cronopios
Milpostista
Sin verificar
Buenos días a todos. Quiero compartir con vosotros este Catalino sonería. Se trata como dije de un Catalino con sonería a cuartos y esfera de plata anónimo circa 1810. caja de plata con grabado guilloche. Tapa guardapolvos en latón dorado, dispone en la misma de una bocallave que le permite la función de dar cuerda. Toca por petición por pulsador, a las 12, las horas y los cuartos. Esfera en plata dos colores, numeración romana para las horas los minutos están indicados mediante rallas, esmalte negro. Agujas son Breguet Moon en oro. Cristal mineral convexo. Tipo de cuerda: Sistema cuerdas a llave por la tapa guarda polvo, dispone de una boca llave que le permite la función de dar cuerda. El cambio horario se produce con la llave sobre el pivote que sustenta las agujas. Maquina, en latón dorado. Pilares cilíndricos. Regulador de velocidad de sonería, adelanto y retraso Dispone de tres pivotes, uno para el estado de marcha, otro para la cuerda y el otro la regulación. Sonería de horas y cuartos, a la demanda, sobre gong francés. Guardapolvo en latón dorado. Escape de paletas o Rueda Catalina. Tamaño 5,4 cm. Peso110, gramos.
La sonería forzada o a la demanda, propia de los relojes de bolsillo fue inventada hacia 1680 de forma simultánea por dos grandes relojeros, Daniel Quare y Edward Barlow. Presentados ambos mecanismos al rey Jacobo II decidió conceder la patente al sistema de Quare, al parecer este último se accionaba mediante un solo pulsador mientras que el de Barlow precisaba dos pulsadores, uno para las horas y otro para los cuartos. La sonería automática aparece a primeros del siglo XVII. La sonería en los relojes de bolsillo puede agruparse de la siguiente forma a) Sonería automática. Aquellas que se disparan solas en el momento oportuno. b) Sonería forzadas o “a la demanda”. Solamente suenan cuando son requeridas o “forzadas” a ello. El reloj provisto de sonería automática no carecía de inconveniente que podían llegar a ser causa de incorrección social, como vemos en “les Lois de la Galanterie” de 1644. Sonería forzadas o “a la demanda” alcanza un gran éxito y aceptación durante el siglo XVIII. La sonería emite su señal por la presión ejercida sobre el pendant, y su mecanismo se aloja entre la platina anterior y la esfera. La moda hace furor por los relojes de repetición y fue una constante en la segunda mitad del siglo XVIII. Consecuencia directa son el aumento en longitud del “pendant” a pesar de que el reloj se halle desprovisto de esta función, el pendant se alarga para simular su presencia, en un hermoso ejemplo de “quiero y no puedo”. Hacia finales del siglo XVIII la campana desaparece de los relojes con sonería para ser sustituida por el "gong". Esta pieza todavía mantiene la campana atornillada al fondo de la caja. El sonido pierde intensidad pero la eliminación de la campana permite disminuir el grosor de los relojes, adaptándolos así a la moda vigente. Los primeros relojes portátiles tenían la esfera metálica. A comienzos del XVIII aparece la esfera de esmalte que dominará durante todo este siglo. Hacia 1800 resurgen con fuerza las esferas de oro o plata, es [FONT="]Abraham-Louis Breguet el principal difusor de esta tendencia.
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[/FONT]Llama la atención el estado de conservación sin desgastes, golpes, y rozaduras en su caja y maquinaria, lo que hace pensar que este reloj fue utilizado muy poco, y en sus más de 200 años estuvo el mayor tiempo guardado.
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Durante todo el siglo XVIII y gran parte del XIX es frecuente encontrar relojes con este tipo de sonería. Al presionar sobre el pendantsuenan las horas y los cuartos cumplidos con tonos diferentes. Hoy en día puede parecernos un original capricho; pero era una necesidad real en una época en la que el simple hecho de encender una luz para ver la hora era una actividad francamente complicada.
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La sonería forzada o a la demanda, propia de los relojes de bolsillo fue inventada hacia 1680 de forma simultánea por dos grandes relojeros, Daniel Quare y Edward Barlow. Presentados ambos mecanismos al rey Jacobo II decidió conceder la patente al sistema de Quare, al parecer este último se accionaba mediante un solo pulsador mientras que el de Barlow precisaba dos pulsadores, uno para las horas y otro para los cuartos. La sonería automática aparece a primeros del siglo XVII. La sonería en los relojes de bolsillo puede agruparse de la siguiente forma a) Sonería automática. Aquellas que se disparan solas en el momento oportuno. b) Sonería forzadas o “a la demanda”. Solamente suenan cuando son requeridas o “forzadas” a ello. El reloj provisto de sonería automática no carecía de inconveniente que podían llegar a ser causa de incorrección social, como vemos en “les Lois de la Galanterie” de 1644. Sonería forzadas o “a la demanda” alcanza un gran éxito y aceptación durante el siglo XVIII. La sonería emite su señal por la presión ejercida sobre el pendant, y su mecanismo se aloja entre la platina anterior y la esfera. La moda hace furor por los relojes de repetición y fue una constante en la segunda mitad del siglo XVIII. Consecuencia directa son el aumento en longitud del “pendant” a pesar de que el reloj se halle desprovisto de esta función, el pendant se alarga para simular su presencia, en un hermoso ejemplo de “quiero y no puedo”. Hacia finales del siglo XVIII la campana desaparece de los relojes con sonería para ser sustituida por el "gong". Esta pieza todavía mantiene la campana atornillada al fondo de la caja. El sonido pierde intensidad pero la eliminación de la campana permite disminuir el grosor de los relojes, adaptándolos así a la moda vigente. Los primeros relojes portátiles tenían la esfera metálica. A comienzos del XVIII aparece la esfera de esmalte que dominará durante todo este siglo. Hacia 1800 resurgen con fuerza las esferas de oro o plata, es [FONT="]Abraham-Louis Breguet el principal difusor de esta tendencia.
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[/FONT]Llama la atención el estado de conservación sin desgastes, golpes, y rozaduras en su caja y maquinaria, lo que hace pensar que este reloj fue utilizado muy poco, y en sus más de 200 años estuvo el mayor tiempo guardado.
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Durante todo el siglo XVIII y gran parte del XIX es frecuente encontrar relojes con este tipo de sonería. Al presionar sobre el pendantsuenan las horas y los cuartos cumplidos con tonos diferentes. Hoy en día puede parecernos un original capricho; pero era una necesidad real en una época en la que el simple hecho de encender una luz para ver la hora era una actividad francamente complicada.
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