Sokudo
Habitual
Verificad@ con 2FA
Hola compañeros,
Hace tiempo que reflexiono sobre las emociones que nos despierta la compra de un reloj, a los que nos apasiona este mundo. Ya se sabe que hay épocas de todo, de muchas entradas, de pocas, o de abstinencia.
Desde el momento que en nuestra cabeza se gesta la idea de que un nuevo reloj entre en nuestra caja, ya sea más o menos meditada, o por un simple calentón por ver un precio que no se puede dejar escapar, o bien por ser un regalo inesperado, afloran en nosotros un sinfín de emociones que, todavía más si cabe, hacen que ese momento de la elección, esa espera a que llegue el envío, ese momento que uno se dirige a la relojería en cuestión, o simplemente el hecho de pensar que uno va a poder tener en su poder esa pieza tan especial, convierta todo este proceso en un disfrute para todos nosotros.
Particularmente, suelo elegir bien las piezas antes de comprarlas, suelo mirar y remirar, fotos por internet, busco información, reviews, vídeos, voy a verlos en vivo y a probármelos... Todo ello, es especial e incluso se convierte en una vorágine de emociones donde las ganas, la pasión, la impaciencia e incluso la obsesión para buscar y mirar, se apodera de mi durante unos días.
En el momento que he elegido, que voy a verlo en vivo y corroboro que ese es mi objetivo, entra el segundo capítulo, que es buscar la mejor opción para la compra, sea por trato, por precio, o por ambas cosas. Este capítulo es en el que menos se disfruta realmente, ya que estamos centrados en hacer patente nuestra compra de la mejor de las maneras para nosotros.
La tercera fase es, sin duda, la peor. Aquella que se comprende entre el momento en que formalizamos la compra o el pedido, y el momento en que abrimos la caja por primera vez y nos ponemos nuestra nueva pieza en la muñeca. Esta fase es como un síndrome de abstinencia brutal en el que en innumerables veces al día pensamos en el deseo que nos invade el hecho de tener ya en nuestro poder nuestra nueva compra. En algunos casos es muy corta la espera, en otros casos se dilata más de lo deseado. Pero siempre, o casi siempre, es proporcional a la satisfacción que nos conlleva el momento del estreno.
Yo, actualmente, me encuentro en la tercera fase del proceso. Esperando. Y estoy sufriendo (positiva y afortunadamente) por ello.
Gracias por permitirme expresar aquí mi reflexión, y por compartir conmigo esta gran pasión. También, como no, alimentada por este gran foro y por todos vosotros.
Un abrazo.
Actualizo a las 20:40h del domingo 8 de noviembre:
Muchas gracias a todos por comentar.
Deciros que he finalizado el proceso, y el viernes pasado me llegó lo esperado. Este fin de semana no he tenido mucho tiempo, pero ya he empezado a disfrutar aunque sea poniéndolo junto a sus compañeros.
Espero poder disponer de más tiempo pronto para hacer unas fotografías como se merecen, y presentar por aquí.
Saludos!
Hace tiempo que reflexiono sobre las emociones que nos despierta la compra de un reloj, a los que nos apasiona este mundo. Ya se sabe que hay épocas de todo, de muchas entradas, de pocas, o de abstinencia.
Desde el momento que en nuestra cabeza se gesta la idea de que un nuevo reloj entre en nuestra caja, ya sea más o menos meditada, o por un simple calentón por ver un precio que no se puede dejar escapar, o bien por ser un regalo inesperado, afloran en nosotros un sinfín de emociones que, todavía más si cabe, hacen que ese momento de la elección, esa espera a que llegue el envío, ese momento que uno se dirige a la relojería en cuestión, o simplemente el hecho de pensar que uno va a poder tener en su poder esa pieza tan especial, convierta todo este proceso en un disfrute para todos nosotros.
Particularmente, suelo elegir bien las piezas antes de comprarlas, suelo mirar y remirar, fotos por internet, busco información, reviews, vídeos, voy a verlos en vivo y a probármelos... Todo ello, es especial e incluso se convierte en una vorágine de emociones donde las ganas, la pasión, la impaciencia e incluso la obsesión para buscar y mirar, se apodera de mi durante unos días.
En el momento que he elegido, que voy a verlo en vivo y corroboro que ese es mi objetivo, entra el segundo capítulo, que es buscar la mejor opción para la compra, sea por trato, por precio, o por ambas cosas. Este capítulo es en el que menos se disfruta realmente, ya que estamos centrados en hacer patente nuestra compra de la mejor de las maneras para nosotros.
La tercera fase es, sin duda, la peor. Aquella que se comprende entre el momento en que formalizamos la compra o el pedido, y el momento en que abrimos la caja por primera vez y nos ponemos nuestra nueva pieza en la muñeca. Esta fase es como un síndrome de abstinencia brutal en el que en innumerables veces al día pensamos en el deseo que nos invade el hecho de tener ya en nuestro poder nuestra nueva compra. En algunos casos es muy corta la espera, en otros casos se dilata más de lo deseado. Pero siempre, o casi siempre, es proporcional a la satisfacción que nos conlleva el momento del estreno.
Yo, actualmente, me encuentro en la tercera fase del proceso. Esperando. Y estoy sufriendo (positiva y afortunadamente) por ello.
Gracias por permitirme expresar aquí mi reflexión, y por compartir conmigo esta gran pasión. También, como no, alimentada por este gran foro y por todos vosotros.
Un abrazo.
Actualizo a las 20:40h del domingo 8 de noviembre:
Muchas gracias a todos por comentar.
Deciros que he finalizado el proceso, y el viernes pasado me llegó lo esperado. Este fin de semana no he tenido mucho tiempo, pero ya he empezado a disfrutar aunque sea poniéndolo junto a sus compañeros.
Espero poder disponer de más tiempo pronto para hacer unas fotografías como se merecen, y presentar por aquí.
Saludos!
Última edición: