Hay respuestas muy certeras explicando la dificultad o imposibilidad para declarar un único deportista español como el mejor.
Para mí como un punto a favor son aquellos que iniciaron un camino rodeados de trabas y dificultades, tipo Angel Nieto, Bahamontes, etc.
Pero me gustaria aportar datos para los recalcitrantes defensores de Indurain y por ende, del ciclismo de los 80 y 90.
He llegado a emocionarme con Indurain, claro que sí, e incluso me sentó mal su retirada porque se nos dió a entender que un sexto Tour estaba en sus piernas, pero con el tiempo, información y variada bibliografia de compañeros de pelotón, estimo acertado no perder el tiempo en defender causas perdidas porque el ciclismo, como tantos otros, es un negocio, antes que deporte.
Indurain busca, perdón, Echávarri su director, es un visionario y diseña la estrategia para que un superclase (aunque sea un percherón) como es Miguel, llegue a lo más alto del ciclismo, esto es ganar el Tour varias veces. Contacta con el doctor Conconi, experto en los años 80 en sustancias dopantes y consiguen diseñar un cuerpo acorde al ciclismo de esos años, corredores robustos pero efectivos en la subida (lo que hoy son momias andantes). Ya en el equipo Reynolds, toma el mando el médico Sabino Padilla, otro experto que diseña sus famosas pastillas que todo lo pueden.
Ojo, por esa época tomar la famosa EPO aunque no al alcance de todos, estaba consentido como recuperador, aunque el norteamericano fuera dos años por delante en investigación (basta leer el libro de Hamilton para tomar conciencia). De hecho ante la pregunta a Indurain de su victoria más importante, siempre se retrotrae a antes de 1991, cuando aún no tenía conciencia de tomar o probar sustancias en el límite.
Es famosa en círculos ciclistas la famosa respuesta de Indurain ante su retirada voluntaria en la Vuelta a España, etapa los Lagos, y la discusión de su director Echavarri con Padilla ¡-con mi cuerpo no se experimenta más!. Al menos así ha transcendido. Y esa es la clave de su éxito mediático. Supo controlar los tiempos, supo cuándo parar de ganar, algo que el torpe del americano no tuvo en cuenta. En el Tour, los franceses no perdonan un dominio tan aplastante de tantos años porque evita que ganen los suyos.
Los tiempos en el dopaje no engañan. La famosa EPO se comienza a detectar a finales de los 90, justo cuando Indurain se ha retirado y las bolsas de sangre congelada se conservan de forma obligatoria en esa época. Muy bien asesorado, con todo conseguido, la retirada es muy acertada y razonada.
Mi conclusión, Indurain es un superclase, si, como lo fueron otros tantos, pero no seguían las mismas reglas de juego; en cada generación ciclista siempre destaca un grupo minoritario porque lleva más y mejor mandanga que el resto. Es muy ilustrativo el libro de Paul Kimmage "Una dura carrera" que explica con detalle el dopaje y la forma de vida del ciclista de los 90 y que yo sepa, a tantos como nombra ninguno a tomado medidas ni ha desautorizado su contenido.
El tema es tan complejo como el negocio del ciclismo. Unicamente quiero hacer ver que no podemos ser tan categóricos en el caso de Indurain porque hay mucha información de la que carecemos o está reservada para muy especialistas. No le quito mérito ninguno, en absoluto. En mi época de corredor aficionado me codeé con los que en pocos años llegaron a profesionales. Eran distintos, tenían un algo que les diferenciaba del montón y eso solo con dopaje no se consigue. Solo el paso a profesionales significa ser un fuera de serie en su región o ciudad, lo mejor de la zona y ya desde juvenil, Miguel lo fue.
cuando entablo conversación sobre este tema, ultimamente ni me molesto en hacer ver al menos una segunda versión o revisión de sus triunfos. No es sano encontrarse con aficionados que me tachan de antiespañol por discrepar con datos. Mismo caso que chuletones (Alberto Contador), con la diferencia que es menos fuera de serie que Indurain.