Si deliberadamente engañas a tu pareja (evidentemente de forma no consentida, aunque esto ya va implícito en el engaño) estás mostrando, independientemente de las autojustificaciones que te prepares, una importante falta de empatía hacia sus sentimientos, ya que, como puedes imaginar, de enterarse probablemente no le haga mucha gracia.
Sabes de sobra que la falta de empatía junto al engaño (en este caso agravados al mostarse hacia la persona en teoría más cercana a ti) son rasgos de la psicopatía, y sabes tb de sobra que el presentar uno o varios rasgos de psicopatía ni te convierte en psicópata ni te descalifica como persona.
Que sí, que luego serán unos vivas la fiesta, unos espíritus libres y unos grandes padres, pero ese rasgo, cuando hay infidelidad no consentida estar, está ahí. Y a mí me haría desconfiar de una persona que si engaña a su mujer, qué no será capaz de hacer a sus amigos o al primero con que se cruce. Ignoro si eso me convierte en un sepulcro blanqueado o en un ridículo estandarte de superioridad moral, pero es lo que pienso.
Creo que el eje de nuestras diferencias de opinión parten de lo que tú denominas "deliberadamente".
No creo que haya mucho que decir de alguien que desde el primer momento promete fidelidad con la intención de no cumplirla. Es un cínico y un mentiroso y poco más hay que decir.
Pero no hablamos de eso porque ese caso es muy sencillo, sino de aquellos en los que hay un compromiso de fidelidad que se incumple sin intencionalidad previa de incumplirla. Tampoco voy a hablar de aquellas infidelidades que no son más que la gota que colma el vaso de una pareja que ya está prácticamente acabada. Tampoco es un caso complicado, se termina y se acabó.
Tú pareces no creer en absoluto en el hecho de que el
accidente existe, de que no hay momentos ni circunstancias en la vida de una persona que hacen que las cosas queden fuera de control y el
accidente sobrevenga. ¿Realmente alguien puede creerse al abrigo de un espejismo, de un enamoramiento momentáneo o de una momento crítico personal que hace que uno no reaccione como le gustaría o que no pueda cumplir aquello que ha prometido?
Tú pareces decir que todo eso son excusas, autojustificaciones. Y yo estoy harto de ver parejas que funcionan -y muy bien y en todos los aspectos-en las que de repente, sin que ninguno de los dos lo entienda el porqué ocurre el
accidente.
Una cuestión previa: ocurre en igual porcentaje, como mínimo, en ellos que en ellas.
No sé decirte cuál es el peor de los sitios si el del engañado/a o el del engañador/a. El uno viene herido, dolido, desconcertado y llena de rabia y desconfianza. El otro acude invadido por la culpa, humillado, tan desconcertado como el otro y a la merced de una decisión que ya no depende de él/ella.
Supone una gravísima crisis en la pareja. Y ambos tienen una duda de fondo que les atenaza ¿realmente es necesario cargarse una pareja que funciona -y a lo mejor con muchos años de vivencias juntos detrás- por una cosa así?
Supone una ruptura de la confianza, una enorme desilusión, un destroce de los pilares básicos de una pareja. Pero el hecho es que, a pesar de todo, es una pareja que funcionaba y, muy probablemente sigue funcionado en todo lo demás.
Hay parejas que sobreviven. El esfuerzo es enorme, rehacer los pilares de una confianza que se ha perdido cuando se había dado, es labor titánica. Otras no pueden sobrevivir, no pueden pasar página y rehacer los mimbres de la convivencia. Todas preguntan lo mismo ¿podrá alguna vez volver a ser lo mismo? . Mi respuesta es siempre idéntica: jamás volverá a ser lo mismo, lo que no implica que incluso no pueda ser mejor. No hay herida que no deje cicatriz y no hay cicatriz que de vez en cuando no pique. Ahí quedan hasta el final de los días.
Pero si ambos tienen un grado de madurez suficiente, de capacidad de discriminar, de elaborar lo ocurrido, de entender y comprender que igual que le ha pasado al otro le podía haber pasado a uno, salen más fuertes, habiendo crecido en lo personal y con una experiencia y sabiduría que será para siempre.
Dos pequeñas notas que suelen ocurrir: cuando hay una infidelidad la sexualidad de la pareja se incrementa de manera geométrica. Una infidelidad es, la mayor parte de las veces, el más potente afrodisiaco.
Otra: la mayor parte de las veces también es muy difícil pasar página sin la
venganza, algo así como que no se puede perdonar sin que el otro expíe sus pecados y deje de haber en la pareja pecadores e inocentes. No es muy romántico, pero suele ser así.
Para ti, sigo insistiendo a lo mejor equivocadamente, tiene un tinte bastante moral. Para mí es solamente humano.