AbderramanII
Reina Mora
Sin verificar
¡Buen día compañeros! Ya que el fútbol nos va a privar del jueves gastro-relojero que siempre nos regala nuestro querido compi Eucra, he pensado que era buen día para compartir unas cuantas imágenes de un precioso viaje que he realizado hace unos días.
No voy a aburriros explicando lo bella, diversa, cálida y especial que es esta región italiana, porque eso es algo de sobra sabido, tanto si se conoce en persona como si se conoce por el cine o los documentales; su magia se percibe perfectamente, incluso con una pantalla de por medio. Sus interminables playas, sus monumentales ciudades, sus inconfundibles paisajes, sus extraordinarios vinos y su rica gastronomía dan para mucho, muchísimo, que mostrar y comentar, pero no quiero cansaros en exceso, así que trataré de ser concisa (algo muy difícil para mí, jajajaja).
Se vino conmigo uno de mis mayores consentidos, mi Nivada grandullón de doble corona, que tuvo por compañeros de viaje a tres jovenzuelos: dos cuarzos suizos y un automático japonés. Y durante el viaje, coincidieron con varios parientes de la rama monumental de la familia relojera. Sin más rollo, paso a las fotos que, como siempre, dejan mucho que desear, pero así todo creo que permiten apreciar y disfrutar la belleza de esa tierra. Y para quien quiera verlo con música, tiene para elegir: BSO italiana vintage (Tu Vuò Fa' L'Americano, de Renato Carosone Sextet) o BSO rockera (Count of Tuscany, de Dream Theater)
Empezamos relajadamente, con un picoteo junto a la Costa de los Etruscos y una tranquila siesta a la orilla del mar
Una vista nocturna de Pisa. Que la torre esté inclinada no es culpa mía, Casiná (que esté borrosa, sí)
Unas pinceladas de Lucca, una preciosa población amurallada digna solo ella de un hilo completo, pero no es plan… Os dejo una fachada, una plaza y un reloj (de la plaza añado una vista aérea que he encontrado en la web, porque en la mía no se aprecia la singular forma redonda que caracteriza la plaza)… y una bonita enoteca en la que repusimos fuerzas
Y qué decir de Florencia… Imponente Duomo, incluso con la Puerta al Paraíso en restauración, adorable Ponte Vecchio (con una relojería de vintages preciosos y poco asequibles; lo sé, no se ven, pero hacéis un acto de fe y me creéis), el reloj de su Ayuntamiento… y algo que comer en su colorido mercado
Y la decadente y encantadora Siena, cuya Catedral poco tiene que envidiar a la de Florencia (pinon, me acordé de ti en la biblioteca: la habrías gozado compi), con su Plaza del Campo donde se disputa el conocido Palio, presidida por una torre con un precioso reloj… y una rica cena en un singular local
Y de despedida, viñedos y olivos toscanos, un amanecer y un atardecer en Moltepulciano, y los cuatro amigos que han compartido el viaje
Si habéis llegado hasta aquí, os doy las gracias por vuestra consideración y os felicito por vuestra tenacidad. En cualquier caso, probablemente estaréis a) hartos de mí; y b) enamorados de la Toscana. Comprendo perfectamente ambas cosas
PD1: Obviamente, mi propósito de ser concisa ha fracasado. En mi descargo, decir que era una empresa muy difícil, ya que además de mi natural inclinación a enrollarme, la cantidad de maravillas que ofrece esta región hace que la brevedad sea una misión imposible. Creedme cuando os digo que se han quedado fuera un montón de lugares y momentos que merecen mucho la pena: detalles arquitectónicos y preciosos rincones de sus ciudades, encantadoras localidades (San Gimignano, Prato, Volterra...), termas naturales, visitas a bodegas y catas de vinos interesantísimos (Vernaccia, Chianti Clasico, Nobile y especialmente Brunello) y sabrosa gastronomía… Vamos, que recomiendo encarecidamente a quien tenga ocasión de visitarla que lo haga; yo estoy deseando repetir.
PD2: Eucra, esto solo ha sido una pequeña tirita para consolarnos mientras esperamos a que compartas con nosotros esa prometida reunión de Angelus
No voy a aburriros explicando lo bella, diversa, cálida y especial que es esta región italiana, porque eso es algo de sobra sabido, tanto si se conoce en persona como si se conoce por el cine o los documentales; su magia se percibe perfectamente, incluso con una pantalla de por medio. Sus interminables playas, sus monumentales ciudades, sus inconfundibles paisajes, sus extraordinarios vinos y su rica gastronomía dan para mucho, muchísimo, que mostrar y comentar, pero no quiero cansaros en exceso, así que trataré de ser concisa (algo muy difícil para mí, jajajaja).
Se vino conmigo uno de mis mayores consentidos, mi Nivada grandullón de doble corona, que tuvo por compañeros de viaje a tres jovenzuelos: dos cuarzos suizos y un automático japonés. Y durante el viaje, coincidieron con varios parientes de la rama monumental de la familia relojera. Sin más rollo, paso a las fotos que, como siempre, dejan mucho que desear, pero así todo creo que permiten apreciar y disfrutar la belleza de esa tierra. Y para quien quiera verlo con música, tiene para elegir: BSO italiana vintage (Tu Vuò Fa' L'Americano, de Renato Carosone Sextet) o BSO rockera (Count of Tuscany, de Dream Theater)
Empezamos relajadamente, con un picoteo junto a la Costa de los Etruscos y una tranquila siesta a la orilla del mar
Una vista nocturna de Pisa. Que la torre esté inclinada no es culpa mía, Casiná (que esté borrosa, sí)
Unas pinceladas de Lucca, una preciosa población amurallada digna solo ella de un hilo completo, pero no es plan… Os dejo una fachada, una plaza y un reloj (de la plaza añado una vista aérea que he encontrado en la web, porque en la mía no se aprecia la singular forma redonda que caracteriza la plaza)… y una bonita enoteca en la que repusimos fuerzas
Y qué decir de Florencia… Imponente Duomo, incluso con la Puerta al Paraíso en restauración, adorable Ponte Vecchio (con una relojería de vintages preciosos y poco asequibles; lo sé, no se ven, pero hacéis un acto de fe y me creéis), el reloj de su Ayuntamiento… y algo que comer en su colorido mercado
Y la decadente y encantadora Siena, cuya Catedral poco tiene que envidiar a la de Florencia (pinon, me acordé de ti en la biblioteca: la habrías gozado compi), con su Plaza del Campo donde se disputa el conocido Palio, presidida por una torre con un precioso reloj… y una rica cena en un singular local
Y de despedida, viñedos y olivos toscanos, un amanecer y un atardecer en Moltepulciano, y los cuatro amigos que han compartido el viaje
Si habéis llegado hasta aquí, os doy las gracias por vuestra consideración y os felicito por vuestra tenacidad. En cualquier caso, probablemente estaréis a) hartos de mí; y b) enamorados de la Toscana. Comprendo perfectamente ambas cosas
PD1: Obviamente, mi propósito de ser concisa ha fracasado. En mi descargo, decir que era una empresa muy difícil, ya que además de mi natural inclinación a enrollarme, la cantidad de maravillas que ofrece esta región hace que la brevedad sea una misión imposible. Creedme cuando os digo que se han quedado fuera un montón de lugares y momentos que merecen mucho la pena: detalles arquitectónicos y preciosos rincones de sus ciudades, encantadoras localidades (San Gimignano, Prato, Volterra...), termas naturales, visitas a bodegas y catas de vinos interesantísimos (Vernaccia, Chianti Clasico, Nobile y especialmente Brunello) y sabrosa gastronomía… Vamos, que recomiendo encarecidamente a quien tenga ocasión de visitarla que lo haga; yo estoy deseando repetir.
PD2: Eucra, esto solo ha sido una pequeña tirita para consolarnos mientras esperamos a que compartas con nosotros esa prometida reunión de Angelus