santosanto
Milpostista
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Ahora que echo un ratito os cuento un poquito mi experiencia. Cómo ya sabréis, estamos hablando De El Celler De Can Roca. Tres estrellas Michelin y elegido mejor restaurante del mundo este 2013.
Fuimos el jueves pasado. Entramos a la hora convenida. Evidentemente no hay esperas. Pasas por un patio exterior con algunas mesas, para tomar una primera copa o para la última. Una vez dentro, nos acompañan a lo que será nuestra mesa. Hay pocas. No alcanzamos a verlas todas, pero no creo que hayan más de 15. El comedor es curioso. De forma triangular, con una zona central acristalada que da a un patio exterior. Las mesas, dispuestas alrededor del pasillo que bordea este patio exterior,generalmente agrupadas de tres en tres. Mejor una foto desde la mesa que estábamos para que lo entendáis. Justo en el vértice:
Escogimos el menú festival con maridaje de vinos. Un total de unas 25 degustaciones o “explosiones” de sabor, algunas literalmente así, en cuestión de comida y 14 vinos, incluido un Cava y un sake, excepcional, por cierto, pensados para potenciar todas las buenas sensaciones que tuvimos.
No voy a entrar con tecnicismos sobre los platos y los vinos. Para esto están los entendidos en la materia. Además, no estoy acostumbrado a degustar tales manjares. En mi caso os voy a contar en pocas palabras y como he dicho ya, las buenas sensaciones que tuvimos a todos los niveles.
Sobre los que sufren por si se hartarán con tantas degustaciones, decirles que estén tranquilos, que no les va a ocurrir. Igualmente, a todos aquellos que piensan que se van a quedar con hambre, les diría que tampoco. Mi opinión es que ni falta ni sobra, siempre que hablamos de cantidades, porqué si hablamos de sabores, te aseguro que me quedaba allí sentado días y días seguidos esperando probar otro bocado más.
Tampoco tendrían que sufrir los escépticos a la experimentación. Está pero está en su punto justo. Este detalle para mi es importante. Creo que han sabido conjugar perfectamente la tradición con la modernidad, elaborando alta y compleja gastronomía para el disfrute de todo el mundo.
Todo transcurre, en un ambiente relajado. La cadencia de los platos es perfecta. El servicio y posibles explicaciones sobre dudas, bien solucionadas. Evidentemente, después de probar tantos vinos, sales achispado, pero aún me arrepiento de no haber vaciado todas las copas. Los vinos, juegan con los sabores de la comida, pero también con las graduaciones, haciendo que las más de tres horas de éxtasis culinario queden totalmente compensadas. Dicho de otra manera: Come, bebe y disfruta sin dejar rastro en plato o copa.
Os pongo unas cuantas fotos de estos manjares. No están todos. Muchos sucumbieron antes de pensar en la foto. Al final del post verás el menú comleto.
5 degustaciones denominadas "comerse el mundo"
Mexico: guacamole, semilla de tomate, agua de tomate y cilantro
Perú: Caldo de ceviche
China: verduras encurtidas con crema de ciruelas
Marruecos: almendra, rosa, mel, azafrán, ras el hanout, yogur de cabra
Japón: Núcleo de miso, dashi de nata y tempura de nyinyonyaki
Impresionante presentación para estas Olivas caramelizadas con anchoas
Brioche de trufa
Consomé vegetal a baja temperatura de brotes, flores, hojas y fruta
Infusión de sauco con cerezas al amaretto, cerezas al genjibre y anguila ahumada
Cocochas de sardinas a la brasa con salsa verde
Ensalada de ortiguillas, navajas, espardeñas y algas escabechadas
Gamba a la brasa, jugo de la cabeza con algas, agua de mar, quinua, bizcocho de plancton. Todo deliciosamente comestible
Cigala al vapor de Amontillado, velouté de bisqué y caramelo de Jerez
Lenguado a la brasa con ajo negro fermentado, ajo blanco, jugo de perejil y limón
Ventresca de cordero a la brasa con berenjenas, acompañado de mi Glycine Airman, para que veáis que realmente estuve allí
Helado de masa madre con pulpa de cacao, lichis salteados y macarones de vinagre balsámico
Este postre tenía la curiosidad de que "tenía vida". Al montarse con masa madre, en proceso de fermentación, daba como resultado esto:
Adaptación del perfume Shalimar de Guerlain
Crema de chai con naranja sanguina, vainilla, mango y rosas
Punto y aparte merece hablar del trato recibido. Como ya he comentado el servicio es inmejorable, pero quiero destacar la amabilidad de los tres hermanos “tres estrellas”. Josep Roca aparece por la sala. Nos habla, nos hace sentir bien. Además, como ya dije, mi señora es sumiller. La conversación fluye. Sentimos su pasión y el nos hace partícipes. No tuvo ninguna objeción para mostrarnos su rincón. Su bodega con más de 2500 referencias, estructurada en base a sus 5 grandes pasiones: Espumosos, Riesling, Borgoña, Priorato y Marco de Jerez. Mi mujer aún se pellizca. El paseo terminó en la cocina, que nos enseñó gustosamente Joan Roca, el maestro de cocina y Jordi Roca, el anárquico pastelero.
Josep Roca con mi señora. No se ve pero lo del fondo es parte de su fantástica bodega
Tres tipos que destilan sencillez y pasión por su trabajo a partes iguales, algo que se percibe con cruzar sólo unas palabras con ellos. Que así siga, que los que salimos ganando somos nosotros.
Fuimos el jueves pasado. Entramos a la hora convenida. Evidentemente no hay esperas. Pasas por un patio exterior con algunas mesas, para tomar una primera copa o para la última. Una vez dentro, nos acompañan a lo que será nuestra mesa. Hay pocas. No alcanzamos a verlas todas, pero no creo que hayan más de 15. El comedor es curioso. De forma triangular, con una zona central acristalada que da a un patio exterior. Las mesas, dispuestas alrededor del pasillo que bordea este patio exterior,generalmente agrupadas de tres en tres. Mejor una foto desde la mesa que estábamos para que lo entendáis. Justo en el vértice:
Escogimos el menú festival con maridaje de vinos. Un total de unas 25 degustaciones o “explosiones” de sabor, algunas literalmente así, en cuestión de comida y 14 vinos, incluido un Cava y un sake, excepcional, por cierto, pensados para potenciar todas las buenas sensaciones que tuvimos.
No voy a entrar con tecnicismos sobre los platos y los vinos. Para esto están los entendidos en la materia. Además, no estoy acostumbrado a degustar tales manjares. En mi caso os voy a contar en pocas palabras y como he dicho ya, las buenas sensaciones que tuvimos a todos los niveles.
Sobre los que sufren por si se hartarán con tantas degustaciones, decirles que estén tranquilos, que no les va a ocurrir. Igualmente, a todos aquellos que piensan que se van a quedar con hambre, les diría que tampoco. Mi opinión es que ni falta ni sobra, siempre que hablamos de cantidades, porqué si hablamos de sabores, te aseguro que me quedaba allí sentado días y días seguidos esperando probar otro bocado más.
Tampoco tendrían que sufrir los escépticos a la experimentación. Está pero está en su punto justo. Este detalle para mi es importante. Creo que han sabido conjugar perfectamente la tradición con la modernidad, elaborando alta y compleja gastronomía para el disfrute de todo el mundo.
Todo transcurre, en un ambiente relajado. La cadencia de los platos es perfecta. El servicio y posibles explicaciones sobre dudas, bien solucionadas. Evidentemente, después de probar tantos vinos, sales achispado, pero aún me arrepiento de no haber vaciado todas las copas. Los vinos, juegan con los sabores de la comida, pero también con las graduaciones, haciendo que las más de tres horas de éxtasis culinario queden totalmente compensadas. Dicho de otra manera: Come, bebe y disfruta sin dejar rastro en plato o copa.
Os pongo unas cuantas fotos de estos manjares. No están todos. Muchos sucumbieron antes de pensar en la foto. Al final del post verás el menú comleto.
5 degustaciones denominadas "comerse el mundo"
Mexico: guacamole, semilla de tomate, agua de tomate y cilantro
Perú: Caldo de ceviche
China: verduras encurtidas con crema de ciruelas
Marruecos: almendra, rosa, mel, azafrán, ras el hanout, yogur de cabra
Japón: Núcleo de miso, dashi de nata y tempura de nyinyonyaki
Impresionante presentación para estas Olivas caramelizadas con anchoas
Brioche de trufa
Consomé vegetal a baja temperatura de brotes, flores, hojas y fruta
Infusión de sauco con cerezas al amaretto, cerezas al genjibre y anguila ahumada
Cocochas de sardinas a la brasa con salsa verde
Ensalada de ortiguillas, navajas, espardeñas y algas escabechadas
Gamba a la brasa, jugo de la cabeza con algas, agua de mar, quinua, bizcocho de plancton. Todo deliciosamente comestible
Cigala al vapor de Amontillado, velouté de bisqué y caramelo de Jerez
Lenguado a la brasa con ajo negro fermentado, ajo blanco, jugo de perejil y limón
Ventresca de cordero a la brasa con berenjenas, acompañado de mi Glycine Airman, para que veáis que realmente estuve allí
Helado de masa madre con pulpa de cacao, lichis salteados y macarones de vinagre balsámico
Este postre tenía la curiosidad de que "tenía vida". Al montarse con masa madre, en proceso de fermentación, daba como resultado esto:
Adaptación del perfume Shalimar de Guerlain
Crema de chai con naranja sanguina, vainilla, mango y rosas
Punto y aparte merece hablar del trato recibido. Como ya he comentado el servicio es inmejorable, pero quiero destacar la amabilidad de los tres hermanos “tres estrellas”. Josep Roca aparece por la sala. Nos habla, nos hace sentir bien. Además, como ya dije, mi señora es sumiller. La conversación fluye. Sentimos su pasión y el nos hace partícipes. No tuvo ninguna objeción para mostrarnos su rincón. Su bodega con más de 2500 referencias, estructurada en base a sus 5 grandes pasiones: Espumosos, Riesling, Borgoña, Priorato y Marco de Jerez. Mi mujer aún se pellizca. El paseo terminó en la cocina, que nos enseñó gustosamente Joan Roca, el maestro de cocina y Jordi Roca, el anárquico pastelero.
Josep Roca con mi señora. No se ve pero lo del fondo es parte de su fantástica bodega
Tres tipos que destilan sencillez y pasión por su trabajo a partes iguales, algo que se percibe con cruzar sólo unas palabras con ellos. Que así siga, que los que salimos ganando somos nosotros.
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