobar cómo va a ser rechazada y poder olvidarme de él. Os ha pasado? Pues para mi mayor sorpresa la oferta es aceptada y el reloj expendido al día siguiente. Me doy cuenta de que acabo de tirar un dinero a la basura y maldigo dejarme llevar por la absurda ilusión de que se pueden comprar duros a 4 pesetas!
Pasados unos días el susodicho llega a casa, por supuesto nuevo y sin estrenar, aunque sin ningún tipo de alarde de packaging ni de documentación. Hay que reconocer que el diseño de la esfera me llama enormemente (mérito del diseño original de JLC sin duda) y hasta viene con una correa de cuero tipo racing de calidad y con deployante. El reloj incluye un bezel interno operado por una corona que transmite mucha calidad. El plexi da gusto verlo y convierte la observación del dial desde diferentes ángulos en toda una experiencia! El Miyota no falla, y me da la hora igual de bien o mejor que el Lemania de mi Speedy 145.022, aunque con menos glamour, todo sea dicho de paso.
Hace una semana que lo llevo puesto, y debo reconocer, no sin cierto pudor relojeril, que me llevo una gran alegría cada vez que lo miro... Como dicen en inglés, "the beauty is in the eye of the beholder". No puedo aún asegurar que la experiencia durará para siempre, pero de momento este se queda, y yo encantado por obtener tanto por tan poco! No seré yo quien lance una reflexión profunda sobre las relaciones precio-calidad que observamos en este mundillo de los relojes, pero esta pieza se encuentra para mí en el segmento más alto. ...Creo que gracias a disfrutar de la condición de novato en esta afición.
He dudado en compartir esta experiencia, porque entiendo que va en contra de una forma de ver los relojes que a mi particularmente me encanta, y que consiste en la apreciación de las cosas bien hechas, genuinas y con historia. Este reloj no posee por estos criterios ningún mérito que le haga merecedor de un apreciación relojeril particular, más allá del reconocimiento al esfuerzo de sus creadores en querer emular a un gran reloj, ese sí muy grande, que apenas se encuentra en el mercado. No obstante, satisface para mi los objetivos de esta afición: disfrutar con los relojes, fueran cuales fueren las razones para hacerlo! Y estoy convencido de que en 40 años será un buen vintage si es capaz de conservarse bien
Gael
Sent from my iPad using Tapatalk