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Forer@ Senior
Sin verificar
El 29 de febrero es un día muy especial para todos los que amamos la relojería con complicaciones porque ha estimulado a los relojeros para construir las máquinas más maravillosas e ingeniosas para medir el tiempo. Los llamados relojes “calendario perpetuo”.
Todos sabemos que cada cuatro años uno es bisiesto, todos los que sus dos últimas cifras son múltiplos de cuatro, por ejemplo este año. También los años que terminan en tres ceros, pero no los que terminan en dos. Así el año 2.000 fue bisiesto pero el 2.100 no lo será.
A lo largo de los años han pasado por mis manos varios relojes de sobremesa con algún sistema de calendario más o menos completo, y curiosamente todos tenían dos características. La primera es que tenían un sistema de calendario con un mecanismo totalmente diferente los unos de los otros, y la segunda es que esta maravilla de la técnica nunca estaba en una caja espectacular tal como hubiera sido lógico, sino en cajas de mármol negro o a veces incluso en cajas de madera imitando al mármol, tal como en el caso que muestro a continuación.
No sé si estaré equivocado, pero creo que estos relojes calendarios serían realizados como prueba-demostración de los conocimientos para conseguir algún tipo de título o autorización para establecerse como relojeros, y eso explicaría la poca importancia que se le concedía a la caja que generalmente lo realizaban otros profesionales.
Este reloj-calendario que muestro es de finales del siglo XIX y tiene la característica poco común de que en teoría puede funcionar cien años sin necesidad de hacer ningún ajuste, incluso 200 si en medio coincide un año terminado en tres ceros como por ejemplo el 2.000. Podría funcionar sin necesidad de ajustes externos desde el año 1.900 que no fue bisiesto hasta el 2.100 que tampoco lo será.
Indica si es año bisiesto o si es el primero, segundo o tercero siguientes, y también el mes, el día del mes y de la semana.
El impulso para mover el calendario lo recibe por medio de una palanca que se desplaza y está conectada al barrilete de la sonería, y al montarlo hay que ajustar para que pase de día mientras está sonando las doce de la noche. El sistema de calendario no tiene cuerda propia.
Otros modelos que me ha tocado reparar tienen cuerda propia en el calendario y un sistema muy complicado a base de ruedas excéntricas. En éstos solo reciben desde el barrilete de sonería el impulso para activar el sistema cada 24 horas, pero no para moverlo.
La foto está tomada con el calendario en año bisiesto, el 31 de diciembre, y con la aguja que indica el año a punto de saltar al siguiente.
Solo tengo fotos de las esferas del calendario y me arrepiento de no haberlas hecho también del mecanismo, que es lo que habitualmente hago.
Un saludo.
Todos sabemos que cada cuatro años uno es bisiesto, todos los que sus dos últimas cifras son múltiplos de cuatro, por ejemplo este año. También los años que terminan en tres ceros, pero no los que terminan en dos. Así el año 2.000 fue bisiesto pero el 2.100 no lo será.
A lo largo de los años han pasado por mis manos varios relojes de sobremesa con algún sistema de calendario más o menos completo, y curiosamente todos tenían dos características. La primera es que tenían un sistema de calendario con un mecanismo totalmente diferente los unos de los otros, y la segunda es que esta maravilla de la técnica nunca estaba en una caja espectacular tal como hubiera sido lógico, sino en cajas de mármol negro o a veces incluso en cajas de madera imitando al mármol, tal como en el caso que muestro a continuación.
No sé si estaré equivocado, pero creo que estos relojes calendarios serían realizados como prueba-demostración de los conocimientos para conseguir algún tipo de título o autorización para establecerse como relojeros, y eso explicaría la poca importancia que se le concedía a la caja que generalmente lo realizaban otros profesionales.
Este reloj-calendario que muestro es de finales del siglo XIX y tiene la característica poco común de que en teoría puede funcionar cien años sin necesidad de hacer ningún ajuste, incluso 200 si en medio coincide un año terminado en tres ceros como por ejemplo el 2.000. Podría funcionar sin necesidad de ajustes externos desde el año 1.900 que no fue bisiesto hasta el 2.100 que tampoco lo será.
Indica si es año bisiesto o si es el primero, segundo o tercero siguientes, y también el mes, el día del mes y de la semana.
El impulso para mover el calendario lo recibe por medio de una palanca que se desplaza y está conectada al barrilete de la sonería, y al montarlo hay que ajustar para que pase de día mientras está sonando las doce de la noche. El sistema de calendario no tiene cuerda propia.
Otros modelos que me ha tocado reparar tienen cuerda propia en el calendario y un sistema muy complicado a base de ruedas excéntricas. En éstos solo reciben desde el barrilete de sonería el impulso para activar el sistema cada 24 horas, pero no para moverlo.
La foto está tomada con el calendario en año bisiesto, el 31 de diciembre, y con la aguja que indica el año a punto de saltar al siguiente.
Solo tengo fotos de las esferas del calendario y me arrepiento de no haberlas hecho también del mecanismo, que es lo que habitualmente hago.
Un saludo.
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