Hola, rafagil y demás compañeros:
En el Diccionario profesional ilustrado de la relojería de la Federación de la Industria Relojera Suiza no figura el término boda (tampoco matrimonio) para referirse a la técnica de ensamblar un movimiento en una caja que no le corresponde. Parece ser que la boda es un término popular que se origina en la necesidad de defenderse del engaño que suele entrañar esa técnica. Si lo tomamos así, tal vez podríamos considerar boda al ensamblaje doloso (con intención de engañar) de calibres y cajas para vender como raro o especial un reloj que no lo es.
Fui yo quien comentó, hace meses, que los almacenes Sears, Roebuck & Co., de Chicago, ofrecían por separado los movimientos y las cajas, en los años alrededor del cambio de siglo XIX al XX. Las cajas eran intercambiables (algo que es propio y característico de la producción industrial) y el comprador podría escoger el movimiento y, acto seguido, elegir la caja de su preferencia, la esfera, las agujas, etc. En este caso no sería posible hablar de boda. No habría dolo.
La correspondencia entre movimiento y caja es inherente a la producción artesanal de relojes y, en la producción industrial, a los relojes de diseño. Un reloj que no admitiría cambiarle la caja a su movimiento es, por ejemplo, el reloj decorado en su caja de oro con la alegoría La Fama consagrando el Triunfo universal del reloj Longines, reloj conocido como La Renommée, con el cual la manufactura Ernest Francillon & Cie., de Saint Imier, celebró el Grand Prix con que fue distinguida en la Exposición de París de 1900. Ese es un reloj de diseño, en el que nada puede cambiarse sin destruir el reloj o disminuir su valor.
En nuestro tiempo la inmodificabilidad es lo que caracteriza a los relojes de alta gama y a los que, sin ser relojes exclusivos ni costosos, como los relojes Mondaine que reproducen el diseño de Hans Hilfiker para los relojes de las estaciones de ferrocarril de Suiza, no pueden modificarse sin que el reloj diseñado por Mondaine basado en Hilfiker desaparezca de las piezas intervenidas. Si alguien comprase una caja Mondaine con un movimiento diferente al que salió de fábrica, sería estafado, porque creería haber comprado un Mondaine completo. Eso sería una boda de punible ayuntamiento, por ser dolosa.
Es diferente al caso de los relojes que vendía Sears. El movimiento, usualmente suizo pero que también podía ser americano, montado en caja americana, aprovechaba la intercambiabilidad para ofrecer al cliente la opción de codiseñar su reloj. Aquí no podríamos hablar de boda porque no hay un diseño completo del conjunto caja-calibre al que nos podamos referir. Lo que hay es una forma de ensamblar relojes al gusto personal, que posibilitan la forma de producción de las partes del reloj y el negocio celebrado entre fabricantes y vendedores.
Es lo que pasa con los ebauches, como bien anotas, rafagil. La inmensa mayoría de la producción de relojes sería de bodas, porque los ebauches pueden montarse en cajas de distinto origen y diseño. Pero no nos entenderíamos cuando descalificamos un reloj doloso por ser una boda, si el término boda se aplicara indiscriminadamente a todos los relojes diseñados usando calibres de manufacturas diferentes a la de los relojes terminados.
Insisto en que la diferencia está en el dolo que implica la boda movimiento-caja-esfera.
Como no hay dolo en uno que volvió a ser reloj, no creo que se pueda calificar de boda, aunque monte un movimiento que había perdido su caja en una caja que había perdido su movimiento. Yo sigo prefiriendo llamarlo collage o reciclaje. O "creación personal", como lo llama GONG.
El mundo no es de absolutos: no todo homicidio es un asesinato, aunque todo asesinato sea un homicidio. La diferencia es, también en este caso, de tipo moral o ético. El mundo no es de absolutos ni hablamos esperanto. El idioma vivo permite matizar las situaciones no por aquello en lo que se parecen dos fenómenos sino por lo que los diferencia.
Saludos a todos,
Jaime