Probablemente nadie lo reconocio.
Pero puede ser que en ese espacio de tiempo, pasaran verdaderos aficionados a la música, que en otro entorno se hubieran parado.
Yo soy un aficionado a la música clasica y un usuario habitual de los transportes publicos.
Justo delante de casa -a 60 metros- tengo dos lineas de metro y ocho buses.
En alguna ocasión me he parado ante algun músico y ademas de dejar alguna moneda lo he saludado. Pero no es la norma general. ¿Y porque no es normal? Pues porque los usuarios del metro estamos hartos de "musicos" -por decir algo- que lo unico que hacen es generar ruido. En otros casos y dentro de los vagones, en un recorrido de 25 minutos que es lo que hago habitualmente para ir al Museo del Aire, pasan cuatro o cinco "musicos", siempre con las mismas cencerradas. Y el personal, estamos hartos.
Directamente y antes de entrar al metro, conecto los cascos al Phone y pongo opera, zarzuela o cualquier sinfonia. ¿Para escuchar musica? !NO¡. Para aislarme del ruido que generan estos musicos ambulantes repetitivos. Hace unos años, cuando solamente habia unos pocos, las personas nos parabamos o simplemente si no te interesaba esa musica, la dejabas pasar. Pero si en esos 25 minutos, te han dado la tabarra tres musicos andinos, dos guitarreros y y otros dos de salsa, y algun dia que otro los bongos centroafricanos, pues ni los cascos de silicona amortiguan tanto ruido. A veces, pienso en ponerme mi antiguo casco de vuelo, que si amortigua un monton.
Y cuando de verdad aparece un buen músico... Pues no se le presta la atención que merece.
Y esta historia con dos diferentes violinistas de prestigio, se ha repetido en Washington y N. Y.
Antiguos Moderadores
