rodilla
Milpostista
Sin verificar
Hola amigos¡¡¡
Esta vez sí, creo que puedo hablar de caza mayor en mi querido Rastro.
Con este calificativo no me refiero al valor económico de la pieza, sino a su rareza ... y tamaño .
Ayer quedé con uno de mis proveedores habituales. Me trajo un bonito reloj de submarinismo francés, de primeros de los 70 que había comprado una semana antes y cuyo destino será la bahía (no se puede acumular todo lo que llega si se quiere conservar casa y matrimonio ). Cerramos el trato donde deben cerrarse, en el bar del jóse (así con acento en a o y minúsculas) y con un café por medio; ya sabéis de mis gustos gastronómico-sociales.
Tras el cambalache, nos dispusimos a patear las empinadas calles.
En el puesto que monta uno de los pocos gitanos "de respeto" que quedan en este sito, se acumulaban relojes sin interés para mí: de bolsillo, dorados ... en realidad, lo de siempre.
Pero en un rincón, entre los gentiles, seguramente por no considerarlo de trascendencia ni pedigrí, figuraba el que os muestro. Me atrajo en primer lugar su tamaño: un crono de 31 milímetros sin corona, de los años 30/40, no es algo que aparezca todos los días.
Cuando lo tuve en la mano aprecié que su caja era de acero sólido, que llevaba una magnífica correa de coco, coetánea del reloj, y que carecía de asas, teniendo unos enganches para la correa en su parte trasera.
También pude comprobar que la tapa del movimiento era aún menor, apenas 26mm .
A estas alturas, el gitano, con más horas de vuelo que un Jumbo, ya se había percatado de mi interés, error de principiante , y cuando le pregunté "cuanto?", me crujió. No ayudaba la presencia de mi amigo (amigo sí, pero en este sito el hombre es un lobo para el hombre ); si amagaba con desinterés ... lo perdía. La suerte del amague tiene ese riesgo ... si no hay público es más fácil de ejecutar; pero si hay merodeadores (yo también desempeño ese papel), suele terminar en fracaso.
Así que no tuve más remedio que esforzarme por maquillar un poco el precio, recurriendo a lisonjas, aprecios y cariños viejos .... y me lo llevé.
Lo verdaderamente extraordinario de este reloj, que no tiene marca, es su calibre: un Valjoux 69 (no es broma), de 24mm.
Esta referencia es tan rara que no aparece ni en la página de Ranfft. Tengo constancia de que se fabricaron menos de 4000 de estos movimientos y los montaron Heuer, Gallet y Rolex.
No creo que fuera un reloj destinado al mercado femenino. Tiene escalas taquimétrica y telemetríca y su configuración resulta demasiado profesional, casi marcial.
Por cierto, el reloj funciona ... más o menos. Le espera una concienzuda limpieza, ponerle cristal (fijaos en el detallazo del celofán) y, este sí, pasará a formar parte de mi colección permanente (por Dios¡¡¡ qué expresión tan pretenciosa me ha quedado).
Espero que os guste. Las fotos, como casi siempre, malas de solemnidad
Esta vez sí, creo que puedo hablar de caza mayor en mi querido Rastro.
Con este calificativo no me refiero al valor económico de la pieza, sino a su rareza ... y tamaño .
Ayer quedé con uno de mis proveedores habituales. Me trajo un bonito reloj de submarinismo francés, de primeros de los 70 que había comprado una semana antes y cuyo destino será la bahía (no se puede acumular todo lo que llega si se quiere conservar casa y matrimonio ). Cerramos el trato donde deben cerrarse, en el bar del jóse (así con acento en a o y minúsculas) y con un café por medio; ya sabéis de mis gustos gastronómico-sociales.
Tras el cambalache, nos dispusimos a patear las empinadas calles.
En el puesto que monta uno de los pocos gitanos "de respeto" que quedan en este sito, se acumulaban relojes sin interés para mí: de bolsillo, dorados ... en realidad, lo de siempre.
Pero en un rincón, entre los gentiles, seguramente por no considerarlo de trascendencia ni pedigrí, figuraba el que os muestro. Me atrajo en primer lugar su tamaño: un crono de 31 milímetros sin corona, de los años 30/40, no es algo que aparezca todos los días.
Cuando lo tuve en la mano aprecié que su caja era de acero sólido, que llevaba una magnífica correa de coco, coetánea del reloj, y que carecía de asas, teniendo unos enganches para la correa en su parte trasera.
También pude comprobar que la tapa del movimiento era aún menor, apenas 26mm .
A estas alturas, el gitano, con más horas de vuelo que un Jumbo, ya se había percatado de mi interés, error de principiante , y cuando le pregunté "cuanto?", me crujió. No ayudaba la presencia de mi amigo (amigo sí, pero en este sito el hombre es un lobo para el hombre ); si amagaba con desinterés ... lo perdía. La suerte del amague tiene ese riesgo ... si no hay público es más fácil de ejecutar; pero si hay merodeadores (yo también desempeño ese papel), suele terminar en fracaso.
Así que no tuve más remedio que esforzarme por maquillar un poco el precio, recurriendo a lisonjas, aprecios y cariños viejos .... y me lo llevé.
Lo verdaderamente extraordinario de este reloj, que no tiene marca, es su calibre: un Valjoux 69 (no es broma), de 24mm.
Esta referencia es tan rara que no aparece ni en la página de Ranfft. Tengo constancia de que se fabricaron menos de 4000 de estos movimientos y los montaron Heuer, Gallet y Rolex.
No creo que fuera un reloj destinado al mercado femenino. Tiene escalas taquimétrica y telemetríca y su configuración resulta demasiado profesional, casi marcial.
Por cierto, el reloj funciona ... más o menos. Le espera una concienzuda limpieza, ponerle cristal (fijaos en el detallazo del celofán) y, este sí, pasará a formar parte de mi colección permanente (por Dios¡¡¡ qué expresión tan pretenciosa me ha quedado).
Espero que os guste. Las fotos, como casi siempre, malas de solemnidad