Hayek fue un patriota suizo que hizo todo lo posible por salvar la industria representativa de su país, el reloj. Pero toda su estategia tuvo que cimentarse en un producto revolucionario, que con su venta masiva permitió el reflote de la relojería mecánica a posteriori, el Swatch. Un reloj de cuarzo de plástico, de colorines y con el Swiss Made que a mediados de los ochenta fue el bombazo que necesitaban.
Con los millonarios números que le permitieron hacer frente al desafío oriental la cosa empezó a cambiar, sin aquello dudo que hubiera podido convencer a nadie de nada. Además de absorber y reflotar multitud de marcas y aglutinar una buena parte de la producción de piezas terminadas, la fabricación de componentes y calibres nutrió una industria que pudo regenerarse.
Pero tampoco sabemos a ciencia cierta qué habría ocurrido sin esto, ni cómo hubiera evolucionado la cosa. Rolex posiblemente seguiría ahí, y los aficionados a la horología mecánica lo seguirían siendosin que viniera Hayek a llamar a su puerta a convencerles de nada. ¿Habría algunas marcas suizas relativamente asequibles para el aficonado medio? Quizá. Los rusos, asiáticos, alemanes, etc...¿habrían dejado de producir relojes mecánicos? Probablemente no. Las apelaciones al malvado amarillo del sol naciente que quería arrebatarnos todo lo bello y apreciable de la relojería mecánica me parecen sólo fobias sin demasiada justificación.
Por otra parte era económicamente acertado que la producción de calibres ETA, fiables, precisos y duraderos nutriera y casi igualara a todas las marcas en su momento. Pero ahora que los números están en negro brillante algunos disfrutaríamos mucho si además de resucitar diseños memorables. revivieran también viejos calbres excelentes como los de Longines de antaño. Solo como idea por si los señores de SG nos leen.