cronopios
Milpostista
Sin verificar
Hola denuevo compañeros, después de un parón de unos meses mi colección vuelve a recibir nuevas piezas. Las colecciones a veces se paran, por circunstancias personales , por falta de recursos o por no hallar piezas de interés, pero nunca están completas especialmente la de relojes.
Hoy quiero compartir con vosotros este reloj, catalino de oro con leontina. Anónimo francés fabricado C.1785. Caja sencilla oro 18k con borde acanalado, anillo superior e inferior con adorno en motivos vegetales grabados y numerada nº 184.Con leontina de oro 18k con dos piedras de Malaquitac.1800.Esfera convexa en esmalte blanco sobre cobre, numeración árabe, sin números para los minutos.Poco antes del comienzo de la revolución francesa las agujasLuis XVI, típicas de los relojes franceses dejan de utilizarse, en su lugar nos encontramos agujas con formas más sencillas. En este caso "punta delanza" de latón dorado.Maquina latón dorado de platina plena. Pilares con forma de balaustre de sección cuadrangular, numerada nº 184. Escape Rueda catalina y regulador de esfera con índice de plata. Tamaño 4.8 cm. Peso71.2 gramos, leontina oro 18k 35,7 gramos. Al reloj de bolsillo desde sus inicios,se ha concedió la máxima jerarquía entre las alhajas personales a la hora de portarlo, por su rareza, material de construcción y dificultad de confección, y también sujeto a los dictados de la moda desde su advenimiento hasta nuestros días. No con el mismo ritmo,evidentemente, pues si hoy en pocos meses puede pasar de moda, pues antes no era raro que un reloj pasara incólume através de tres generaciones, lo que aboga por su calidad. Si tenemos encueta que un volante efectúa alrededor de ciento cincuenta millones de oscilaciones al año.
A principios del siglo XVIII, el reloj portátil halla finalmente su definitivo puesto con la aparición del gran chaleco. El hombre que hasta este momento solamente disponía de bolsillo en las calzas, se encuentra con todo un mundo de posibilidades. La pipa, el tabaco y su raspador, el bolsón, el chisquero, el pedernal y el reloj ya se hallan asalvo.
Con el paso del tiempo las cadenas sehacen más cortas y menos sofisticadas que la Chatelaine, disminuyen de tamaño y sirve, ya no para colgar el reloj,sino para asegurarlo de caídas, sustracciones y colocar la llave.
Los elegantes utilizan el “breloquet” oporta-dijes. Este es un conjunto de cinco cadenitas que cuelga por fuera del bolsillo, y que no excluye la cadena “de seguridad”. Los dijes diversos, en oro y piedras duras, que penden del breloquet entrechocan ruidosamente almoverse. En el reinado de Luis XV y XVI esto se ve “como un signo de supremadistinción”. Mercier, en sus “Cuadros de Paris”, afirma:
“…Vean penetrar a un elegante, espreciso que sus dijes anuncien su llegada por medio de su tintineo…” Para reforzar este efecto, los “dandis” se contoneaban exageradamente al andar.
La austeridad impuesta por la Revolución Francesa acaba con estas suntuosidades… para imponer otras. El breloquet cede su puesto a la leontina. La leontina gozara de larga vida, recorriendo todo el siglo XIX.
Son rarísimos los ejemplares primitivos que han llegado hasta nosotros provistos de sus accesorios, por ese motivo, aumenta el atractivo de este ejemplar de oro de 18k de finales del siglo XVIII.
Saludos Cronopios.
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Hoy quiero compartir con vosotros este reloj, catalino de oro con leontina. Anónimo francés fabricado C.1785. Caja sencilla oro 18k con borde acanalado, anillo superior e inferior con adorno en motivos vegetales grabados y numerada nº 184.Con leontina de oro 18k con dos piedras de Malaquitac.1800.Esfera convexa en esmalte blanco sobre cobre, numeración árabe, sin números para los minutos.Poco antes del comienzo de la revolución francesa las agujasLuis XVI, típicas de los relojes franceses dejan de utilizarse, en su lugar nos encontramos agujas con formas más sencillas. En este caso "punta delanza" de latón dorado.Maquina latón dorado de platina plena. Pilares con forma de balaustre de sección cuadrangular, numerada nº 184. Escape Rueda catalina y regulador de esfera con índice de plata. Tamaño 4.8 cm. Peso71.2 gramos, leontina oro 18k 35,7 gramos. Al reloj de bolsillo desde sus inicios,se ha concedió la máxima jerarquía entre las alhajas personales a la hora de portarlo, por su rareza, material de construcción y dificultad de confección, y también sujeto a los dictados de la moda desde su advenimiento hasta nuestros días. No con el mismo ritmo,evidentemente, pues si hoy en pocos meses puede pasar de moda, pues antes no era raro que un reloj pasara incólume através de tres generaciones, lo que aboga por su calidad. Si tenemos encueta que un volante efectúa alrededor de ciento cincuenta millones de oscilaciones al año.
A principios del siglo XVIII, el reloj portátil halla finalmente su definitivo puesto con la aparición del gran chaleco. El hombre que hasta este momento solamente disponía de bolsillo en las calzas, se encuentra con todo un mundo de posibilidades. La pipa, el tabaco y su raspador, el bolsón, el chisquero, el pedernal y el reloj ya se hallan asalvo.
Con el paso del tiempo las cadenas sehacen más cortas y menos sofisticadas que la Chatelaine, disminuyen de tamaño y sirve, ya no para colgar el reloj,sino para asegurarlo de caídas, sustracciones y colocar la llave.
Los elegantes utilizan el “breloquet” oporta-dijes. Este es un conjunto de cinco cadenitas que cuelga por fuera del bolsillo, y que no excluye la cadena “de seguridad”. Los dijes diversos, en oro y piedras duras, que penden del breloquet entrechocan ruidosamente almoverse. En el reinado de Luis XV y XVI esto se ve “como un signo de supremadistinción”. Mercier, en sus “Cuadros de Paris”, afirma:
“…Vean penetrar a un elegante, espreciso que sus dijes anuncien su llegada por medio de su tintineo…” Para reforzar este efecto, los “dandis” se contoneaban exageradamente al andar.
La austeridad impuesta por la Revolución Francesa acaba con estas suntuosidades… para imponer otras. El breloquet cede su puesto a la leontina. La leontina gozara de larga vida, recorriendo todo el siglo XIX.
Son rarísimos los ejemplares primitivos que han llegado hasta nosotros provistos de sus accesorios, por ese motivo, aumenta el atractivo de este ejemplar de oro de 18k de finales del siglo XVIII.
Saludos Cronopios.
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